La Audiencia Nacional ha librado tres órdenes de investigación a Bélgica para que tome declaración a la etarra Natividad Jáuregui, que se refugia en aquel país desde los años 80, por tres crímenes pendientes en España, entre ellos, el asesinato mediante un tiro en la nuca del teniente coronel Ramón Romeo Rotaeche cuando salía de misa en la Basílica de Begoña en Bilbao en 1981.
Las tres órdenes han sido remitidas en el mes de octubre, según las fuentes jurídicas consultadas por Europa Press, quienes inciden en que se trata de un nuevo esfuerzo por conseguir que los crímenes que se imputan a Jáuregui no queden impunes, ya que la justicia belga se ha venido negando a entregarla a España.
La última vez fue en 2013, cuando tras permanecer detenida un mes en Gante, un tribunal de casación belga rechazó su entrega por entender que la histórica etarra corría riesgo de ser torturada en España, tal y como alegaban sus abogados.
Esta tesis se vería reforzada después tras la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos sobre los también etarras Igor Portu y Martín Sarasola, pues según falló el tribunal de garantías el pasado mes de febrero, fueron maltratados en el momento de su detención.
Por eso, los fiscales que siguen causas sobre Jáuregui en la Audiencia Nacional han decidido pedir a Bélgica que sea interrogada bajo su soberanía y con su propio personal. Se trata, al final, de recabar su declaración para seguir la instrucción de casos como el de Romeo Rotaeche, que siguen impunes.
Regenta un cátering
Jáuregui, que era miembro del 'Comando Vizcaya' en plena época de plomo, lleva fugada de España más de treinta años y hace vida en Bélgica, donde se ha casado con un abogado del equipo que la representa y gestiona un cátering. Podría ser llamada a declarar, pero para eso la justicia belga que la ha estado amparando todos estos años tiene que aceptar la petición española.
Además del asesinato de Romeo Rotaeche, la Audiencia Nacional pide que se la interrogue por un delito de estragos terroristas cometido en los ochenta y por el ametrallamiento de dos coches de la Guardia Civil en 1981 en Bilbao. En aquel ataque no murió nadie, pero tres agentes resultaron heridos de gravedad.
En los últimos meses, Bélgica se ha destacado como refugio habitual para quienes huyen de la justicia española porque es allí donde varios acusados del independentismo catalán han establecido su residencia. No obstante, Jáuregui lleva allí desde los ochenta sin que la justicia belga haya atendido a sus delitos de sangre pendientes y eso, pese a que la Comisión Europea nunca ha puesto el sistema judicial español bajo sospecha de falta de garantías, como sí está haciendo ahora con Polonia.