La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha retirado la licencia a cinco sicavs, es decir, han dejado de ser instituciones de inversión colectiva, pasando a convertirse en sociedades anónimas. Con ello, pierden el régimen fiscal de incremento de patrimonio, mediante el que se sus accionistas se benefician de no tributar nada hasta el momento del rembolso, pase el tiempo que pase. Las sociedades dependen de Bankia, Mirabaud y BBVA. Fuentes cercanas a algunas de estas entidades señalan que el ministerio de Economía quiere ofrecer cierta sensación ejemplarizante sobre las sociedades de inversión en unos momentos como los actuales, de fuerte presión fiscal sobre la ciudadanía.
Portavoces del regulador señalan que estas sociedades han sido revocadas por no haber presentado sus cuentas en los plazos requeridos. Aunque insisten en que “no es un movimiento tan excepcional”, en los últimos tiempos no se recuerda ninguna actuación en este sentido. Las gestoras en cuestión corroboran esto: “no recordamos actos similares nunca”.
Las fuentes consultadas señalan que desde el pasado verano, las gestoras de fondos de inversión y las bancas privadas han recibido el mensaje de que se iba a redoblar la vigilancia sobre las sicavs, insistiendo en un apartado como el del número mínimo de accionistas imprescindible para su funcionamiento (100). Desde la CNMV corroboran este apartado. Conviene recordar que en 2006 tuvieron lugar numerosas inspecciones de Hacienda que sancionaron varias sociedades por tener menos de 100 accionistas o denunciar que estos eran ficticios (los célebres marichis). Esas inspecciones (con sus sanciones derivadas) fueron abortadas de manera drástica desde el Banco de España, aseguran desde las gestoras.
Según sus declaraciones, el gobernador de la institución en aquel momento, Miguel Ángel Fernández-Ordóñez, no quería problemas 'políticos' con los altos patrimonios y puso orden en un asunto peliagudo.
Sólo en España
Conviene recordar, asimismo sólo España considera que un instrumento es “de inversión colectiva” a partir de un determinado número de inversores. Es decir, con 99 no lo es, y con 101 sí.
Sin embargo, aunque ese asunto se olvidó aparentemente, desde la CNMV insisten en que ese requisito no ha dejado de estar en vigor nunca. Las fuentes consultadas señalan que en los últimos les ha llegado el mensaje de que el regulador intentaba reforzar su imagen de “máximo rigor” con las sicav, ya que “mediáticamente tienen mucho impacto” y que el asunto de los 100 accionistas iba a ser utilizado para extremar la vigilancia sobre estos instrumentos de inversión para ricos.
Un pequeño cerco a los altos patrimonios, que podría no haber terminado. Desde las gestoras, esta tendencia es conocida desde hace tiempo, lo que se ha traducido en un importante proceso de liquidación de sicavs en los meses recientes. Conviene no olvidar, tampoco, la imposición del IVA a la gestión de carteras discrecionales.
En su mayor parte, el cierre de estas sociedades se ha debido a que estaban apalancadas, es decir, el cliente ponía una parte de capital, la matriz de la entidad gestora le prestaba el resto y se pagaba el crédito con la revalorización de la cartera.
Por desgracia, el inversor se encontró con un desplome de los mercados que le provocó muchas pérdidas y le obligó, además, a afrontar el préstamo. Varias sicav corrieron la misma suerte que algunos accionistas de compañías del Ibex y fueron ‘ejecutados’.
Las sociedades que han sido revocadas son, en su mayoría, sicavs que iban a la deriva, sin dinero apenas y con los miembros de las gestoras apartados de los órganos de gestión. El regulador les ha retirado la licencia para que dejen de disfrutar de la ventaja fiscal del régimen de incremento de patrimonio. Habrá que ver si hay más en el futuro. De momento, en la CNMV señalan que "previsiblemente" no habrá más revocaciones en los próximos días.