Crece el malestar de la banca con el Gobierno por la improvisación en el impuesto. Los banqueros no entienden por qué Pedro Sánchez anunció una tasa al sector sin previo aviso, pero sobre todo sin tenerlo definido. La incertidumbre se ha instalado entre las entidades, que 15 días después del anuncio aún no conocen el detalle, lo que ha acrecentado el nerviosismo, según fuentes bancarias consultadas por Vozpópuli. Y se prevé que el sector tenga que esperar todavía varios meses tras los trámites parlamentarios y burocráticos oportunos.
La banca se queja de que el impuesto ha sido "improvisado, sorpresivo y unilateral", y reprocha al Ejecutivo que el sector no fuera "ni consultado ni informado" pese a mantener un diálogo permanente. Esta era uno de los principales argumentos que tenían preparados los banqueros en la reunión con Calviño, según fuentes próximas a una de las grandes entidades. "El malestar principal es por anunciar un impuesto que no estaba concretado. Y los días van pasando", señalan desde otro de los bancos del Ibex.
La sensación que impera entre el sector bancario es que la cita de la semana pasada tuvo un carácter puramente político. Y las espadas siguen en alto pese a que Calviño trasladó que la reunión se celebró en un "tono constructivo". De hecho, otras entidades se abren a dar la batalla legal si hay resquicios legales en el nuevo gravamen, como anunció María Dolores Dancausa, consejera delegada de Bankinter, un día antes. Precisamente ni la consejera delegada ni el presidente, Pedro Guerrero, acudieron al Ministerio de Economía el pasado viernes alegando problemas de agenda.
Incertidumbre por el impacto
La principal incertidumbre para las entidades es que no conocen todavía cuál será el impacto. El sector se apresura a hacer estimaciones con distintas posibilidades, en función del tamaño por activos, la cuota de mercado o el nivel de crédito concedido. En este último punto, según fuentes próximas a las entidades, se considera que lo lógico sería que la tasa se aplicara sobre el volumen de hipotecas, que es la vía por la que los bancos se beneficiarán directamente de la primera subida de tipos de interés en Europa en once años.
"No me preocupa la caída en Bolsa", dijo Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, un día después de anunciar en el Debate sobre el Estado de la Nación la nueva tasa a los bancos, que provocó que el sector perdiera en Bolsa más de 5.000 millones de euros en tan sólo una sesión. Estas declaraciones soliviantaron más si cabe a los responsables bancarios.
Tardanza en la letra definitiva
El Gobierno quiere presentar, a través de los grupos del PSOE y Podemos, una proposición de ley esta misma semana. La idea, según fuentes gubernamentales, es que en septiembre se acelere la tramitación parlamentaria del impuesto una vez que se retome la actividad del Congreso. Pero otras fuentes señalan que el trámite parlamentario y burocrático se alargará, con lo que el impuesto sobre los bancos no se plasmará de forma definitiva varios meses después desde el anuncio de Sánchez.
El Banco Central Europeo (BCE) está también expectante sobre los planes del Gobierno con la tasa a la banca. El supervisor único teme que el impuesto pueda dañar la solvencia del sector financiero español y frene la concesión de crédito en un momento crucial para la economía. También advierte de que puede impactar en la capacidad de alguna entidad para pagar dividendos a sus accionistas. De hecho, el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, dejó claro a la vicepresidenta primera del Gobierno la pasada semana estos temores por el gravamen.