Se repite el éxito de un barco de la Armada en Barcelona. Después de que el Juan Sebastián Elcano recalase en la ciudad el pasado septiembre y agotase las casi 10.000 entradas en pocas horas, el Juan Carlos I, el buque de mayor envergadura de la Armada, fue visitado por más de 11.000 personas el pasado sábado, coincidiendo con la Fiesta Nacional.
Y ello ocurrió a pesar del boicot del Puerto de Barcelona, que desterró al navío a cuatro kilómetros del centro de la ciudad. Concretamente, en la terminal D, muelle adosado donde atracan los cruceros e inaccesible a pie o en coche. Así, los asistentes se vieron obligados a tomar atobuses-lanzadera fletados por la propia Inspección General de Ejército.
La decisión de situar el buque en un lugar de difícil acceso la tomó el presidente de la institución portuaria barcelonesa, Lluís Salvadó, alto cargo de Esquerra Republicana. En un principio, el Puerto de Barcelona no mostró reparos a que el portaaeronaves atracase donde lo hizo el Juan Sebastián Elcano, en el céntrico Moll Est. Sin embargo, a posteriori cambió de opinión y lo envió a la terminal citada.
Lluís Salvadó fue nombrado diciembre de 2022 por el Ejecutivo de Aragonès y, pese al cambio de Govern, ha permanecido en el cargo. No obstante, él mismo informó en una entrevista la semana pasada que, al término de la Copa del América, el 21 de octubre, será "relevado de sus funciones" dado que no "tenía sentido hacerlo antes ni después". Por otra parte, Salvadó se encuentra pendiente de recibir la amnistía tras ser investigado por el TSJC por malversación, prevaricación y revelación de secretos durante el 'procés'.