Primero fue la comidilla entre la plantilla de BBVA. Se le buscó comparación con un euro, una moneda, una peseta, una galleta… Pero la elipsoidal forma del rascacielos de la nueva ciudad financiera de BBVA, un proyecto a medio camino entre la realidad de su espectacular sala de Tesorería y el presente de andamios, grúas y obreros, se denominó ‘La Vela’. Tirando de conocimientos marinos, el edificio no tiene forma ni de Mayor, ni de Génova, ni de Cangreja, ni tampoco de Foque. Cuatro tipos de velas de la historia de la náutica. Se asemeja a un espí, el trapo (kevlar en estos tiempos) que montan las tripulaciones para ganar velocidad en los trampos de popa (a favor del viento). Pero a ese parecido hay que echarle un poco de imaginación, es cierto. ‘La Vela’, el edificio donde tendrá el despacho FG, es más achatada y menos proporcionada que la vela que suele aparecer y desaparecer por la escota de un barco.
Pese al bautizo, el edificio sigue generando comparaciones. Y como dice el refrán, éstas siempre suelen resultan odiosas. En el Santander, al ingenio le han sumado una dosis de mala leche en la búsqueda de parecido. Algo típicamente español. Allí, a ‘La Vela’ no le ven forma de vela. Ni tampoco de peseta, euro, moneda o galleta. Al edificio le ven forma de tapa del váter. Aceptando la comparación con deportividad, la verdad es que tiene su guasa.
La torre, proyectada por los arquitectos suizos Jacques Herzog y Pierre de Meuron, de 93 metros de altura y 19 plantas, está recibiendo ya los primeros cristales que ejercerán de muro de este transparente edificio. Las fachadas de ‘La Vela’, como del resto del complejo, se han diseñado para minimizar el consumo energético. La ciudad financiera contará con más de 49.000 m2 de fachada acristalada.
En la última planta del rascacielos de Las Tablas está proyectado el restaurante ‘vip’. Allí donde FG o Ángel Cano terminarán de cocinar los grandes proyectos para el banco en los postres con sus comensales. Quienes conocen el proyecto, dicen que el restaurante contará, además de con unas increíbles vistas, con una espectacular barra con diseño vanguardista.
No en vano, el interior de la ciudad financiera de BBVA, un entramado de calles techadas con toldos que se pliegan o despliegan sincronizados con la luz solar, recuerda a cualquiera de esas empresas de tecnología de Silicon Valley. En una de esas calles, la que da acceso a ‘La Vela’, se puede leer un cartel que dice: 'Cooming soon'. Seguro que en el Santander también le sacan punta.