Asociación ilícita. Alteración de precio en concursos y subastas públicas. Cohecho. Delitos contra la Hacienda pública. Fraude y exacciones ilegales. Encubrimiento. Pese a esta cascada y la gravedad de los delitos contra el Código Penal que se le imputan a Juan Miguel Villar Mir en el caso Bárcenas, a quien se le acusa de ser uno de los empresarios que presuntamente entregaban donaciones irregulares a las arcas del PP, el Santander no tiene previsto tomar ningún tipo de medida que pudiera suponer su salida del consejo.
"El señor Villar Mir es un excelente consejero, cuya aportación es importante para la entidad. No se tiene previsto tomar ninguna decisión que pueda suponer un cambio de su situación actual", aseguró Javier Marín, nuevo consejero delegado del Santander, tras presentar unos beneficios de 2.255 millones en el semestre, un 29% más, motivados en mayor medida por la espectacular caída de las provisiones (1.653 millones menos que hace un año) que por el aumento de los ingresos. De hecho, en el primer semestre de 2012, el margen bruto desciende en un 8%.
Villar Mir fue imputado el pasado 11 de marzo, después de que el juez Javier Gómez Bermúdez, titular del sumario en el que se investiga el caso Gürtel, admitiera a trámite la querella de Izquierda Unida por los conocidos como papeles de Bárcenas. Un mes y medio después, el 29 de abril pasado, el Santander anunciaba la entrada del presidente de OHL, a quien el juez Ruz mantiene la imputación, como consejero del Santander en sustitución de Manuel Soto.
El BdE aprobó su nombramiento como consejero pese a que la nueva norma de honorabilidad permite su veto ante la existencia de "investigaciones relevantes y fundadas, tanto en el ámbito penal como administrativo"
El Banco de España no puso ningún impedimento al nombramiento de Villar Mir pese a que uno de los artículos de la reciente norma de honorabilidad y profesionalidad que deben cumplir los banqueros, cuya aplicación supuso el cese de Alfredo Sáenz, deja abierto el veto por parte del supervisor.
De hecho, el punto c de esta nueva ley explica que "la existencia de investigaciones relevantes y fundadas (como supone la instrucción del sumario del caso Bárcenas), tanto en el ámbito penal como administrativo, sobre alguno de los hechos mencionados en el apartado 3.º) de la letra b) anterior" debe servir para ayudar al Banco de España a la hora de hacer su valoración.
Precisamente, el apartado 3 desgrana los delitos que tendrán especial incidencia en la consideración de un candidato para ocupar el sillón en el consejo de un banco o caja. Entre ellos están los delitos contra el patrimonio, blanqueo de capitales, contra el orden socioeconómico y contra la Hacienda Pública y la Seguridad Social (por algunos de ellos está imputado Villar Mir), o supusiesen infracción de las normas reguladoras del ejercicio de la actividad bancaria, de seguros o del mercado de valores, o de protección de los consumidores.
El Santander, según aseguró ayer Marín, su nuevo CEO, no tiene intención de desposeer del sillón a Villar Mir, ni siquiera por una mera cuestión de imagen después de que el Banco de España le obligase a cesar a Sáenz, condenado hace más de 15 años durante su etapa en Banesto.
El anterior consejero delegado del Santander, que aún mantiene despacho en la entidad, como adelantó este medio el pasado 28 de mayo, se mantiene uno de los hombres de referencia de Marín en su aterrizaje en el segundo mayor despacho de Boadilla. "Sáenz me ha dado siempre muy buenos consejos personales y profesionales. Le veo con bastante asiduidad", reconoció el nuevo CEO del Santander, alentando las sospechas de algunas fuentes en el sector que defienden que Sáenz sigue manejando las directrices del banco rojo en la sombra.
Marín, nuevo CEO del Santander, reconoce que "ve con asiduidad a Alfredo Sáenz", alentando las sospechas de quienes aseguran que el ex banquero sigue manejando en la sombra el banco
En cuanto al negocio, el Santander logra volver a la senda de los beneficios, muy tímidos eso sí, en España. La banca minorista en nuestro país logra unas ganancias de 13 millones en el primer semestre. La buenas noticias para la entidad presidida por Botín en el negocio nacional provienen del abundante caudal de depósitos (9.000 millones en el semestre, casi 25.000 millones en el último año y medio) que aterrizan de las antiguas cajas y del escaso impacto en el ejercicio de reclasificación de los créditos refinanciados y el escaso impacto de la nueva norma de la reclasificación de los préstamos refinanciados.
Precisamente, el hecho de que el Santander se haya convertido en valor refugio para muchos clientes de las antiguas cajas ha cambiado su visión ante las próximas subastas de Novagalicia y Catalunya Caixa. "No me preocupan que (BBVA y Caixabank) se las queden. Nuestro objetivo es ser la primera entidad en España en cuanto a clientes y rentabilidad", expresó Marín, que confirmó que, en cualquier caso, estudiarán los números de ambas entidades en las próximas subastas.
En cuanto al ejercicio de refinanciados, la entidad asegura que únicamente han tenido que traspasar 2.000 millones de subestándar a dudosos de una cartera de 33.000 millones de préstamos refinanciados, de los que 10.000 millones están considerados como normales; 9.000 millones, como subestándar, y los 14.000 millones restantes, como dudosos. Este volumen de 2.000 millones proviene de la moratoria hipotecaria facilitada desde hace dos años a los clientes que tuvieran problemas para poder pagar su hipoteca. El Santander permitió pagar únicamente intereses para evitar posibles desahucios. Pese a que el 93% de esta cartera se encuentra al corriente de pago, el banco ha clasificado esta cartera, sobre la que existe una provisión de 300 millones, como dudosa. Además, el banco cuenta con otro volumen de 1.000 millones, también provenientes de la cartera hipotecaria, que no prevé que tenga que pasar a una situación de mora subjetiva.
Este ejercicio de reclasificación eleva la tasa de mora en España hasta el 5,75%, que se ve también incrementada por el mayor deterioro de empresas frente a la morosidad hipotecaria que se mantiene estable.