La subida de los tipos de interés acordada el pasado jueves por el BCE para contener la inflación en Europa provocará un alza inevitable del euríbor, y un encarecimiento generalizado de las hipotecas que acorralará aun más a las familias españolas, a pesar de la fuerte competencia del sector bancario.
El Banco Central Europeo (BCE) elevó el pasado jueves los tipos de interés en medio punto porcentual, hasta el 0,50 %, la primera subida en once años y la más intensa desde 2000, con el objetivo de frenar el avance de la inflación.
Sin embargo, el euríbor, el indicador al que están referenciadas la mayoría de las hipotecas a interés variable, que representan siete de cada diez préstamos, ya había anticipado esta subida, y en un año, desde junio de 2021, ha pasado de una tasa negativa del 0,484 % al 0,852 % que marcó al cierre del mes pasado.
En función del volumen de la hipoteca, ese alza del euríbor se traducirá en un mayor o menor incremento de la cuota mensual, pero además está la gran incertidumbre de qué nivel puede llegar a alcanzar el indicador para que cada uno pueda conocer cuánto podría subir su hipoteca y medir su capacidad de resistencia.
Este ejercicio, coinciden los expertos, es importante para que el consumidor valore si le conviene blindarse ante las futuras subidas del euríbor y, sin entrar a contratar productos complejos, convierta su hipoteca en un préstamo a tipo fijo. Aunque éste será inicialmente más caro, le garantizará pagar siempre la misma cuota.
El Banco de España, en el portal del cliente bancario, recomienda echar cuentas y valorar bien el cambio, pero si finalmente se decide pasar una hipoteca de tipo variable a fijo, explica, hay tres formas de hacerlo: una novación, una subrogación o una nueva hipoteca.
En el primer caso, el cliente recurrirá a su mismo banco para cambiar las condiciones de la hipoteca y, si le convence la oferta, que tendrá que estudiar y formalizar ante notario, tendrá que pagar una comisión a la entidad en base al importe pendiente de pago.
En la subrogación, sin embargo, el cliente traspasa su hipoteca a otra entidad. Para ello, el banco nuevo deberá presentarle una oferta vinculante con las condiciones de la nueva hipoteca, aunque su anterior entidad tiene derecho a igualarla o incluso mejorarla.
Los gastos asociados a la subrogación de una hipoteca suelen ser superiores a los de la novación, recuerda el Banco de España.
Por último, el cliente siempre tiene en su mano la posibilidad de firmar una nueva hipoteca y cancelar anticipadamente la anterior, aunque esta opción suele ser la menos escogida porque requiere más trámites y unos gastos mayores.
Hipotecas a tipo fijo
En los últimos años, ante el contexto de tipos de interés históricamente bajos en Europa, las entidades españolas mejoraron su oferta de hipotecas a tipo fijo, que hasta entonces había sido un producto testimonial. En febrero de 2012 ni siquiera llegaba al 6 %.
Además de la tranquilidad que suponía para el cliente tener una cuota hipotecaria idéntica de por vida, la oferta era tan competitiva que a principios de este año casi el 77 % de las nuevas hipotecas se firmaron con estas condiciones.
No obstante, ante el alza del euríbor y la previsible subida de tipos, los bancos han ido ajustando también su oferta de hipotecas fijas, endureciendo sus condiciones a pesar de que, según Asufin, este tipo de préstamos hasta la fecha ha resultado "bastante rentable" al sector.
En los últimos cinco años, las hipotecas a tipo fijo han sido de media un 1,8 % más caras que las variables; de este modo, un cliente ha pagado de media 113,57 euros más al mes, que se traduce en 1.362,84 euros más al año y 6.814,20 euros más en los cinco años.