Dimas Gimeno, su hermano Miguel Ángel y su madre María Antonia Álvarez tendrán que declarar el 29 de julio en los juzgados de Plaza de Castilla por supuesto caso de espionaje en El Corte Inglés. La magistrada Inmaculada Lova ha acordado la citación de los tres querellados apenas días después de escuchar a los denunciantes que pidieron que se les investigara por delito de revelación de secretos.
Así consta en una providencia de la juez, a la que ha tenido acceso Vozpópuli, y en la que cita también para ese mismo día al perito que analizó los teléfonos clonados de los denunciantes. De esta forma la magistrada da impulso a la investigación que arrancó a mediados de junio por delito de revelación de secretos. La titular del Juzgado de Instrucción número 35 de Madrid admitió a trámite la querella contra los Gimeno tras adherir informe favorable del Ministerio Fiscal.
Lo primero que hizo fue citar a declarar a estas personas que presentaron su querella el pasado mes de diciembre. Se trata de Ángel Barutell (el que fuera director de Relaciones Externas de El Corte Inglés y mano derecha del fallecido Isidoro Álvarez) su mujer Gloria Allende y el periodista Eulogio López. La querella, desvelada en exclusiva por este medio, pedía que se abriera una investigación contra el expresidente de los grandes almacenes, su madre y su hermano por clonarles los teléfonos y espiar a consejeros de la firma con Pegasus.
Aportarán nuevos audios
En su comparecencia de este lunes los querellantes no solo ratificaron el contenido del escrito sino que anunciaron que presentarían grabaciones que probarían que lo dicen es cierto. El empresario, por su parte, niega los hechos y sostiene que nunca impulsó un espionaje masivo dentro de El Corte Inglés mientras fue presidente.
Con todo, Barutell, Allende y López relataron en su querella que vivieron un "auténtico calvario" en 2018, en plena batalla familiar entre Dimas Gimeno y las hijas adoptivas de Isidoro Álvarez por el control de la cadena. Según explicaron, los hechos comenzaron a principios de ese año cuando se presentaron en su casa pidiéndoles ayuda para iniciar una serie de acciones en los tribunales contra las hermanas Marta y Cristina Álvarez.
Los querellantes sostienen que accedieron a la petición teniendo en cuenta el grado de proximidad y de lealtad de Barutell con el fallecido presidente de El Corte Inglés. En ese contexto se produjo una reunión en el despacho de sus abogados en la que los Gimeno les requirieron los teléfonos para comprobar, según argumentaron, que no se los había infectado el exjefe de Seguridad de la firma, Juan Carlos-Fernández Cernuda. De él dijeron que era una persona "muy peligrosa y que fiscaliza todas las comunicaciones".
Los Gimeno, ante la juez
En dicha reunión, además, Miguel Ángel Gimeno les trasladó que su hermano había contratado "una agencia de espionaje internacional" específicamente de delitos informáticos y que quería comprobar que no estaban interviniendo los teléfonos móviles. Ellos accedieron y en apenas horas, tras su estudio, les dijeron que los terminales estaban "limpios". Según sostienen, esa fue la excusa para poder clonarles el teléfono ya que con la operativa tuvieron que ingresar una clave que les facilitó Miguel Ángel Gimeno.
Para el perito no cabe la menor duda de que cuando les solicitaron la operativa con los móviles, lo que estaban haciendo era interceptarlo mediante la clonación
Sin embargo se dieron cuenta de ello tiempo después cuando descubrieron que los teléfonos hacían "cosas extrañas" tales como que se borraban conversaciones o que en las pantallas aparecían duplicadas sus aplicaciones de Whatsapp. En una de las muchas reuniones que celebraron entonces en el domicilio de los Barutell-Allende, éstos mostraron su "inquietud y angustia" aunque los familiares de Isidoro Álvarez les tranquilizaron insistiendo en que los terminales habían sido analizados por uno de los servicios de inteligencia más importantes a nivel mundial.
Espionaje con Pegasus
El perito que analizó estos teléfonos y que ha sido citado para la próxima semana, detectó que la tarjeta de Eulogio López había sido clonada y que existían otros dispositivos en los que se recibían sus comunicaciones. "Para el experto no cabe la menor duda, cuando Miguel Ángel Gimeno solicitó que D. López hiciera esa operativa, lo que estaba haciendo precisamente era interceptarlo el querellado mediante la clonación de la tarjeta del dispositivo móvil", reza la querella.
En ese contexto descubrieron también que se había instalado un aparato de escucha en su vestidor. Llamaron a un amigo experto en seguridad que, efectivamente, confirmó que era un micrófono y que revisó la casa encontrando otro idéntico en la biblioteca (lugar este último donde siempre se hacían las reuniones con los Gimeno). A partir de ese momento comenzaron a vivir con "temor"; una situación que empeoró cuando, según la querella, descubrieron que también se había espiado a más consejeros de El Corte Inglés.
"Lo cierto y verdad es que el querellado Dimas Gimeno y su hermano, siempre bajo la supervisión de la madre María Antonia Álvarez, no se ciñeron únicamente a vigilar los que consideraban enemigos: miembros del Consejo de Administración y altos directivos de El Corte Inglés, jueces fiscales... también decidieron controlar e intimidad con sus acciones a personas que les estaban ayudando en sus acciones judiciales o trabajaban para ellos, como es el caso de mi mandante", precisa la querella.
El documento recoge dos episodios que se produjeron en el domicilio de los querellantes. Uno de ellos tuvo lugar cuando unos individuos asaltaron el garaje de su casa, lo que les hizo avisar a su empresa de seguridad. El otro, explican, se produjo en septiembre de 2018. El matrimonio cuenta que estuvo un coche sospechoso aparcado en la puerta de su domicilio durante más de un año sin que los agentes pudieran hacer nada al respecto. Tanto el informe del clonado como del trabajo de la empresa de seguridad se aportaron con la querella que se interpuso en diciembre.