Marcelo Azcárraga (Madrid, 1968) tiene dos mesas en su despacho de la octava planta de la Audiencia Nacional. Una de ellas está repleta de carpetas apiladas unas encima de otras con nombres y diligencias. Tras ocho años en ese edificio, en junio fue nombrado el fiscal responsable de coordinar las investigaciones de los atentados de ETA sin resolver. Son 324 víctimas cuyos asesinos aún están por identificar, aunque él prefiere no hablar de cifras, sino de personas.
Se reconoce pesimista en cuanto a la voluntad de los terroristas de colaborar para esclarecer crímenes, pero no se moja en el asunto de los acercamientos de terroristas a cárceles del País Vasco que prevé el Gobierno de Sánchez. Ex fiscal antidroga en Galicia, pide no ser fotografiado para esta entrevista porque su entorno no sabe del todo bien a qué se dedica. Dice que la 'kale borroka' sigue existiendo en el País Vasco porque aún no se puede hablar en libertad.
Siempre se habla de 300 casos sin resolver. ¿Cuál es la cifra exacta?
No lo sé. Ya se hizo un primer estudio muy exhaustivo durante la jefatura de Javier Zaragoza y no se llegaba a esas cifras. Hay que ver el criterio para considerar un caso sin resolver, ¿aquel que no se conoce a ninguno de sus autores o aquel que no se ha identificado a todos los autores?
Me refiero a autor material sin condena.
Cuando hablan de casos sin resolver, los datos que salen son los de las asociaciones de víctimas, que pueden considerar como un caso sin resolver, por ejemplo, que en un atentado cometido por un comando de tres personas, dos hayan sido condenados y el tercero no esté identificado. No está sin resolver, lo que pasa es que no se sabe quién es el tercero o a lo mejor no hay pruebas suficientes para acusar a ese tercero. Aparte, yo quiero huir de las cifras porque se trata de personas, yo voy a tener en cuenta cuando las víctimas me digan que falta por resolver el asesinato de este o este. Me interesa cada víctima.
[En 2011, la Fundación de Víctimas del Terrorismo encargó a la abogada Carmen Ladrón de Guevara un informe sobre los atentados de ETA sin autor conocido. El resultado de ese estudio se remitió a la Fiscalía de la Audiencia Nacional con un listado de 349 casos. Tras un minucioso trabajo del Ministerio Público, la cifra se zanjó en 324 asesinatos cuyo autor material no había sido condenado. Desde el 2012 se han resuelto 13 casos de esa lista]
¿Por qué es tan difícil consensuar una cifra? Ni siquiera existe un número único sobre las víctimas mortales de ETA. El Ministerio dice una y las víctimas dicen otras (hasta 865).
Han sido tantos y tantos atentados. Ahora mismo víctimas no son solo los asesinados, sino también el que ha sufrido la extorsión, que ahora fuera de la amenaza se atreven a denunciar. Víctimas hay muchísimas, sobre todo las mortales. Han sido tantos atentados que no se ha dado abasto a investigarlos. Lo primero que hay que hacer es una buena base de datos con herramientas informáticas que no se han usado hasta ahora con la que podamos fijar un número.
Para resolver un caso hay que darse muchos golpes, tiene que haber muchos fracasos
¿Puede concretar a qué se refiere con esas herramientas informáticas?
A bases de datos que relacionan, cruzado de datos. Es el trabajo de profesionales que están volando datos y relacionándolos entre sí.
¿Hay algún caso que le quite el sueño?
Todos son importantes, lo que se hizo en el pasado es importante ahora. Para resolver un caso hay que darse muchos golpes, tiene que haber muchos fracasos, tiene que haber mucho trabajo infructuoso a corto plazo. Si me preguntas uno, por haberlo vivido muy de cerca te diría el no haber sido capaz de encontrar el cuerpo de Publio Cordón (el empresario zaragozano secuestrado por los GRAPO en 1995). Ese porque es una necesidad imperiosa de la familia. Se ha llegado hasta donde se podía llegar.
Durante el último juicio, el 'grapo' arrepentido Fernando Silva Sande describió minucisosamente cómo Publio Cordón trató de escapar de su cautiverio en Francia por una ventana y al caer perdió la vida. Sin embargo, las sentencias sólo reconocen el secuestro y no el asesinato.
La calificación que hice yo introducía como alternativa el homicidio por omisión, pero si yo me creo el relato de Silva Sande me lo tengo que creer en todo. Conforme a lo que declara, yo puedo imputar un delito por omisión, es decir, que Cordón trata de huir, cae en muy mala postura y seguramente se rompe el cuello. Pero todo lo que Silva Sande dice no es prueba bastante si no hay una prueba objetiva que lo corrobore: el cadáver, poder apreciar que presentaba alguna fractura, alguna lesión en la columna, que no tenía un disparo de bala... El problema es no tener el cadáver y no poder acreditar por tanto que si se le hubiesen llevado a un hospital le podrían haber salvado la vida. Eso era imposible de demostrar, más si se tiene en cuenta que Silva Sande dijo primero que había tardado media hora en morir y en el juicio lo rebajó a diez minutos.
