Sensación agridulce entre los populares asturianos. Finalmente todo se ha decantado a favor del PSOE, que ha conseguido aunar los apoyos de Izquierda Unida y de la formación que lidera Rosa Díez, UPyD. Por detrás queda más de año y medio de broncas en el centro-derecha asturiano que ha culminado con el malestar generalizado entre buena parte de los dirigentes y de las bases hacia la que fuera candidata popular, Mercedes Fernández. Y el motivo de ese malestar radica en su movimiento de última hora, consistente en ofrecer a Francisco Álvarez-Cascos lo votos necesarios para posibilitar su investidura siempre y cuando consiguiera el apoyo de UPyD.
El ofrecimiento de Fernández fue interpretado por no pocos dirigentes regionales de su partido como una muestra de debilidad innecesaria frente al gran enemigo: el líder de Foro Asturias y antiguo secretario general del PP. Da lo mismo que Fernández tuviera ese gesto a sabiendas ya de que la formación magenta había cerrado un principio de acuerdo con el PSOE, sino que se contradecía también con la que había sido la línea pactada en el seno del partido de presentar candidatura propia para no quedar convertidos en meros “satélites” de Álvarez-Cascos y los suyos.
Además, le reprochan a su líder que el cambio de estrategia, anunciado el mismo día que se supo que el Tribunal Constitucional daba finalmente al PSOE el escaño en litigio, no pasó por los órganos regionales del partido. De hecho, la jornada anterior Fernández había insistido en conversación con alcaldes del PP que mantendría su candidatura. La decisión contraria se tomó de forma urgente para no ser acusados de haber imposibilitado un acuerdo del centro-derecha, pero lo cierto es que quedan demasiadas heridas por restañar en un batalla que arrancó hace más de un año y medio, cuando, en verano de 2010 se desató el debate en torno a la candidatura popular para el Principado de Asturias.
Asturias celebrará congreso regional en el mes de septiembre, en principio, con la única candidatura de Mercedes Fernández
Desde entonces lleva enfangado el PP en una crisis interna de la que los decepcionantes resultados obtenidos no han conseguido sacarla. La bronca interna sustanciada en el portazo del que fuera también vicepresidente político en la primera legislatura de José María Aznar, acabó con una candidatura de urgencia encabezada por Isabel Pérez Espinosa, que resultó fallida. Pero lo fue en la misma medida que la de Mercedes Fernández, que tras laminar a los candidatos que iban en la lista del 22 de mayo, no consiguió mejores resultados. En principio, Génova buscó en “Cherines” –como la llaman amistosamente sus compañeros de partido— un perfil más duro, de alguien con capacidad de disputarle voto a Cascos, de quien había sido una de sus principales valedoras. Si el PP conseguía quedar al menos por delante de Foro podía establecer sus condiciones para el pacto y, de paso, forzar la marcha de éste de Asturias. Ese era el plan, pero también falló.
La dirección nacional del partido es consciente de que arrastra de hace mucho tiempo un problema en esta Comunidad, a pesar de gobernar sin contestación en el ayuntamiento de Oviedo. Ahora está pendiente la celebración de un congreso regional, que se retrasará al mes de septiembre, según ha podido saber Vozpópuli. Lo más probable es que solo haya una candidatura, la de Mercedes Fernández a pesar de haber salido “tocada” del último proceso electoral.
