La base sobre la que se sustenta el Ejército de Tierra es millennial. De acuerdo a las cifras que maneja el cuerpo militar, el 60% de sus casi 80.000 efectivos forma parte de esa generación, hombres y mujeres nacidos entre 1980 y 2003. Los mandos toman esa cifra como ejemplo de la composición de la sociedad española y debaten si los valores “tradicionales” de la institución son los que deben imperar en sus estructuras de modo invariable o si, por el contrario, hay que afrontar un proceso de “adaptación”.
El teniente general Miguel Martín Bernardi, segundo Jefe del Estado Mayor del Ejército, recoge esos datos en un artículo publicado en la Revista Española de Defensa, editada por el Ministerio que dirige Margarita Robles. Los millennials le han comido terreno a los llamados baby boomers en el Ejército de Tierra; al menos, en cifras de representación entre sus filas.
A partir de esas estadísticas, el teniente general Martín Bernardi plantea el “inevitable” debate sobre la vigencia de los valores más arraigados en el Ejército: si se deben mantener únicamente los “tradicionales”, derivados de la educación recibida por los baby boomers -nacidos entro los 40 y entrados los 60 del siglo pasado-, o si hay que afrontar cierta “adaptación” como consecuencia de la digitalización y de la irrupción de nuevas generaciones, principalmente los millennials.
El debate en el Ejército
Y el debate va más allá de unas líneas recogidas en un artículo. Esa pregunta fue el leitmotiv sobre el que se articularon las jornadas El Ejército de Tierra y los retos futuros 2021, que el cuerpo militar celebró el pasado 26 de mayo. Además de la presencia de la ministra de Defensa y de altos mandos militares, el simposio reunió a diversas figuras procedentes del ámbito civil, como los periodistas Ángel Expósito y Ana Pastor, los empresarios Narciso Michavila, Fernando Riaño y Borja Echegaray, el político y diplomático Bernardino León, la ex alcaldesa de Madrid Manuela Carmena, y María Paz García Vera, Jesús Ignacio Martínez Paricio, Pilar Aranda Ramírez y Bernardo Marín García como representantes del mundo de la cultura y universidad.
“No cabe ninguna duda que los baby boomers fueron educados en los valores tradicionales, si bien no queda claro si han sabido transmitirlos o adaptarlos a los nuevos tiempos”, reflexiona el teniente general Martín Bernardi en su artículo, al tiempo que desglosa algunas de las conclusiones que los ponentes lanzaron en el encuentro: desde la importancia de “cultivar el respeto y humildad” que apuntó García Vera hasta “conseguir la homogeneización que conlleva compartir ciertos valores públicos, como la tolerancia y la laicidad” que expuso Carmena.
El teniente general recoge otras reflexiones del encuentro sobre los millennials: “Es sus manos está saber gestionar esta nueva fuente de conocimiento y hacerla compatible y complementaria con los valores transmitidos por las fuentes tradicionales”, como expuso el general Pérez López. También que tienen una forma “diferente” de relacionarse y, por tanto, es necesario “adaptar su entorno en los campos de la enseñanza, la sociología, e incluso de las emociones, para llegar a una relación en la que podamos proporcionarles nuestra visión de los valores”, afirmó la general británica Lisa Kettley.
La ley de Tropa y Marinería
La presencia de militares de nuevas generaciones en las filas del Ejército de Tierra, no obstante, no debe de sorprender. El Ministerio de Defensa asegura la juventud de sus tropas mediante la Ley de Tropa y Marinería, mediante la que los efectivos firman un compromiso de larga duración que expira al cumplir loas 45 años. A partir de entonces pasan a cobrar una pensión no contributiva de 645 euros al mes, compatible con otra actividad profesional.
El problema que plantean las asociaciones representativas de las Fuerzas Armadas es la dificultad para lograr la reincorporación profesional en el ámbito civil tras cumplir con su compromiso militar. Defensa mantiene acuerdos con otros órganos de la administración para facilitar su salida laboral a través de su programa SAPROMIL, pero las asociaciones consideran que son puntuales y no sirven para ofrecer una alternativa completa a los efectivos.
Algunas asociaciones sugieren que se elimine el límite de edad para permanecer en las Fuerzas Armadas. Partidos políticos de la oposición recogen el guante, aunque los mandos consideran que los cuerpos militares requieren mantener la juventud para ser plenamente operativos. La otra vertiente sobre la que se debate es la homologación de los conocimientos adquiridos por los militares en su paso por las Fuerzas Armadas con títulos profesionales o académicos.