Salvador Dalí aún no tiene calle en Barcelona, pese a ser pedida en el pleno municipal desde hace años. Tampoco Montserrat Caballé ni Freddie Mercury, símbolos musicales por excelencia de la Barcelona del '90 y menos consenso tiene aún Juan Antonio Samaranch, artífice de la Barcelona Olímpica del '92. Ninguno de ellos ha logrado poner de acuerdo a los grupos municipales de Barcelona hasta ahora.
El pintor Pablo Picasso, que ya está incluido en el nomenclátor de la ciudad, sí ha conseguido aunar a todas las fuerzas políticas de nuevo para tener su propia ruta. El homenaje de Barcelona a Picasso también se ha plasmado con un museo en su nombre, pero existe un rastro apenas conocido del genial pintor que no se plasma únicamente en cuadros. Así sus talleres en la calle Comerç, Nou de la Rambla o calle de la Plata no tienen reconocimiento en forma de placa, como tampoco su domicilio en la calle de la Mercé o el burdel de la calle Avinyó, inspiración para dibujar las señoritas de Aviñón, uno de los primeros cuadros más famosos del cubismo.
La deuda de Barcelona con Picasso
A diferencia de Gaudí y Miró, la huella de Picasso en Barcelona apenas pasa desapercibida. Si bien es cierto que sus obras más importantes están repartidas por el Museo del Prado, el Louvre de París, o el Museo Metropolitano de Nueva York, los primeros pasos del pintor malagueño en el cubismo se produjeron en la Ciudad Condal, concretamente entre 1895 y 1905, y algunas de sus piezas se pueden contemplar a simple vista, como el friso del Colegio de Arquitectos de Cataluña, donde se realizó su primera exposición. Ninguno de estos lugares tiene mención alguna al artista, ni una placa a pie de calle. Tampoco su última estancia en la ciudad, el Hotel Ranzini, situado cerca de Colón. Una huella latente que pasa desapercibida para la mayoría de ciudadanos de Barcelona como también para los turistas.
La propuesta del Partido Popular de Barcelona, ratificada con algún 'pero' por el resto de grupos municipales, trata de "dignificar y ampliar el legado del pintor con Barcelona", según ha señalado Oscar Ramírez a El Liberal. "Las obras de Gaudí y Miró se observan a pie de calle y están señaladas, pero no las de Picasso", ha asegurado.
Picasso antes que Caballé
Preguntado sobre el por qué se ha escogido antes a Picasso que a un artista catalán con renombre, como Dalí, que aún no tiene calle en Barcelona, ha asegurado que el pintor surrealista la tendrá en la estación de La Sagrera, cuyas obras se llevan años de retraso. También se había pensado en Juan Pablo II, pero no surgió el consenso. "No descartamos más adelante proponer que Montserrat Caballé tenga su calle", ha afirmado. "Picasso tiene una ruta olvidada y no es un referente catalán", ha incidido.
En la comisión de Cultura, Ramírez ha puesto de manifiesto la falta de conocimiento del pintor malagueño entre los ciudadanos de Barcelona y por eso "queremos hacer su asegurado que "esta ruta comporta un atractivo turístico cultural añadido para la ciudad, cumpliendo con el objetivo del Ayuntamiento de ofrecer nuevas rutas culturales para promover en la ciudad, al margen de las conocidas como la ruta de Gaudí y el modernista".
El Hermitage, de nuevo a escena
"Es un artista de casa", ha asegurado Neus Munté, portavoz de JxCat, que ve la propuesta "constructiva" y que Picasso puede ayudar a situar a Barcelona como un centro cultural, mientras que ha incidido en otras iniciativas culturales privadas, como El Hermitage.
La portavoz de Ciudadanos, Marilen Barceló, ha señalado que "Picasso y Barcelona son inseparables" y ha mostrado su satisfacción por la actividad del Museo Picasso para dar a conocer al genio de Málaga.
Eva Parera, portavoz de Barcelona pel Canvi, se ha mostrado a favor de la medida por su legado y ha recordado el convenio entre la Universidad de Barcelona y el Museo de Picasso para dar a conocer la obra del artista. "Es una buena idea la ruta turística pero tiene que estar señalizada", ha añadido.
ERC aprovechará para hacer otras rutas
Desde ERC han pedido extender la propuesta no solo para Picasso sino también a "todo el imaginario cultural y artístico colectivo. Es una propuesta que se podría trabajar desde el propio Museo de Historia y que visibilice todo nuestro legado histórico", ha afirmado.
Joan Subirats, concejal de Cultura, ha asegurado que la ruta Picasso "ya existe", con un itinerario virtual. Pero se plantea ahora si se puede señalizar cada una de los puntos. "Barcelona tiene una saturación de señalización", ha asegurado.