Endeudadas hasta las cejas. Las empresas españolas ocuparon el primer puesto en el ranking de las empresas más apalancadas de Europa en el primer trimestre de 2011, según reveló ayer el Banco Central Europeo (BCE). O lo que es lo mismo: la relación entre deuda empresarial y PIB fue la mayor de la eurozona situándose en torno al 140%, muy por encima de la media, y de nuevo en máximos históricos.
Del otro lado de la balanza, las empresas alemanas fueron las que se vieron menos obligadas a recurrir a financiación externa de las cinco grandes economías de la eurozona. Le siguieron en prudencia las compañías de Italia, Holanda y Francia, todas por debajo de la media de los países que comparten moneda única.
La crisis ahoga a las compañías que se resienten del pronunciado descenso en la actividad económica y el cierre del grifo del crédito. Como resultado, desde mediados de 2009 Europa asiste a un proceso gradual de desendeudamiento de sus empresas. Sin embargo, “los niveles siguen en máximos históricos”, advierte la entidad emisora del euro.
Y en un contexto de austeridad, las administraciones públicas apretándose el cinturón y los ciudadanos consumiendo cada vez menos, “las compañías son vulnerables a cualquier incremento de los tipos de interés”, reconoció la entidad responsable de la política monetaria.
En busca de financiación
Las empresas, especialmente las pymes, obtienen la mayor parte de la financiación de las entidades bancarias. Pero “la crisis financiera ha cambiado este patrón”, recalca el informe. Desde el segundo trimestre del 2008, el año en el que comenzó la Gran Recesión, las compañías recurrieron menos a los préstamos bancarios para crecer o simplemente llevar a cabo su actividad.
Con el crédito escaseando, las compañías se han visto obligadas a buscarse la vida para sobrevivir. Lo que ha quedado registrado en las estadísticas del BCE. “En particular, las emisiones de títulos de deuda emitidas por empresas no financieras han cobrado una gran importancia durante la crisis financiera”.
Las pymes no pueden recurrir a estos sofisticados mecanismos de financiación de emisión de títulos de deuda, por lo que su principal recurso de obtención de crédito sigue siendo los préstamos bancarios. Un hecho especialmente relevante en España donde la restricción al crédito es de sobra conocida y donde el tejido empresarial está conformado un 95% de pequeñas empresas.
Muchas de estas pequeñas y medianas empresas españolas han recurrido al Instituto de Crédito Oficial (ICO) para lograr la tan necesaria financiación. En el tercer trimestre de 2011, el 41% de estas empresas acudieron al organismo público en búsqueda de liquidez. Un nivel muy superior al 25% registrado dos años antes.
En esta línea, ayer la patronal de las pymes (Cepyme) reclamó al Gobierno "medidas para favorecer la autofinanciación y aliviar la tensión de liquidez". Entre ellas, los empresarios pedían la revisión del impuesto de sociedades o la racionalización de las ayudas de organismos como el ICO.