La sección 21 de la Audiencia de Barcelona iba a decidir este martes si dejaba en libertad al futbolista Dani Alves o rechazaba esta idea tras ser condenado a cuatro años y medio de cárcel por agresión sexual. Finalmente, tal y como ha anunciado el propio tribunal, la decisión se conocerá "en los próximos días".
Desde las 9.00 horas de la mañana, la Audiencia valora la petición de la defensa del brasileño en una vista convocada a solicitud de la misma, que ejerce la abogada Inés Guardiola.
A la vista estaban convocados la Fiscalía y los abogados de las partes, mientras que la previsión era que Alves lo seguiría por videoconferencia desde la cárcel de Brians 2, en Sant Esteve Sesrovires (Barcelona), donde se encuentra desde el 20 de enero de 2023.
El futbolista ha dicho a los jueces que no se fugará si le dejan en libertad a la espera de que se resuelvan los recursos sobre la sentencia. Lo ha asegurado en el último turno de palabra de la vista de este martes para valorar su petición de salir.
Alves ha aseverado al tribunal que se quedará en España hasta que se resuelva el proceso, y ha añadido que su lugar de residencia es Barcelona. "Creo en la Justicia, no voy a huir", ha dicho.
Por su parte, la Fiscalía se ha opuesto a la puesta en libertad del exjugador del Barça al entender que sí persiste el riesgo de huida, dada su capacidad económica y la elevada pena impuesta.
Dani Alves, condenado a cuatro años y medio de cárcel
El deportista fue condenado por la Audiencia a cuatro años y medio de prisión por violar a una joven en los baños de la discoteca Sutton de Barcelona la noche del 30 de diciembre de 2022.
Karl
Unus testis, nullus testis.
Davidoff
Justicia habría sido no violar a la chica, miserable. No debería haber perdón para tu agresión, pero si finalmente eres condenado, será la propia izquierda la que vocifere que no se te aplique la PPR, ya que tampoco acepta la cadena perpetua (derechos humanos y eso..., pero los del violador, no los de la víctima). Si vuelves a jugar en un campo de fútbol, espero que los espectadores te silben en cuanto entres al campo y cada vez que estés en posesión del balón o cuando metas un gol. Que la visión de tu ultraje te dificulte ver la pelota.