El caso de las tarjetas opacas que distribuyó Caja Madrid entre más de 80 consejeros impacta en forma directa en el electorado del PP, pese a que hubo beneficiarios de todos los colores políticos. El rechazo de la sociedad resulta tan palmario y demoledor que el Partido Popular ha tenido que suspender la elaboración de sus encuestas de cara a la selección del candidato a la alcaldía.
El caso de las tarjetas le pasa factura directamente al PP y en forma muy notable. La distorsión en los resultados que arrojan los estudios de opinión es tan notoria que los equipos que llevan a cabo las tareas demoscópicas para preparar la selección del candidato al Ayuntamiento de la capital han tenido que suspender su labor. Todo está contaminado. La simpatía hacia los colores del partido que actualmente gobierna el Consistorio madrileño ha caído muchos puntos, tantos que incluso mueve a la inquietud. Es un asunto pasajero, según comentan fuentes del equipo que elabora las encuestas, por eso los trabajos se reanudarán posiblemente a finales de mes, una vez que haya empezado a disiparse el efecto demoledor de este 'affaire'. A pesar de que hay políticos del PSOE, de IU, representantes de los sindicatos, de la patronal y hasta de la Casa del Rey implicados en tan escabroso episodio, parece que el efecto electoral afecta fundamentalmente al PP. Posiblemente porque los nombres de Blesa y de Rato son los que han acaparado mayoritariamente las informaciones que han trascendido sobre el caso.
La simpatía hacia los colores del partido que actualmente gobierna el Consistorio madrileño ha caído muchos puntos, tantos que incluso mueve a la inquietud
Aspirantes a la alcaldía
El PP arrancó a mediados de septiembre los trabajos de sondeos para disipar dudas sobre quiénes han de encabezar las listas electorales para municipales y autonómicas el próximo mes de mayo. Madrid y Valencia son los territorios más comprometidos dado que, a estas alturas, en ninguno de ellos el PP consigue revalidar su mayoría absoluta. Para la Comunidad de Madrid se da por hecho que Ignacio González, actual presidente, será el candidato sin demasiadas dificultades. En el Ayuntamiento está el panorama muy abierto aunque nadie duda de que Esperanza Aguirre sale con ventaja. "Está enloquecida pero tiene tirón y eso es lo único que cuenta", comenta una fuente del equipo encargado de efectuar las encuestas. Este verano le transmitió a Rajoy, en un encuentro cara a cara, luego difundido por un medio escrito, que sería conveniente cerrar las listas antes de Navidad, y ella se mostró ante su presidente abierta a lo que decida el partido. El episodio judicial con los agentes de Movilidad creados por el alcalde Gallardón parece que va a tener un efecto escasamente considerable.
En Valencia el panorama es algo más oscuro. Rajoy convenció, sin demasiado esfuerzo, a Rita Barberá para que vuelva a presentarse a la alcaldía. Y ha dicho que sí, pese a que el año pasado rechazaba de pleno tal posibilidad. Alberto Fabra resulta cada día menos adecuado para aspirar a la presidencia de la Generalitat. González Pons gusta mucho como posibilidad en Madrid, pero el ahora eurodiputado no parece estar por la labor.
El efecto Podemos puede mover drásticamente el tablero de los resultados en forma definitiva en la comunidad levantina mientras que en Madrid es muy posible que un acuerdo con UPyD le permita al PP salvar los muebles. Eso si es que el efecto de las 'tarjetas negras' se ha evaporado para entonces. El problema es que la tibia reacción de los populares ante este asunto no favorece demasiado el pasar páginas. "Abrimos una investigación" es cuanto se ha escuchado desde las filas populares en un terremoto que ha sacudido estrepitosamente a la opinión pública.