¿Trabajadores de El Corte Inglés participando en la gestión del gigante de los grandes almacenes? Podría suceder si Falange Española llegara alguna vez a gobernar en España y si el nuevo director general del gigante de la distribución, Dimas Rodrigo Gimeno Álvarez, mantuviera hoy día la línea ideológica que, supone este Buscón, debió de suscribir, siquiera mínimamente, cuando, entre los años 1996 y 2000, llegó a presentarse en las listas electorales de Falange Española Independiente (FEI) hasta en tres ocasiones.
La locura de juventud de Gimeno, sobrino de Isidoro Álvarez y claro aspirante a suceder al actual presidente de El Corte Inglés, especialmente tras su nombramiento el pasado domingo, fue destapada este martes por eldiario.es y corrió como la pólvora por las redes sociales.
Todo, dice el entorno familiar de Gimeno, por la costumbre, habitual en los partidos pequeños, de rellenar listas electorales con familiares de algunos de sus militantes más activos; en ningún caso porque el nuevo hombre fuerte de El Corte Inglés fuera falangista. De eso nada. Resulta que fue uno de sus hermanos, Miguel Ángel Gimeno, el responsable de incluir al pobre Dimas, junto a otra de sus hermanas (psiquiatra de profesión) y su padre, en las listas electorales.
Según el citado Miguel Ángel, su hermano, hoy flamante ejecutivo, “nunca ha militado en política ni ha participado en ningún acto público de esta organización” de extrema derecha. Su versión es la misma que ofrecen El Corte Inglés y la propia Falange.
Pero, ¿y si en su corazoncito Dimas Gimeno todavía comulgara con algunos de los postulados de Falange? En ese caso, muy probablemente los empleados de El Corte Inglés estarían de enhorabuena, en vista de los postulados ideológicos que este partido desplegó en las últimas elecciones generales, las de 2011.
En efecto, en su programa electoral, Falange defendía, entre otras cosas, la “participación de los trabajadores en la gestión de las empresas” como “medio de alcanzar la copropiedad y cogestión", algo impensable en El Corte Inglés, cuya dirección siempre ha estado férreamente vinculada a los designios de la familia fundadora.
Falange, que en esas elecciones no llegó a las 2.900 votos y que estos días anda enfrascada reclamando algo tan español como la salida del Reino Unido de Gibraltar, también defendía la eliminación de las Autonomías, el derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte natural, la nacionalización de la banca, el sindicalismo vertical, una forma de Estado republicana y un parlamento con circunscripción única; en plena ensalada ideológica, reclamaba, además, la “regulación de las indemnizaciones por despido de los directivos de grandes empresas”, la nacionalización de las empresas energéticas y la investigación de las grandes fortunas del país, con “depuración de responsabilidades en casos de fraude”. ¡Ay, si don Ramón Areces levantara la cabeza…!