El torrente de tweets vertidos este viernes en la red social por dirigentes de Unión Progreso y Democracia explicando por qué no hubo el jueves acuerdo con la formación Ciudadanos no podía esconder otra realidad, más tozuda todavía: que el desconcierto y la indignación de afiliados y simpatizantes del partido magenta, hace tiempo reflejado en las encuestas y en la pérdida continua de militantes, solo irá in crescendo en los próximos días.
Una reacción incomprensible para muchos simpatizantes, según pudo recabar este medio. Ciutadans rompe con UPyD tras negarse a informar sobre sus pactos con partidos locales, rezaba ayer un comunicado de la Ejecutiva que acusaba a la organización del ascendente Albert Rivera de “vaguedades” (en palabras de un dirigente crítico con la dirección en Madrid). Dos de esas acusaciones eran que Ciudadanos no informó “sobre presuntos casos de transfuguismo” que les afectan ni tampoco sobre los acuerdos de este partido “con formaciones regionales”.
“La decisión de no pactar estaba tomada de antemano, y quién no sepa esto en UPyD es que juega a querer ser ciego”, indica otro crítico. “La reunión con Ciudadanos terminó a las cuatro de la tarde y se envió un informe sobre el encuentro de 42 páginas a las cinco y media. ¿Quién tiene preparado un documento de 42 páginas hora y media después de una negociación tan importante?”.
"¿Quién tiene preparado un documento de 42 páginas una hora y media después de una reunión?"
En la misma línea, la idea de que UPyD nunca contempló la alianza, abundó ayer en televisión el eurodiputado de Ciutadans Juan Carlos Girauta, con quien este medio no pudo contactar tras intentarlo reiteradamente a través de su oficina en Bruselas.
Fuentes críticas de la dirección nacional cargan contra la concepción de transparencia aireada por Rosa Díez y sus acólitos: “Rosa se llena la boca con esa palabra, con lo bien calificada que sale UPyD por parte de Transparencia Internacional y otras tonterías semejantes que a nadie le interesan, pero establece un control férreo junto a una camarilla de pocos dirigentes”. Las Los críticos destacan que UPyD ha perdido 9.000 militantes desde su fundación (2007), y que ya militan menos de 6.000, datos que la dirección no reconoce. Una cifra que, aunque aún es pronto para saberlo, muy probablemente mermará en los próximos meses, véase semanas.
"Rosa Díez se llena la boca con Transparencia Internacional, pero no publica datos de bajas ni el censo en las primarias"
Los hechos están a la vista. Desde la publicación de una carta del exportavoz en el Parlamento Europeo Paco Sosa Wagner en agosto apostando por la unión con Ciudadanos, los problemas para este partido se han sucedido a ritmo vertiginoso. Justo antes de dicha carta, el resultado en las elecciones europeas (6,5%, cuatro diputados) pudo parecer bueno, pero no lo fue debido al contexto teóricamente favorable para obtener muchos más votos. En Madrid, por ejemplo, UPyD sacó 230.000 votos frente a los 110.000 de Ciudadanos.
El verano lo trastocó todo: acusaciones barriobajeras de dirigentes a Sosa Wagner por Twitter, dimisión del exportavoz en Bruselas, tímidos acercamientos y ruptura final, con la amenaza de convertirse en una fuerza extraparlamentaria por los pésimos datos de las últimas encuestas. Hay críticos acérrimamente opuestos a la planificación de la dirección, como el eurodiputado Fernando Maura, y otros críticos más moderados como el también europarlamentario Enrique Calvet, cuya corriente interna recorre estos días las distintas sedes del partido para reclamar un congreso extraordinario.
En la cúpula nacional hay hasta siete exmiembros de Ciudadanos que recelan de cualquier acercamiento
Y también hay escisiones, caso del choque de trenes ocurrido en Valencia entre Rosa Díez y la dirección regional del partido magenta. Según confirman afiliados crítico a Vozpópuli, “en Valencia hay un sector respaldado por una mayoría que está a punto de pasarse en bloque a Ciudadanos”.
Otros militantes rebeldes recuerdan la inquina de la cúpula nacional de UPyD hacia Ciudadanos, “donde hay hasta siete miembros que proceden de esa formación”. “Volviendo a la transparencia, en las primarias para elegir candidato en la Comunidad de Madrid nunca se dio a conocer el censo, pero la realidad es que solo votó el 25%”. En estos tiempos tan raros y cambiantes que corroen la política española, el futuro a corto plazo de UPyD parece de todo menos halagüeño.