Los garajes destartalados de Silicon Valley no son la única catapulta para lanzar startups a distancia. Wallapop, la aplicación española que conecta personas que compran y/o venden artículos de segunda mano, es un ejemplo de ello. En 2013, una habitación "cutre" de un piso compartido en Barcelona fue testigo del trabajo de los emprendedores Agustín Gómez, Gerard Olivé y Miguel Vicente para crear una nueva empresa de ADN tecnológico que, con bajos costes operativos, creciese rápidamente y revolucionase el mercado tradicional de los anuncios clasificados.
"En solo cuatro meses, ya contamos con unos tres millones de descargas en EEUU", cuenta Agustín Gómez, fundador y CEO de la app Wallapop
Aunque el origen de las apps que invaden los móviles españoles es en su mayoría estadounidense, la compañía catalana -que ya cuenta con un total de 12 millones de descargas y emplea a 100 personas- se ha lanzado a la conquista de los smartphones de EEUU con el propósito de competir con algunos de los portales de compraventa de gigantes del comercio electrónico como eBay.
"En solo cuatro meses, ya contamos con unos tres millones de descargas en EEUU", cuenta Agustín Gómez, CEO de Wallapop. "Eso sí, han salido muchos clones, así que ahora nos vamos a centrar en ganar la batalla en ese díficil continente y en consolidar nuestro negocio en España, Francia, Reino Unido", dice con convencimiento.
Gómez, quien se dedicaba a la consultoría antes de emprender a los 34 años, reconoce que "jugar en primera división" en el campo de las startups es dificil si naces en España, donde la máxima financiación que puedes levantar en una ronda de capital riesgo gira en torno a los 2 millones de euros. Sin embargo, no es su caso.
Aunque el equipo de Wallapop evita desvelar la inversión que ha recibido durante su breve andadura -detalle que es conocido por el entorno emprendedor como "el secreto mejor guardado de Barcelona"-, la plataforma de referencia en el ecosistema de las startups TechCruch disparó el pasado mayo el valor de la compañía a los 1.000 millones de dólares. Por su parte, la Asociación Española de Entidades de Capital Riesgo (ASCRI) destacó a Wallapop como la empresa que mayor financiación de capital riesgo ha recibido en España en 2015. Actualmente, Gómez revela que entre los fondos de inversión que respaldan a su plataforma figuran Accel Partners, Insight Venture Partners y el inversor Alex Zubillaga, todos basados en EEUU.
La revolución de los clasificados
Antes de subirse al podium de las startups más importantes de Europa, el equipo detrás de Wallapop recuerda como surgió la idea de montar esta esta suerte de mercadillo virtual. "Estaba muy motivado con lanzar un negocio de economía colaborativa entre particulares, como BlaBlaCar o Airbnb, pero estos sectores, movilidad y alojamiento, ya estaban muy saturados", explica Gómez. Por ello, decidió fijar su foco en el ámbito de los tradicionales clasificados, esos avisos sobre electrodomésticos, coches o complementos para el hogar que invaden de tinta los periódicos en busca de la demanda. "Tras un estudio de mercado me di cuenta de que el 70% de las transacciones de este ámbito se daba en un radio de 5 kilométros y fue entonces cuando pensé en renovar esta antigua tendencia con una aplicación móvil", dice.
"Como la app funciona por geolocalización es como si estuvieses dando un paseo por tu barrio, seleccionas el producto que te interesa y puedes iniciar un chat para acordar el precio", comenta Gómez
Funciona así. El usuario se descarga la app Wallapop y se registra en la plataforma para subir los productos de segunda mano de los que quiere deshacerse, o bien, para ver qué "chollazos" ofertan cerca de su casa. "Como funciona por geolocalización, es como si estuvieses dando un paseo por tu barrio. Seleccionas el producto que te interesa y puedes iniciar un chat con el vendedor para acordar el precio", dice el empresario. "En menos de 24 horas ya puedes haber concretado la cita y tener el producto en tu casa", asegura.
Así, Wallapop ha supuesto una revolución en el campo de los clasificados, ya que aporta rapidez y localización a una tendencia antigua. Como era de esperar, la app ha calado profundamente en la población entre los 18 y 40 años, pero Gómez insiste en que el perfil de sus usuarios es muy amplio, porque "cuando alguien vende un producto, se egancha a seguir vendiendo".
En cuanto a su modelo de negocio, la estrategia de Wallapop es similar a la que han seguido las denominadas puntocom, como Twitter: captar muchos millones de usuarios durante los primeros años y, sobre esta codiciada base, plantearse de qué industria conviene atraer los ingresos. Con 12 millones en solo dos años de funcionamiento y presencia en cuatro países, la firma del logo verde es una de las startups nacionales más prometedoras. ¿El secreto de su éxito? "Trabajar, trabajar y trabajar", asegura. Según el emprendedor, en el mundillo del emprendimiento es fácil distraerse en conferencias, eventos y charlas. "Nosotros estamos muy alejados de todo eso. Estamos concentrados en lo nuestro", recalca.
Desde Wallapop están convencidos de que Silicon Valley, ese parque temático de las ideas, y sus clones no garantizan el éxito. "No nacimos en un garaje, lo nuestro fue todavía mucho más cutre. Estábamos en una mesa de una habitación en un piso compartido, dándonos literalmente codo con codo. Trabajar mucho es la clave", dice. Y recuerda que, cuando lanzaron la app en 2013 y acto seguido se convirtió en el número 1 en descargas, no lo esperaban. "Hicimos lo que se hace en estos casos: emborracharnos", ríe.