El hombre elegido por Mariano Rajoy para gestionar desde el Ministerio del Interior el fin del terrorismo de ETA ha sido siempre secretario de Estado con el ahora presidente, a cuyas órdenes estuvo en los ocho años de Gobierno del PP en tres Ministerios diferentes.
Hijo de familia numerosa y hombre de profundas convicciones religiosas, nació en Valladolid en 1950, lo que no ha impedido que ejerza desde hace décadas como hombre fuerte en el PP catalán junto a su hermano, Alberto Fernández Díaz, presidente del grupo del PPC en el Ayuntamiento de Barcelona. Hace una semana muchos medios le nombraron presidente del Congreso y no lo fue, pero este político veterano y discreto no pareció inmutarse. Quizás sabiendo, quizás no.
Y es que Jorge Fernández es un corredor de fondo: Estudió ingeniería industrial e ingresó por oposición en el Cuerpo de Inspectores de Trabajo y Seguridad Social del Estado, llegando a ser subdelegado y delegado del Ministerio de Trabajo en Barcelona entre los años 1979 y 1980.
En los más de 30 años que lleva en política, ha ejercido de gobernador civil de Asturias y Barcelona, de concejal del consistorio barcelonés por Alianza Popular, de senador autonómico y de diputado tanto en el Parlamento de Cataluña como en el Congreso.
La sombra de Rajoy
Cuando Aznar llegó al Gobierno se convirtió en la sombra de Mariano Rajoy, al que siguió de Ministerio en Ministerio, salvo, curiosamente, al de Interior, que el hoy presidente ocupó entre febrero de 2001 y julio de 2002.
Primero fue secretario de Estado de Administración Territorial (1996-1999), luego de Educación, Universidades, Investigación y Desarrollo (1999-2000) y, finalmente, de Relaciones con las Cortes durante la segunda legislatura del Gobierno del PP.
En esta última legislatura ha sido diputado en el Congreso y vicepresidente tercero de las Cortes, y desde Cataluña también puso su granito de arena para llevar a Rajoy a La Moncloa.
Más allá de su carrera política, el nombramiento de Jorge Fernández pone de manifiesto el gran momento que atraviesa el PP catalán, que gestiona las ciudades de Badalona y Castelldefels, gobierna junto a CiU la Diputación de Barcelona y que se ha convertido en socio preferente de esta formación en el Parlamento catalán y en el Ayuntamiento de Barcelona.