España

Luis Portillo demanda al BBVA y le reclama casi 40 millones

El BBVA fue una de las pocas entidades financieras que se quedó fuera de los acuerdos a los que llegó Portillo con muchos de sus acreedores en 2008 con el fin de cancelar la deuda que mantenía con ellos.

El BBVA fue una de las pocas entidades financieras que se quedó fuera de los acuerdos a los que llegó Portillo con muchos de sus acreedores en 2008 con el fin de cancelar la deuda que mantenía con ellos.

La mayoría de bancos y cajas con los que llegó al citado pacto procedieron a quedarse con los activos que figuraban como garantía de los créditos (que consistían básicamente en las acciones de Colonial que Portillo había comprado con el dinero de los préstamos y que habían sido pignoradas), con lo que la participación de Portillo en la inmobiliaria se diluyó de forma considerable.

Sin embargo, el BBVA tuvo más paciencia y permitió que Portillo aún pudiera ostentar cerca del 5% del capital de la compañía, aun cuando el empresario no había atendido los correspondientes vencimientos, extremo que admitía él mismo en las cuentas de sus sociedades.

Pero bien es sabido que la paciencia tiene un límite. Hace unos meses, BBVA decidió acabar con esta situación y plantear una demanda de ejecución hipotecaria sobre un préstamo de 76,3 millones de euros concedido en su día a Portillo y que se encontraba en mora desde 2009.

Como garantía de dicho préstamo figuran un paquete de acciones de Colonial y el Hotel Senator Gran Vía, situado en la madrileña plaza del Callao, uno de los activos más preciados de lo que el empresario sevillano mantiene en cartera (aunque sea hipotecado).

Las discrepancias surgen a la hora de valorar el paquete de acciones de la inmobiliaria. Los títulos de Colonial han sufrido desde 2008 un desplome sin precedentes que le llevaron de cotizar por encima de la cota de cinco euros hasta hacerlo en unos paupérrimos seis céntimos de euro, antes de que llegara el maquillaje de un espectacular contra-split de 100 por 1.

Portillo insiste en las valoraciones que se hicieron en su día de las acciones (en el entorno de los 3,5 euros) mientras que la entidad financiera no está dispuesta a pasar por ese aro, teniendo en cuenta el tortuoso camino de Colonial en los mercados y su actual cotización.

Ni corto ni perezoso, Portillo ha demandado al BBVA al que no sólo pide que se dé por liquidada la deuda financiera que mantiene con la entidad sino que además exige el cobro de 38,7 millones de euros una vez que el banco proceda a la venta de acciones de Colonial pignoradas.

Pero el del BBVA no es el único préstamo con el que Portillo tiene problemas. El que fuera presidente de Colonial se encuentra actualmente en negociaciones con Banco Popular para refinanciar un crédito a largo plazo (20 años) por valor de unos 40 millones de euros que se encuentra en estos momentos en situación de amortización anticipada debido a que Portillo no ha hecho efectivos los intereses.

Según figura en la memoria anual de Grupo Zent, el holding a través del que Portillo controla sus participaciones en diversos negocios, este crédito hipotecario cuenta como garantía con una serie de activos entre los que figuran diversas fincas situadas en Andalucía y cerca de una treintena de plazas de garaje en Madrid.

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