El robo del DNI está a la orden del día, dado que con él es posible suplantar la identidad de un tercero para contratar servicios, realizar compras o pedir créditos. El problema nace cuando estos robos generan un serio problema a la víctima: en el peor de los casos, estos acaban en las listas de deudores de ASNEF (Asociación Nacional de Establecimientos Financieros de Crédito), lo que les impide pedir préstamos, cambiar de línea telefónica o incluso obtener una nueva tarjeta de crédito.
Es el caso de Alicia, una víctima que sufrió el robo de su DNI hace cuatro años y que desde entonces vive un calvario. Cuenta a Vozpópuli que el problema, a priori, estuvo resuelto a finales de 2021. "Para entonces las deudas quedaron saldadas y me sacaron de la ASNEF, pero en el caso de Carrefour no se retiró y me amenazaron con volver a incluirme en la lista", apunta. Quienes robaron el documento de identidad a Alicia dieron de alta una línea telefónica, hicieron compras en Apple por más de mil euros y pidieron un microcrédito a Cetelem, entre otras cosas.
Descubrió que volvía a estar en la lista de ASNEF cuando fue a pedir una tarjeta al banco y este se la denegó. Señala que 'gracias' a los ladrones tiene una deuda con Carrefour de 1.700 euros que ha ascendido, debido a los intereses, a 1.900 euros. Una cifra que le reclama una financiera a la que Carrefour le vende estos casos para que los persiga. Señala a este diario que no piensa pagarlo, dado que ella no ha contraído la deuda. "Han amenazado con denunciarme pese a tener varias denuncias".
Todo empezó de una forma muy tonta: fue junto a una amiga al gimnasio y cuando volvió a la taquilla, le faltaba la documentación. "Me robaron el DNI y dinero en efectivo". A una amiga suya también le robaron el documento, pero su caso no tuvo recorrido ya que intentaron abrir una cuenta en su misma entidad bancaria, lo que hizo saltar las alertas.
"Me he gastado ya 600 euros en abogados y nadie me los va a devolver", cuenta Alicia. A ello hay que sumar otros 10.000 euros en deudas con distintas empresas que poco a poco ha logrado cerrar tras justificar que no era ella quien hacía las compras, sino alguien que le suplantaba la identidad. Señala que está "intranquila", ya que "si sale la oportunidad de comprar una casa" no va a poder pedir una hipoteca para pagarla.
La contratación de servicios online es normalmente la culpable
"El problema es que la gente no sabe que tiene este problema hasta que va a hacer una operación financiera", cuentan a este diario desde Woinfi Legal Abogados, una asesoría especializada en este tipo de problemas. Señalan que "desde 2022" han visto cómo estos casos han incrementado "de manera trepidante". En conversación con Vozpópuli, estiman que "de media a cada cliente le pueden asignar una deuda por valor de 5000 euros", aunque hay casos "de profesionales que logran conseguir prestamos que pueden rondar los 20.000 euros tranquilamente".
Desde este despacho apuntan que el denominador común es "la alta contratación online en estos tiempos", ya que "apenas se hacen contratos en las propias entidades, tiendas o bancos". "Optamos por la comodidad y la rapidez de enviar nuestra documentación a través de internet y esto conlleva el riesgo que alguien desconocido coja nuestros datos y nos suplante la identidad", apuntan.
"Hemos pasado de atender hace 2 años unos 20 casos mensuales a rondar en 2023 una media de 70/80 casos", cuenta Laura Justo, key account manager de Woinfi Legal Abogados. De ahí que hayan visto la necesidad de crear "un departamento especializado para atender tanta demanda con profesionales especializados en la materia".
Señalan que han llegado a ver "clientes con más de cinco empresas que le reclaman cantidades ingentes de dinero", algo que se debe a que "los delincuentes no tienen límite". Este despacho especializado apunta que "el limite, aunque parezca algo contradictorio,lo pone la propia empresa que no ha verificado la identidad real del 'cliente' y cuando se genera el impago son ellos mismos quienes meten en los ficheros de morosidad a la persona que le han suplantado la identidad".
Apuntan que en internet "hay mucha desprotección", ya que "el hecho de poder conseguir un préstamo online, una financiación o la contratación de cualquier servicio en cuestión de 5 minutos sin apenas una verificación con los filtros suficientes hace que sea muy fácil para los delincuentes". En general, estas empresas piden simplemente que les envíes "una foto del DNI y una firma".
En su caso, ejercen de representantes de su cliente para rectificar la anotación en el fichero. "En aproximadamente entre 6 y 8 días laborables solemos tener respuesta de la cancelación de dicha anotación", cuenta Laura Justo, por lo que el caso de Alicia, que lleva luchando cuatro años contra este fraude, es una excepción. Señala que en su caso, lo que se hace es interponer una demanda contra la empresa que acusa de moroso a una víctima de suplantación de identidad. "No solo reclamamos que nuestro cliente no tenga que abonar ni un céntimo de esa deuda que le están adjudicando sino que trabajamos para pelear una indemnización por inclusión indebida en ficheros vulnerando su derecho al honor", apunta Laura.
Esto se debe a que estar en 'ASNEF' "es un verdadero calvario", ya que impide "hacer cualquier operación financiera; desde comprar un coche , cambiar de compañía de teléfono o contratar suministros eléctricos hasta incluso alquilar una vivienda, ya que las inmobiliarias de un tiempo a esta parte hacen un estudio de riesgo".