El abogado del dirigente de Nuevas Generaciones del PP Ángel Carromero, José María Viñals, espera que sea clasificado en tercer grado y no descarta incluso que se le pueda conceder el indulto cuando comience a cumplir en España la pena de cuatro años de cárcel a la que fue condenado en Cuba. En una entrevista con Efe, Viñals ha considerado que se merecería "un tercer grado en una de las modalidades más benignas", lo que podría suponer que fuera sometido a controles telemáticos para evitar incluso que tuviera que pernoctar en prisión, y ha añadido que hará lo posible "para que así sea". Como ya señalaron a Vozpópuli fuentes de Interior, paso de Carromero por prisión será "fugaz". Hasta que se decida si se le otorga el tercer grado como pide su letrado, el político ha ingresado en la cárcel de Segovia.
Según Viñals, después de la "pesadilla" que ha vivido en los últimos meses, desde que el pasado 22 de julio sufrió el accidente de tráfico en Cuba el que murieron los opositores cubanos Oswaldo Payá y Harold Cepero, Carromero se encuentra bien, con ganas de volver y de ver a su familia. Durante su estancia en el centro cubano de Cien y Aldabó, las visitas que ha recibido se han limitado a las del cónsul general de España en La Habana, Tomás Rodríguez-Pantoja, los letrados cubanos que se encargaron de su defensa y el abogado José María Viñals como representante de su familia.
Para este abogado, durante todo el procedimiento, que ha concluido con la repatriación a España de Carromero, el Gobierno "ha estado muy bien", al igual que el cónsul general y el Ministerio de Exteriores, que han "dejado hacer" y "colaborado" con la defensa durante toda la fase judicial. Viñals ha explicado que fue una vez que la sentencia fue firme cuando el Ministerio y la embajada asumieron el protagonismo y el liderazgo en las negociaciones con las autoridades cubanas, que han permitido el traslado de Carromero a España en aplicación del convenio bilateral de 1998 entre ambos países sobre ejecución de sentencias.
Tercer grado
Unas negociaciones en las que -ha asegurado- no ha tomado parte, ni conoce su contenido, como tampoco tiene constancia de si ha habido alguna condición impuesta por las autoridades cubanas. Lo que sí tiene claro es que ahora que Carromero ha vuelto a España se reunirá con él para perfilar la estrategia de defensa y decidir cuál de las vías posibles que tiene abiertas es la "más apropiada", entre las que se encuentra también el indulto.
"Entendemos que sería aplicable un tercer grado en una de las modalidades más benignas. Nosotros como defensa haremos lo posible para que así sea, pero la Junta de Tratamiento de la cárcel es la que tiene a priori que adoptar la decisión. Frente a esa decisión podríamos recurrir después al juez de vigilancia penitenciaria", explica el letrado. Tampoco tiene dudas de que si el juicio no se hubiera desarrollado en Cuba el resultado sería distinto, aunque admite que de conformidad con la legislación cubana fue un proceso "garantista" y "se cumplieron todas las formalidades de forma exquisita y excepcional".
No obstante, también ha añadido que desde la óptica de las leyes españolas falló la "capacidad de contradicción" porque en Cuba la defensa no pudo tener acceso a las pruebas del accidente y tuvo que actuar con lo que los peritos y las fuerzas del orden cubanas determinaron sobre el mismo, como establece allí la legislación. "En España no hubiera sido condenado porque no se habría probado la señalización de la vía, ni el tipo de obra que se estaba realizando, ni tampoco la determinación exacta de la velocidad, que son tres elementos que se quedaron a nuestro juicio sin poder probar de forma técnica, científica y objetiva", afirma.
Politización del caso
El letrado no niega tampoco que ha podido existir cierta politización de este caso, que se ha desarrollado en tres niveles: uno jurídico y legal, otro mediático y un tercer nivel político, "pero además con la especificidad de que había dos políticas, una en España y otra en Cuba, y tan dispares la una de la otra". La defensa ha optado en ese contexto por un perfil bajo y así se lo ha aconsejado a los amigos y familiares de Carromero, que lo han respetado. "Ha sido un encaje de bolillos", dice Viñals, que hace hincapié en que para todos "lo fundamental también era que viniera cuanto antes".
Ahora, Carromero ha sido trasladado al centro penitenciario de Segovia y la Audiencia Nacional tendrá que determinar cuál es la pena que tiene pendiente tras haber cumplido cinco meses de los cuatro años de cárcel a los que fue condenado por homicidio imprudente. En la prisión será examinado por los médicos y, posteriormente, la Junta de Tratamiento del centro determinará su clasificación, para lo que tiene un plazo máximo de dos meses. "Esperamos y deseamos que se pronuncie cuanto antes", señala el abogado, que insiste en que la defensa no descarta "absolutamente ninguna de las vías que pueda haber" y espera que el procedimiento "se pueda acelerar", aunque no está "en sus manos".
De los planes futuros de Carromero, su abogado destaca que "es una persona que trasmite serenidad", que "afrontó la situación con mucha entereza" y que "haga lo que haga, lo va a hacer bien, sea lo que sea". "En las distancias cortas es una persona que gana mucho", concluye Viñals, tras resaltar que, hasta ahora, el dirigente de Nuevas Generaciones del PP de Madrid ha tenido el apoyo de su gente, de sus amigos y compañeros.