Como buen cortesano, Florentino Pérez acogió con indisimulado entusiasmo la noticia de la presencia del Rey en el palco del Santiago Bernabéu. "Si él viene remontamos seguro", proclamaba el presidente del Real Madrid horas antes del comienzo del encuentro de Liga de Campeones ante el Borussia de Dortmund. Por lo visto, Florentino no calibró el mal fario que persigue desde hace meses al Borbón español.
Juan Carlos I, Juanito en su infancia para diferenciarlo de su padre -Juan de Borbón-, revolucionó las redes sociales y las webs que dieron la noticia. Con la que está cayendo en España, con el descrédito creciente de la monarquía, el Jefe del Estado salía por vez primera del Palacio de la Zarzuela desde que se operó el pasado 3 de marzo de una doble hernia discal para ir a un partido de fútbol.
¿Y Mariano Rajoy? El presidente del Gobierno, apasionado confeso de casi todos los deportes, aficionado del Real Madrid y amante de fumarse un buen puro mientras disfruta de una semifinal de Liga de Campeones, no se pronunció. Se guardó muy mucho durante toda la tarde de desvelar si acompañaría al Rey en el palco de Chamartín. Al final no fue y, vista la eliminación del conjunto blanco, se ahorró el disgusto y una nueva acusación de gafe.
El Rey, en su línea, bromeó con Florentino en varias ocasiones, celebró los dos goles y creyó en el milagro hasta el pitido final. Pero el espíritu de Juanito de Borbón no fue suficiente para tumbar a los alemanes. Si ha acudido a apoyar al Real Madrid, ¿hará lo mismo este miércoles con el otro equipo español, el Barcelona, en el Camp Nou y ante otro germano, el Bayern de Múnich?