Ciudadanos imitará la estrategia de Andalucía y abrirá la puerta a nuevas coaliciones electorales con el PP en otras comunidades autónomas y grandes ciudades. El partido de Inés Arrimadas quiere aprovechar la brecha que se ha abierto entre el secretario general de los populares, Teodoro García Egea, y las direcciones autonómicas del partido en algunos territorios. Las ofertas pueden llegar a regiones como la Comunidad Valenciana y a Ayuntamientos donde ambas formaciones gobiernan juntos como Madrid y Zaragoza.
PP y Ciudadanos en Andalucía han abierto la puerta a presentar una "lista de Gobierno" para las elecciones autonómicas del 2022. Y el PP andaluz lo ha defendido públicamente en contra del criterio de Génova. Fuentes de Ciudadanos explican a Vozpópuli que se trata de explorar esa posibilidad llegada la hora de las urnas y ser "inteligentes". "Si una candidatura de PP y Ciudadanos puede obtener la mayoría absoluta, lo ilógico es no intentarlo", explican.
Arrimadas trata de hacer de la necesidad virtud. La formación naranja se encuentra en descomposición. Las encuestas sitúan a Ciudadanos fuera o prácticamente fuera de casi todas las instituciones. Sin embargo, el partido mantiene una intención de voto que, por baja que sea, puede decantar la balanza a la hora de formar gobiernos. En ese sentido, Ciudadanos recuerda que ya ha integrado coaliciones como en la del País Vasco con el PP y la de Navarra junto a UPN y PP. Y sigue abierto a pactos prelectorales que reflejen la realidad actual de cada partido pero que al mismo reconozcan que son acuerdos entre formaciones y proyectos políticos diferentes.
Valencia, Zaragoza o Madrid
Son casos, dicen estas fuentes, como el de la Comunidad Valenciana o Ayuntamientos como los de Zaragoza e incluso Madrid. "Con un 3 o un 4% podemos quedarnos fuera o entrar con un escaño, pero es que sin esos votos, hay riesgo de que la izquierda se quede con esas instituciones o que el PP se vea forzado a gobernar con Vox, que en muchos casos no quiere", señalan.
El caso valenciano es en el que más insistirá Ciudadanos. El líder del PP en esta región, Carlos Mazón, ha dejado entrever que una lista conjunta con la formación naranja es una posibilidad. Y que Valencia no es equiparable a Andalucía por la presencia de una fuerza de corte nacionalista como Compromís. Mazón, a diferencia de Juanma Moreno, es un barón de la confianza de Génova. "No se entendería que el PP autorizase a Mazón a negociar esa coalición y a Moreno, no", explican.
Ciudadanos tampoco se lleva a engaño. Arrimadas es consciente de que lo más probable es que los dos partidos se presenten por separado a las urnas tanto en Andalucía como en cualquier otra autonomía. Tampoco es algo que se vaya a resolver a corto plazo, y dependerá también del momento en que se afronte la negociación. "En el País Vasco, que era otro tiempo y otras circunstancias, el tema resolvió en 15 días", explican fuentes naranjas. "No es necesario correr".
Una de las razones por las que atar la coalición es tan difícil es porque ni siquiera es viable en toda España. Hay territorios imposibles como Galicia, donde Alberto Núñez Feijóo aglutina en torno a él al electorado de Cs y Vox. En Murcia, epicentro de la crisis del centro derecha con la moción de censura fallida, PP y Ciudadanos están más enfrentados que Vox con Podemos. En Castilla-La Mancha, el partido naranja mantiene una alianza estable con el PSOE de Emiliano García Page en muchos ayuntamientos y no existe comunicación alguna entre naranjas y populares.
El PP, García Egea y Hervías
Pero el principal factor que juega en contra de cualquier entendimiento es la posición de García Egea, apoyada por Pablo Casado, que da por amortizado a Ciudadanos y solo busca darle la puntilla. "García Egea nos la tiene jurada desde Murcia y es muy difícil que eso cambie", reconocen en Ciudadanos. "La relación es cordial y educada, pero sabemos en qué punto estamos".
La actual dirección de Ciudadanos responsabiliza a García Egea y a su ahora mano derecha Fran Hervías de la tensión que se ha vivido en las primarias naranjas en Andalucía. La victoria de Juan Marín, que repetirá como candidato en las próximas elecciones autonómicas, ha sido un alivio. El entorno de Arrimadas consideraba a su principal rival Fran Carrillo un caballo de Troya de Génova y en especial del ex secretario de Organización naranja -Hervías-.
"Hemos ganado a Génova", decía un diputado nacional a este diario. "Andalucía nos sirve para pasar la página de Hervías y su poder omnímodo en el partido", explicaba otro alto cargo. "Nuestras perspectivas son obviamente malas pero al menos tendremos la libertad de elegir nosotros, y no otros que ya no están, el futuro de Ciudadanos".
Y ese futuro pasa por imitar el proceso de Andalucía. Ciudadanos cree que la mano tendida para la suma del centro derecha es bien recibida por el electorado fiel y puede atraer a otros votantes bien desde otras formaciones, bien por la apelación al voto útil. La lectura de la dirección naranja es que sería absurdo perder gobiernos PP-Ciudadanos por la "obsesión" de García Egea de destruir a Arrimadas. "Es cuestión de entender lo que está en juego", aseguran estas fuentes.