"He decidido abstenerme del conocimiento de este asunto en aras de no causar perjuicio alguno al procedimiento, a las partes procesales, a los acusados en situación de prisión y a las víctimas", ha anunciado la presidenta del tribunal que juzgaba desde ayer a los cuatro etarras por el asesinato en 2001 del concejal de UPN en Leiza (Navarra) José Javier Múgica.
Murillo ha reconocido que su expresión fue "ciertamente desafortunada", y aunque considera que su imparcialidad objetiva se mantiene "inalterada", ha comunicado su renuncia al presidente de la sala de lo penal de la Audiencia Nacional, Javier Gómez Bermúdez, que ha aceptado su abstención.
La sección cuarta de la Audiencia Nacional ha acordado en un auto que el juicio se repita mañana desde el inicio con un nuevo magistrado en el tribunal - José Ricardo de Prada- y presidido por la juez Carmen Paloma González.
En la explicación que ha ofrecido a los presentes en la sala, Murillo ha admitido que la expresión "cabrones" que pronunció en la sesión de ayer fue "ciertamente desafortunada" y ha admitido que la emisión de tal comentario "es una realidad, aunque ninguno de los asistentes pudo apercibirse de ella porque a ninguno iba dirigido", ha dicho.
La magistrada estima que, pese a haber pronunciado esas palabras, su "imparcialidad subjetiva permanece inalterada", si bien considera que la doctrina sentada por el Tribunal Supremo, que entiende de gran importancia la "imparcialidad objetiva, que sin duda alguien puede considerar afectada", es motivo para retirarse del juicio.
Esta decisión se produce después de que ayer la juez, tras escuchar el testimonio de la viuda de Múgica, y sin darse cuenta de que el micrófono se mantenía abierto, señaló durante la celebración de la vista: "pobre mujer, (....) y encima se ríen estos cabrones".
No era la primera vez que la magistrada era protagonista de una polémica similar.
El pasado 8 de febrero, el Supremo anuló una condena a dos años de prisión que una sala presidida ella había impuesto al exportavoz de Batasuna Arnaldo Otegi por enaltecimiento del terrorismo, al estimar que la juez exteriorizó "un prejuicio acerca de su culpabilidad" al preguntarle si condenaba la violencia.
Al negarse Otegi a contestar, Murillo añadió: "Ya sabía yo que no iba a responder".
En junio pasado, volvió a ser cuestionada por su intervención durante el juicio del caso Bateragune, en el se juzgaba otra vez a Otegi y otros siete dirigentes abertzales.
En este caso, la magistrada se dirigió a la procesada Miren Zabaleta del siguiente modo: "Usted se ha manifestado contraria a la violencia política ¿Qué es la violencia política? ¿Un tiro en la nuca es violencia política?".
En otro momento del juicio, Murillo también comentó la actitud del dirigente abertzale Rufino Etxeberria, que compareció como testigo y al entrar en la sala se abrazó con Otegi, tras lo que la magistrada le preguntó si tenía algún interés en la causa.
Etxeberria admitió que su deseo era que todos salieran absueltos, ante lo que la juez respondió: "Entonces, usted de imparcial poco, ¿no?".
En esta ocasión, la propia magistrada ha preferido que sus comentarios no tuvieran consecuencias para el juicio, por lo que se ha adelantado a una posible anulación, decidiendo abstenerse en la causa.
Mañana volverá a repetirse la vista en la que los etarras "Txapote", Andoni Otegi, Oscar Zelarain y Juan Carlos Besance se enfrentan a penas de entre 38 y 48 años de cárcel por el asesinato de Múgica.