Juan Carlos I viajará a Londres para asistir al funeral de Isabel II pese a la oposición de Pedro Sánchez. El Emérito transmitió, desde el primer momento, su deseo de acudir al sepelio de la soberana inglesa, pero su presencia fue puesta en duda desde Zarzuela por el rechazo de Moncloa. La presión del Emérito, sin embargo, sí dio sus frutos esta vez y Felipe VI respetó la voluntad de su padre.

Así lo confirman a Vozpópuli personas muy próximas a Juan Carlos I, que aseguran que el Emérito dejó claro, a finales de la semana pasada, que quería estar presente en Westminster:  "Desde el momento en el que se confirmó la muerte de Isabel II, él transmitió a Casa Real que, una vez recibiera la invitación, confirmaría su presencia en el funeral".

La respuesta de Zarzuela, sin embargo, no fue la esperada por el monarca: "Ya el viernes, estaba todo empezándose a preparar, pero fue cuando Moncloa transmitió que no sería conveniente la presencia de Juan Carlos I en el funeral", afirman desde el entorno del Emérito. Desde ese momento, Casa Real dejó en el aire la presencia del padre de Felipe VI.

Tal y como informó este diario ayer, Juan Carlos I insistió, durante 72 horas, para lograr el 'sí' de su hijo, que "siempre tiene la última palabra". El Emérito reivindicó sus 39 años de reinado, su buena relación con Isabel II y la "nula amenaza judicial" que supone la causa abierta contra él en Reino Unido por las acusaciones de acoso de Corinna Larsen. La presión dio resultado y el pasado lunes Zarzuela confirmó su asistencia y la de la reina Sofía.

"Un punto de inflexión"

Casa Real ha tratado de desvincularse de este movimiento, afirmando que se trata de una "decisión personal" de los reyes eméritos ante "una invitación de otra institución". No obstante, desde el entorno más próximo a Juan Carlos I afirman que el visto bueno definitivo lo dio Felipe VI pese a la oposición de Pedro Sánchez... y destacan que eso supone "todo un punto de inflexión".

En este sentido, las fuentes consultadas señalan que, en el último año, Moncloa ha sido el gran obstáculo para el regreso a España de Juan Carlos I y que el "veto" del Ejecutivo de Pedro Sánchez ha sido causa de las tensiones existentes entre el Emérito y Felipe VI, y que derivaron en un viaje a Sanxenxo, el pasado mes de mayo, cuyas formas y formato no gustaron, en absoluto, en Casa Real.

Desde la reunión entre padre e hijo celebrada antes del viaje de vuelta a Abu Dabi, Zarzuela está trabajando en una vuelta mucho más discreta que permita una estancia más larga en España de Juan Carlos I. También se quiere mejorar la imagen del Emérito, y para ello se ve con buenos ojos una reaparición junto a la reina Sofía, tal y como se va a producir en Londres.

El rey no se ha plegado a Pedro Sánchez, y el presidente está en una situación de clara debilidad

Aún está por confirmarse si habrá una instantánea de los cuatro reyes juntos -Zarzuela delega esa decisión en el protocolo de Buckingham- pero el hecho de que Felipe VI y Juan Carlos I vayan a coincidir en la capital británica, pese a la oposición de Zarzuela, supone "todo un cambio", según las fuentes consultadas: "El rey no se ha plegado a Pedro Sánchez, y el presidente está en una situación de clara debilidad".

En el entorno del Emérito, por tanto, ven más cerca un regreso de Juan Carlos I a España: "El Gobierno ya no impone el criterio y, además, está de salida, a un año de las generales. Se ha dado la vuelta a la tortilla".

Sin causas en España

Las mismas fuentes destacan, además, que se da una circunstancia algo peculiar: Juan Carlos I estará en Londres con una causa judicial abierta en Reino Unido... mientras que el Ejecutivo de Pedro Sánchez se opone a su regreso a España cuando no tiene ningún asunto pendiente en los tribunales españoles.

Esta "contradicción", afirman, también puede jugar a favor del Emérito, que ha hallado un motivo más para exigir su vuelta inmediata a España: "Él quiere volver y desde Zarzuela se trabaja en ello. El camino se está allanando".