El precio de alquilar una vivienda en España ha caído en el año de la pandemia. Como viene informando Vozpópuli, el incremento del volumen de pisos sin alquilar, que llegó a ser de más del 100% en las principales capitales, ha frenado la onda expansiva de los costes.
Atendiendo a datos del mayor portal de anuncios del mercado, Idealista, el alquiler alcanzó su pico en 2020, cuando llegó a los 11,5 euros por metro cuadrado de media en el conjunto del país. Esto es, un 63% más que a finales de 2013, el punto en que los precios habían iniciado su espiral alcista.
Distintos representantes sociales han utilizado el calificativo de "burbuja" para referirse al fenómeno ya que los alquileres se han disparado mientras que el salario medio apenas se ha movido (de 26.191 euros anuales brutos en 2014 a 26.934 euros en 2020, según el Instituto Nacional de Estadística). A finales del año pasado, ningún joven español menor de 34 años era capaz de alquilar una vivienda en solitario sin destinar a ello más del 30% de sus ingresos reales, atendiendo al Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud.
Agentes del mercado como el fondo de inversión estadounidense y mayor casero de España, Blackstone, llegaron a estimar, ya antes de la covid, que los precios tocarían techo en 2020 ante la incapacidad de la demanda para ir a la zaga de los precios de la escasa oferta.
La bajada del alquiler de vivienda echa el freno
Desde septiembre del año pasado hasta agosto de 2021, la espiral de los precios se ha desinflado en doce puntos porcentuales, un 20%. En otras palabras, el alquiler es ahora un 51% más caro que en 2013, con Madrid y Barcelona como grandes epicentros.
La cifra es importante si se consideran las inercias del sector inmobiliario: el coste de la vivienda cayó menos de un 10% en los doce meses posteriores al pinchazo de la burbuja de 2008. De forma similar, el precio del alquiler a lo largo de España es ahora un 7% más bajo que en agosto de 2020.
Sin embargo, es de notar que los alquileres de vivienda llevan ya tres meses manteniéndose neutros, por lo que habrá que esperar a septiembre u octubre para comprobar si la bajada, con el mercado actual, ha tocado su piso o se profundiza.
Y es que el sector inmobiliario piensa, como buena parte del PSOE, que la forma de bajar los precios de manera estructural es con más oferta -la actual, en su gran mayoría, no se ha construido para un uso eficiente- y no con una limitación unilateral de la renta, como reivindican Unidas Podemos y el ala más izquierdista del separatismo catalán. La limitación directa desde las Administraciones Públicas podría funcionar a corto plazo pero no a largo al poder acabar restringiendo la entrada de nueva oferta, según ha concluido el Banco de España tras analizar experiencias fuera del país.
Los alquileres han caído en el último año de forma similar en Cataluña (8,2%) que en Madrid (8,1%), si bien la primera ya ha implementado el llamado control de los precios. En el último mes, las rentas cayeron un 0,2% en la comunidad catalana, mientras que subieron un 0,4% en la madrileña.
De acuerdo a cifras que maneja el ala socialista del Gobierno, España precisa de más de un millón de viviendas asequibles para bajar los precios a la media UE, algo que no será posible antes de 2030. Paralelamente, el sector privado calcula que solo se ha captado entre el 5% y el 10% de la inversión necesaria.
Según datos de la Asociación de Propietarios de Viviendas en Alquiler (Asval), alrededor de 350.000 familias en España están en situación de profunda vulnerabilidad económica. Para ellas, el pago del alquiler representa, de media, un 48% de sus ingresos frente al 30-35% consensuado como sano en el conjunto de la Unión Europea.