Diez años después de la aprobación del Plan Especial de Ordenación de Regadíos al Norte de la Corona Forestal de Doñana conocido como el "Plan de la Fresa", la tensión y distancia entre administración y ambientalistas no se soluciona. El Plan nació con la intención de regular los cultivos y proteger los recursos hídricos de la mayor joya ambiental de la península Ibérica, pero sus resultados brillan por su ausencia.
La organización ambientalista WWF ha denunciado que, a diciembre de 2024, solo se ha ejecutado un 23% de las 62 medidas previstas en el Plan, mientras que el 54% están parcialmente cumplidas y el 23% siguen paralizadas, “Doñana sigue en alerta roja” dice el exhaustivo análisis.
La entidad, pionera en dar la voz de alerta por la explotación hídrica del que era el mayor humedal de Europa occidental, señala los retrasos ante la eliminación de regadíos ilegales, la restauración de zonas forestales transformadas en cultivos y la clausura de captaciones subterráneas no reguladas, “cuatro años después de declarar en riesgo las masas de agua subterráneas de La Rocina, Almonte y Marismas, el acuífero está sobreexplotado con un índice de extracción del 109%” explican desde WWF.
La situación es especialmente crítica porque el Plan de la Fresa, vigente hasta 2029, enfrenta un nuevo paquete de medidas a partir de 2025 a pesar de que el grueso de las acciones actuales sigue sin concluirse. WWF también ha criticado los continuos intentos de la Junta de Andalucía de “amnistiar los regadíos ilegales” y la falta de avances significativos pese a mejoras en los sistemas de monitoreo en las extracciones ilegales de agua.
La Junta de Andalucía señala el agujero de gestión socialista
Desde la Junta de Andalucía defenden su gestión, asegurando que el Plan “sigue su curso” y se está ejecutando conforme a lo previsto, aunque reconocieron que fue diseñado sin respaldo presupuestario. Solo “desde 2019, que es desde cuando gobernamos, se está ejecutando el plan. Porque antes era un plan si presupuesto, ese es el motivo del retraso”, explican fuentes de la Consejería de Medio Ambiente.
“Cada año se planifica e incorpora su ejecución a los presupuestos anuales a través de la colaboración de todas las administraciones implicadas”, destacan desde la Junta que remiten los avances al revitalizado Consejo de Participación de Doñana que acaba de estrenar una nueva presidencia.
El consejero de Medio Ambiente andaluz, Ramón Fernández-Pacheco, ha destacado que el Plan representa un “esfuerzo conjunto” para equilibrar actividad agraria y conservación ambiental. El consejero ha admitido que barajan la posibilidad de actualizar el Plan, eso sí, tras la implementación de las medidas previstas en el acuerdo por Doñana.
? En 10 años, la @AndaluciaJunta sigue incumpliendo su plan para proteger el acuífero de #Doñana
— WWF España ? (@WWFespana) December 13, 2024
? Desde WWF exigimos:
→ Medidas urgentes para frenar la sobreexplotación.
→ Compromiso real con la conservación de este espacio únicohttps://t.co/WELAMq2mg0
Resultados dispares ante el mayor consenso generado
WWF denuncia la incapacidad del Plan para reducir los regadíos ilegales que, según sus muestreos, se extienden en unas 1.190 hectáreas. Aunque el Gobierno central adquirió en su momento la finca Mimbrales para liberar 922 hectáreas de presión hídrica, la cifra de suelos agrícolas regables no ha disminuido debido al incremento en otras áreas como la demarcación Tinto Odiel Piedras.
El informe de WWF también denuncia que quedan 316 hectáreas de cultivos bajo plásticos en zonas forestales protegidas y que la clausura de pozos ilegales ha sido ineficaz, ya que los expedientes tardan años en concluir y muchos caducan antes de resolverse.
Estas mediciones contrastan con el pulso que Moreno Bonilla echó a Teresa Ribera en una de la mayor crisis política provocada por el Parque Nacional. Mientras la Junta proponía regularizar explotaciones agrarias de la Corona Norte de Doñana, el Miteco se remitía al cumplimiento del Plan de la Fresa que, en su momento, contó con una ordenación del territorio validada por todas las administraciones, incluído el Gobierno Central de Mariano Rajoy.
El Plan de la Fresa de 2014 tenía como objetivo regularizar el suelo y el consumo de agua superficial en la Corona Norte de Doñana. Sin embargo, sufalta de alcance para resolver problemas históricos, como los derechos de agua, ha sido una denuncia continua de ambientalistas, pero también de los principales municipios del entorno. La fotografía fija utilizada para determinar qué terrenos eran regables excluyó zonas en rotación de cultivos, dejando a muchos agricultores en un “limbo jurídico”.
Para WWF, acelerar la ejecución del Plan y eliminar los regadíos ilegales es esencial no solo para cumplir con la sentencia de la Comisión Europea y las recomendaciones de la UNESCO, sino también para evitar un deterioro irreparable del ecosistema. La organización insta a la Junta y a Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (dependiente del Estado) a actuar con mayor determinación para aliviar un alivio que corre el riesgo de colapsar.