Los grupos de WhatsApp de los padres y madres del colegio vuelven con alevosía. O peor. Algunos no han cesado en su actividad ni siquiera durante las vacaciones de verano. "Había mañanas que me despertaba temprano y ya tenía varias notificaciones en el grupo de padres de los compañeros de mi hijo. Hay personas que envían las fotos de los niños en la playa, de sus quehaceres diarios... Suelen ser las mismas que en invierno envían las instantáneas de los regalos de Reyes colocados bajo el pino", revela la madre de un alumno de Primaria.
Pero más allá de la pereza que supone para algunos adultos ser añadidos a este tipo de grupos y recibir fotografías innecesarias, existe cierta irresponsabilidad en alguno de los usuarios. En muchas ocasiones se propagan rumores sin fundamento sobre los docentes. Prueba de ello es el último informe de El Defensor del Profesor del sindicato independiente ANPE, donde se refleja el aumento del ciberacoso a través de las redes sociales, de acusaciones carentes de fundamento hacia los profesores y del acoso y amenazas de padres a profesores.
Existen prácticamente en todas las clases de Infantil y Primaria de toda España. Luego llega la hora de las reuniones obligatorias con el tutor de los alumnos, pero no asiste casi nadie"
"Una vez una madre grabó una conversación privada con una profesora y la compartió con el resto de padres. En ella, la profesora comentaba de forma informal el mal comportamiento que habían tenido algunos alumnos en una actividad del colegio, así que se lió una buena", comenta un profesor. No todo vale en las redes sociales. Consciente de los problemas que pueden suponer, la Policía Nacional ha lanzado el siguiente consejo: "No paséis bulos y que el respeto os acompañe un curso más".
"La tendencia a crear un grupo de WhatsApp entre padres y madres va en aumento. Existen prácticamente en todas las clases de Infantil y Primaria de toda España. Luego llega la hora de las reuniones obligatorias con el tutor de los alumnos, pero no asiste casi nadie", dice Jesús Niño, psicólogo y Defensor del Profesor en Castilla y León.
Fijar normas
"Desde nuestro servicio no criticamos la existencia de los grupos, pero sí el mal uso de ellos. Los comentarios que se hacen llegan a muchas personas, a veces se insulta a los docentes, se critica la forma de corregir, de dar clase y hasta el volumen de deberes. No hay consciencia sobre el daño que se puede hacer y las dificultades que supone a la hora de trabajar", añade el también docente. "No se debe hablar mal de quien no está ni decir cosas que no te atreverías a decir a alguien a la cara", opina.
Según Niño, lo bueno sería hablar con los tutores en las reuniones presenciales y ahí mismo decidir si se quiere crear un grupo de WhatsApp, quién será el administrador, cuál será su finalidad y fijar unas normas. "Hay que informar a todo el mundo y luego que cada uno decida si quiere participar en él o no", considera. Y agrega que si bien estos grupos sirven para resolver dudas puntuales en cuanto a temas educativos, en muchas ocasiones se utilizan, por ejemplo, para cuestiones personales como organizar cumpleaños, algo que también "genera controversia porque no todos los niños están invitados".
El administrador
Por otro lado, reconoce la existencia de grupos de WhatsApp de profesores, pero asegura que tienen un componente más "profesional". "Se usan para temas educativos o para informar sobre claustros y demás convocatoria, aunque podría darse el caso de profesores hablando mal de los padres, pero no lo he visto y me parecería igual de mal", asegura.
En la figura del administrador incide también Óscar González, profesor de Primaria y director de la Escuela de Padres con talento. "Hay que buscar una persona con sentido común que lo administre y, antes de crearlo, establecer una serie de normas por escrito que se puedan compartir cada vez que haya un nuevo miembro en el grupo y cada vez que sea necesario recordarlas", comenta González.
Los grupos de WhatsApp de padres y madres del colegio son la evolución de los corrillos que antes se daban en la puerta de la escuela"
La finalidad de estos no es comentar todo lo que se nos ocurra o hacer interpretaciones personales sobre los profesores que, según el docente, acaban intoxicando el ambiente. "Hay cosas que se deben tratar directamente con los docentes y otras se pueden preguntar en clase", señala. "Los grupos de WhatsApp de padres y madres del colegio son la evolución de los corrillos que antes se daban en la puerta de la escuela", dice.
Entre las reglas que González fijaría para el buen funcionamiento de un grupo de estas características está la de intercambiar solo información útil sobre el hijo y el grupo; respetar a los demás y su intimidad; no convertirse en la agenda de los hijos porque así aprenderán a asumir sus propias responsabilidades; no dejar pasar la ocasión de mostrar tu disconformidad con quienes hacen un mal uso de él; evitar comentar los rumores que se compartan en el grupo e intenta erradicarlos y no compartir compartir en el grupo contenidos que atenten contra la privacidad de nadie ni sea ofensivo hacia el resto. "Si no tienes nada positivo, útil e interesante que aportar, mejor no escribas nada", aconseja.
Los "huérfanos digitales"
Miquel Àngel Prats, director del grado de educación infantil de Blanquerna-Universitat Ramon Llull e investigador en TIC y educación, considera que es muy fácil crear este tipo de grupos, pero muy complejo que alguien se atreva a liderarlos. "Muchas veces los padres crean el grupo de manera fortuita, pero no son conscientes de que este grupo se tiene que administrar y que esto supone establecer unas reglas y vigilar a quien las incumpla", determina.
Aún vivimos en el Pleistoceno de la comunicación electrónica. Todavía tenemos problemas para usar el correo y este tipo de dificultades también se reflejan en el uso de las redes sociales"
Para Prats, aún vivimos en el Pleistoceno de la comunicación electrónica. "Todavía tenemos problemas para usar el correo y este tipo de dificultades también se reflejan en el uso de las redes sociales. Hay padres que se dedican a enviar memes, lo cual genera mucho ruido electrónico; otros que hacen comentarios indebidos calificando a los niños y la última moda es compartir los deberes ya hechos para facilitárselos a quienes no les ha dado tiempo", advierte el experto.
"No podemos pedir a los hijos que hagan un buen uso de las redes sociales si no tenemos autoridad moral ni somos un buen ejemplo para ellos. Más que nativos digitales, muchos son huérfanos digitales porque no tienen a ningún adulto como referencia y modelo a seguir", considera Prats. Pero no todo es negativo en el campo de los grupos de WhatsApp escolares. "Hay padres y madres que los utilizan bien, por ejemplo, a la hora de organizar dónde se pueden realizar los trabajos en equipo o de ofrecerse para llevar a más de un alumno al autobús si hay alguna excursión, etc.", aclara.