Hay muchas formas de medir el envejecimiento de una población. Por ejemplo, comparando el número de jóvenes de menos de 20 años con el de mayores de 65 años; relacionando la población activa con el número de personas mayores... Es muy también muy habitual para medir la fortaleza del sistema público de pensiones dividir el número de afiliados a la Seguridad Social entre el número de pensionistas. Con los últimos datos facilitados por el Gobierno, a cierre del pasado mes de julio, la Seguridad Social contaba con 20.705.244 afiliados tras aumentar desde principios de año en 464.350, la mayor subida en los siete primeros meses de un año en toda la serie histórica.
Según las cifras oficiales del Gobierno, la proporción entre afiliados y pensionistas es de 2,4, la más alta de la década, aunque con las cifras ofrecidas por la Seguridad Social en ambos casos, la relación se queda en 2,27, el resultado de dividir 20,7 millones de trabajadores cotizantes entre 9,106 millones de pensionistas.
Para muchos expertos, uno de los indicadores que mejor muestra el envejecimiento de la población es la relación existente entre el número de pensionistas y la población total del país. De acuerdo con los datos de población que suministra periódicamente el Instituto Nacional de Estadística y de pensionistas que facilita el Ministerio de Inclusión y Seguridad Social, en España hay 9.106.289 pensionistas censados en julio, para una población para una población de 48,1 millones, el 19%, o lo que es igual, un pensionista por cada cinco habitantes.
El porcentaje, aunque bastante llamativo, no dice mucho si no se analiza la evolución que se ha registrado a lo largo de los últimos años. En 2008, por ejemplo, la relación era de 16,5 pensionistas por cada cien habitantes; es decir, había un pensionista por cada seis residentes. Cinco años después, en 2013, uno de los peores años para la economía española, la proporción había subido al 17,8% y no ha parado de hacerlo hasta nuestros días.
Y es que el número de personas que han adquirido el derecho a cobrar una pensión contributiva ha aumentado en un 20,12% desde el año 2008, cuando estalló la crisis financiera internacional (hay 1,52 millones de pensionistas más), mientras que la población se ha incrementado en apenas 2,25 millones de personas, un 4,89%, un ritmo cuatro veces inferior, que se dejará sentir en los próximos años.
La alerta de las pensiones
Después de examinar detenidamente las estadísticas del INE y del INSS, se puede advertir que hay regiones y provincias donde las alertas han saltado ya hace varios años. En Asturias, por ejemplo, el porcentaje de pensionistas sobre población autonómica se acerca peligrosamente al 27%. Ya hay más de un pensionista por cada cuatro habitantes. En Galicia la relación es del 25,43, también superando esa proporción. En Castilla y León, el porcentaje de jubilados es del 24% y en el País Vasco, cerca del 23,5% de sus habitantes cobra algún tipo de pensión contributiva.
Es cierto que en la mayoría de estas regiones se llegó a cabo a partir de la segunda mitad de los años ochenta y noventa una dura reconversión industrial para reducir el tamaño del sector minero, el naval y el siderúrgico, que han podido inflar artificialmente los porcentajes. Hubo despidos pactados con más del 100% del salario de trabajadores, que no habían llegado aún a la madurez de su vida laboral para asegurar la paz social en las calles.
En Asturias, el porcentaje de pensionistas sobre población autonómica se acerca peligrosamente al 27%. Ya hay más de un pensionista por cada cuatro habitantes
Bajando un escalón en el sistema administrativo de España, hay algunas provincias en las que el envejecimiento poblacional se deja notar sobremanera. Son los casos de Orense y Lugo, donde hay ya casi un pensionista por cada tres habitantes. En el caso de la primera, el porcentaje sobre la población de la circunscripción es del 30,89% y en la segunda, del 29,73%. Las otras dos provincias gallegas están algo mejor, pero tampoco mucho mejor: La Coruña mantiene un 24,41% y Pontevedra, el 23,42%.
Los problemas no se circunscriben exclusivamente a Galicia. En León, el 27,85% de la población está jubilada; en Zamora es el 26,35%, y en Palencia, el 25,38%. En Guipúzcoa, la proporción es del 23,94% y en Vizcaya, del 23,57%.
En mejores circunstancias se encuentran provincias como Almería (13,68%, un pensionista por cada siete habitantes), Tenerife (14,96%), Málaga (15%), Murcia (15,26%), Las Palmas (15,27%), Baleares (15,4%) y Alicante (15,9%).
J
Para las autonomías, para tito berni, para el feminismo, para el ecologismo, para los enchufados, para los chiringuitos, para las mamandurrias, para todo eso y más, no hay problema. El problema son los jubilados que han cotizado bien durante toda su vida cumpliendo su parte del contrato con la sociedad y el estado, pero ahora, ¡amigo, ay ahora, ahora son los culpables. Propongo que se fusile a todo jubilado que cobre más de 500 euros/mes y se acabó el problema. Así habrá más dinero para las autonomías, para tito berni, para el feminismo, para el ecologismo, para los enchufados, para los chiringuitos, para las mamandurrias, para todo eso y más. ¡Qué asco de noticia, una vez más tratan de minar la mente de las personas y lo conseguirán teniendo en cuenta lo que se vota en este país.
vallecas
No hay que olvidar un dato también muy importante. En Asturias hay tantos jubilados como personas trabajando. O sea por cada jubilado una persona trabajando. Sirva como ejemplo