Nuevo revés para BBVA a consecuencia de Turquía. S&P Global Ratings, agencia de calificación tradicionalmente conocida como Standard & Poor's, ha rebajado de estable a negativa la perspectiva del rating A2 del banco que preside Francisco González por su elevada exposición al país otomano.
De hecho, la agencia de calificación crediticia cree que la situación de incertidumbre en Turquía tiene "potencial" para afectar negativamente al crédito en el grupo BBVA, concretamente en las expectativas respecto a la capacidad del banco para fortalecer su capital y mejorar la calidad de sus activos.
BBVA cuenta con una alta exposición a Turquía al controlar el 49,85% del banco turco Garanti, cuya calificación fue rebajada por la misma agencia desde BB- hasta B+ el pasado viernes. S&P espera que Garanti Bank, que representa alrededor del 10% de los activos del grupo, el 13% del crédito y el 14% del beneficio neto, incremente sus créditos dudosos debido a la depreciación de la lira turca.
"Esta tendencia en la calidad de los activos de Turquía, junto a los indicadores de debilitamiento en los mercados latinoamericanos de BBVA, podrían desacelerar la reducción sostenida del stock de activos problemáticos y la mejora en el perfil de riesgo de BBVA que incluíamos en nuestras anteriores calificaciones", ha señalado S&P, que esperaba una reducción sustancial de los activos improductivos a partir de 2019.
Contagio limitado
En cualquier caso, S&P ha reconocido que el modelo de filiales independientes con el que cuenta BBVA limita el posible riesgo de contagio dentro del grupo. Además, ha apuntado que BBVA cuenta con una política de cobertura que protege el capital y el beneficio procedente de Turquía ante depreciaciones de la lira. Así, el beneficio neto esperado en 2018 en Turquía está cubierto aproximadamente al 50%.
Según ha indicado S&P, la perspectiva de BBVA podría retornar a estable si el banco es capaz de absorber el impacto negativo derivado de su negocio en Turquía sin perjudicar signficativamente su rentabilidad, capital y calidad de los activos.
Asimismo, una perspectiva estable dependería también de que las empresas españolas mantuviesen sus calificaciones, con rendimientos ascendentes y créditos dudosos a la baja, y de que no surgiesen otros riesgos significativos en América Latina.