El exletrado mayor del Parlament Antoni Bayona, quien declaró como testigo en el juicio del "procés", se ha mostrado contrario a las acusaciones de rebelión o sedición en el caso del 1-O y ha sugerido crear "un nuevo tipo penal" que aludiera más bien a una "macrodesobediencia o una desobediencia sistemática".
Así lo ha asegurado Bayona en una entrevista con Efe en Barcelona con motivo de la publicación de su libro "No todo vale. La mirada de un jurista a las entrañas del 'procés'", editado por Península.
Bayona, que fue letrado mayor del Parlament durante el 1-O y la declaración de independencia, dejó en junio del año pasado el cargo que había ostentado desde 2012 debido al desgaste y la incomodidad al desempeñar su tarea en los últimos años, cuando fue especialmente crítico en sus informes con las bases jurídicas del proceso independentista, que puso en varias ocasiones en duda.
Precisamente, unos días después de declarar como testigo en el Tribunal Supremo, Bayona ha dado su opinión sobre el juicio del 1-O, respecto al que se muestra reacio a acusar a los líderes independentistas presos de los delitos de rebelión o sedición.
"Sobreactuación del Estado"
"Creo que hay una sobreactuación del Estado, por vía de la Fiscalía y del poder judicial. Quizá al final ellos han sido también víctimas de lo que no deja de ser un montaje. Unos que se lo han creído y otros que también se lo ha creído", ha dicho en alusión al Estado y al movimiento independentista.
Para el jurista, quien sigue ejerciendo en el cuerpo de letrados de la cámara, el delito que se está atribuyendo a los acusados está más relacionado con "una rebelión de finales del siglo XIX o de principios del siglo XX", es decir, "un levantamiento violento", algo que a su juicio no se corresponde con lo ocurrido en Cataluña.
El Derecho Penal "es muy estricto" y "no se puede castigar por analogía"
Pero Bayona ha recordado que el Derecho Penal "es muy estricto" y "no se puede castigar por analogía", por lo que ha sugerido que "quizá se debería pensar un nuevo tipo penal que podría englobar lo que pasó aquí, una macrodesobediencia o desobediencia sistemática".
Por otro lado, ha valorado que el juez Manuel Marchena "lo está haciendo bien en general y está muy preocupado por cumplir todas las garantías procesales", pero en cambio se ha mostrado muy crítico con defensas y acusaciones: "Me ha llamado la atención como jurista lo que considero un nivel un poco bajo de Fiscalía, Abogacía del Estado y también las defensas", ha opinado.
Analizando lo ocurrido en octubre de 2017, el que fuera letrado mayor en esa etapa ha admitido que el pleno de los días 6 y 7 de septiembre, cuando se aprobaron las leyes de desconexión, fueron dos de "los peores días" de su carrera profesional, pues "no se respetó el derecho de las minorías".
"Debilidad legal" del independentismo
A su entender, el independentismo ha "intentado jugar con astucia" y "dosis de cierto engaño", pero al mismo tiempo con "mucha debilidad legal", pues, "por mucha filigrana e ingeniería jurídica, es obvio que no ha servido".
De hecho, Bayona pone incluso en duda que realmente se declarara la independencia el 27 de septiembre, que fue una "inmolación final" sin utilidad: "Creo que no se declaró. Fue más una apariencia que una realidad, y no tanto por la forma. Si un gobierno declara la independencia, pero se va de fin de semana, nadie se mueve y no se aprueba ninguna medida, creer que iba en serio es difícil".
Como también advierte de que, cuando en la actualidad se "insinúa" la posibilidad de una nueva declaración unilateral, como cuando el presidente catalán Quim Torra "habla de 'momentum' y parece que esté insinuando volver a hacer algo parecido", se está lanzando "un mensaje muy perjudicial para los que están procesados".
"Filigranas" de Puigdemont
Por último, Bayona se ha mostrado reticente ante la posibilidad de que se intente investir a distancia nuevamente a Carles Puigdemont, pues "no es tanto un problema jurídico, pero sí de que no podría cumplir con los requisitos que la oposición necesita", como el control al presidente en el Parlament.
Más allá de "filigranas políticas", Bayona ve de "sentido común" que una persona que vive fuera de Cataluña no pueda desarrollar su cargo como presidente con normalidad, del mismo modo que "no podría gobernar tampoco en condiciones una persona que está en la cárcel", más allá de "intentar poner contra las cuerdas al Estado para mantener la tensión".