Comunidad Valenciana

Ribó fía a su 'alianza' con Yolanda Díaz el poder consolidar el escaño 9 en Valencia

La impulsora de Sumar puede ayudar en la decisión de una bolsa de 16.000 valencianos que en 2019 votaron a la alianza entre Podemos y la marca local de Izquierda Unida

La estrategia de Joan Ribó de 'aliarse' con Yolanda Díaz en las próximas elecciones generales tiene un paso previo en las elecciones municipales del 28-M en las que el actual alcalde espera sacar rédito. En Compromís dan por hecho que habrá una bajada de apoyos respecto a la cita de 2019 en la que fueron la primera fuerza e intentan con el acercamiento a la impulsora de Sumar que esa caída se modere lo máximo posible.

Las estimaciones de la coalición nacionalista giran en torno a que si Díaz sigue con sus guiños hacia Ribó como hizo en el día de la presentación de su proyecto podrían consolidar el escaño número 9, frente a los 10 que tiene actualmente. Esa cifra podría ser suficiente si, como apuntan las encuestas, el PSOE local encabezado por Sandra Gómez puede crecer desde los 7 concejales actuales hasta los 8.

Una ciudad dividida en dos

El pulso con la cabeza de lista del PP, María José Catalá, está muy ajustado según todas las estimaciones y también lo demuestra el hecho de que los bloques ideológicos en la ciudad están muy estables desde 2015. Lejos quedan ya las mayorías absolutas de la imbatible Rita Barberá en un contexto de bipartidismo fuerte.

En esa cita electoral Joan Ribó alcanzó la Alcaldía al tener Compromís 8 concejales y gracias a la ayuda del PSOE (5) y la marca de Podemos, Valencia en Comú (3). La distancia fue de un solo concejal frente a la suma de PP (10) y Ciudadanos (6).

En 2019 la diferencia fue la misma, un concejal. Ribó llevó a Compromís a su mejor resultado con 106.000 votos y 10 concejales que se sumaron a los 7 del PSOE para repetir en su cargo de alcalde. El bloque de la derecha estuvo encabezado por el PP –que perdió su hegemonía en la capital del Turia– y quedó como segunda fuerza (8 ediles) y estuvo secundado por Ciudadanos (6) y Vox (2).

Esa dinámica de bloques en Valencia parece que va a continuar por los mismos derroteros, aunque el PP con toda seguridad volverá a ser primera fuerza y las estimaciones le dan entre 13-14 ediles. Ciudadanos desaparece de la ecuación, por lo que el PP tendrá que esperar al crecimiento de Vox a 3 ediles para tener opciones de recuperar la vara de mando.

Riesgos: el pulso con el PSOE local y Podemos

Es por eso que unos pocos miles de votos pueden decantar la balanza de un lado u otro. Ribó da por descontado que Podemos no tendrá representación en el Ayuntamiento y trata de que la mayor parte de esos votos reviertan en su candidatura. Ha hecho guiños a Esquerra Unida (la marca local de Izquierda Unida) para que puedan tener a algún representante con un puesto en la lista –aunque difícilmente de salida–. La idea habría sido que si se gobierna pudieran tener asesores o altos cargos en el Ejecutivo local.

Con Podemos no llegó ni siquiera a ensayar esa propuesta. El acuerdo de Podemos e Izquierda Unida para ir juntos en una coalición autonómica y en 50 municipios es ya firme. Valencia no será diferente. Esa alianza aspira a alcanzar el 5% de los votos (unos 20.000 hacen falta para entrar en el Ayuntamiento) pero ninguna encuesta les da esa posibilidad en la capital del Turia.

Ribó se enfrenta a dos riesgos fundamentales en su estrategia en los dos próximos meses. El primero hace referencia a ser cauto para que la competencia con los socialistas no se desboque excesivamente. Sandra Gómez ve opciones reales de ser la primera fuerza en la izquierda y ha atacado a Ribó en las últimas semanas en busca de ese cometido.

Ese mensaje, sin embargo, puede ayudar a desgastar al actual alcalde y dejar a las dos fuerzas en un empate técnico a 8 escaños que no sería suficiente para repetir un gobierno de coalición.

La segunda de las incertidumbres es saber cómo acabará el pulso entre Compromís y Podemos. El candidato autonómico de la formación morada, Héctor llueca, ha acusado abiertamente a los nacionalistas de "impedir un acuerdo en la Comunidad Valenciana para formar una coalición de las fuerzas a la izquierda del PSOE" con el único objetivo de tener "el apoyo de los socialistas y de medios de comunicación poderosos".

Voto útil

Ribó ha tratado de rebajar el enfrentamiento y se muestra conciliador para que Podemos se pueda unir al proyecto de Sumar para las elecciones generales y, de paso, poder así 'compartir' ahora parte del electorado de Podemos e Izquierda Unida que todo apunta a que se van a quedar fuera del hemiciclo municipal.

El gran reto para el actual alcalde de Valencia es que en las municipales del 28-M esa bolsa de electores vean a Compromís como el voto útil de las fuerzas situadas más a la izquierda del PSOE y compensar en parte la bajada previsible de apoyos tras 8 años de gestión y el desgaste que se percibe, sobre todo, en el actual mandato.

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