Si hubieran indicado dónde está el cadáver, se ve que no lo mataron y dicen que efectivamente se cayó y se mató ya si que están diciendo el paradero, es un secuestro simple e incluso podría estar ya prescrito. La defensa no planteó muy bien las cosas, yo creo. Para acreditar la muerte sí que había un elemento importante que es la resolución del contrato antes del pago del rescate de la casa en la que le habían recluido. Eso quiere decir que ese señor falleció.
¿Se va a volver a buscar en el Mont Ventoux, el monte donde indicó Silva Sande que habían enterrado el cadáver?
Salvo que hubiera alguna declaración de los condenados reconociendo y deciden colaborar... Ya se ha intentado y…
¿Cuándo ha sido la última búsqueda?
No sé si fue mayo o abril del año pasado. Yo recuerdo estar allí, la juez, la secretaria y yo limpiando el monte y además íbamos con Silva Sande, que la descripción que hizo era… es que estas personas son muy peculiares, les sobrevaloramos mucho y estos son muy básicos. Se empecinó en un lado, luego dijo de buscar en la otra vertiente, los franceses se llevaban las manos a la cabeza.
Recientemente la Fiscalía y la Asociación de Víctimas del Terrorismo lograron una condena de 100 años para el etarra Sergio Polo en uno de los casos sin resolver. ¿Ha hablado usted con los familiares de su víctima?
No. Sergio Polo se le ha condenado por el asesinato del comandante Cortizo y el atentado contra el capitán Aliste. Lo referente al comandante Cortizo es un trabajo excepcional que hace la Guardia Civil, que vino a hablar conmigo para la reapertura, lo veo y estaba clarísimo, pero en función de lo que trajeron vimos que también había base para acusar por el atentado contra el capitán Aliste, que le conocí, vino al juicio. Esto te permite conocer a gente excepcional.
No vi una verdadera colaboración con la justicia entre los etarras de la Vía Nanclares
¿Prefiere mantener distancia con las víctimas?
No, tengo trato directo. De hecho hay un caso, el asesinato de un policía en Galdácano en 1991 que no ha prescrito por un mes y antes de reabrir el caso hablé con la viuda y le dije: ‘mire, de prueba andamos justos y la prescripción se tiene que valorar, lo que usted me diga’. Y me dijo que iba a hablar con sus hijos. Me llamó y me dijo: ‘he hablado con mis hijos y me han dicho que me olvide, que aquello ya está pasado, pero yo sí que quiero’. El juez consideraba que estaba prescrito y la Sala ordenó investigar y han aparecido pruebas. Fue un atentado con una bicicleta bomba. Si a este señor le mataron en enero, en marzo o abril se hizo una entrada y registro en el piso del comando que no se sabía que había tenido vinculación con esto y se permitió relacionar. Eso estaba en aquel procedimiento olvidado. Tenemos la prueba de que ese comando estaba integrado por esas personas que estaban en ese piso franco donde aparecen explosivos muy característicos que son idénticos a los empleados en el atentado a este señor. El juicio lo vamos a tener ahora.
[El 30 de enero de 1990 fue asesinado en Galdácano Ignacio Pérez Álvarez, de 39 años. Tenía mujer y tres hijos. Fue el primer caso de una bicicleta-bomba, recurso empleado por ETA en aquellos años]
No es habitual que los presos de ETA colaboren con la Justicia para esclarecer casos sin resolver, ni siquiera los presuntos arrepentidos que se acogieron a la 'Vía Nanclares'. ¿Se cree la amnesia que demuestran en los juicios?
Efectivamente, yo he encontrado arrepentidos que han colaborado de Resistencia Galega y Grapo, además sinceramente. Por ejemplo, un ‘grapo’ contó cómo había participado en el atentado y a la salida su abogado admitió sentirse frustrado porque su cliente siempre le había negado los hechos. Para colaborar primero hay que arrepentirse, la colaboración a cambio de algo no sirve. Silva Sande dice que no quiere nada a cambio y, efectivamente, no se le ha dado ningún permiso. Lo de la 'Vía Nanclares', el tiempo que yo estuve llevando vigilancia penitenciaria no vi una verdadera colaboración.
Recuerdo un caso de un etarra de la 'Vía Nanclares', Koldo Martín Carmona, que vino a un juicio como testigo y se puso de perfil y lo siguiente fue denegarle todos los permisos adjuntando la copia de su declaración. Al siguiente juicio que fue citado como testigo y estaba más nervioso él que el acusado. Dijo: ‘le juro que no me acuerdo porque fueron tantas las que hicimos… pero todo lo que en su día declaré ante la Policía era verdad y no me lo inventé ni me torturaron’. Eso es una declaración, me creo que no se acordase de todo, pero si no se le empiezan a denegar los permisos no hubiese sido tan vehemente. No tengo muchas esperanzas de que ahora, fuera de la presión de ETA, alguno quiera dar información, ya no solo de personas integradas en ETA, sino de gente que sepa cosas incluso de forma anónima para indicarnos dónde está el cabo del ovillo por donde. Pero la esperanza es lo último que se pierde.
[La 'Vía Nanclares' fue un proyecto puesto en marcha por el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero que premiaba con acercamientos y beneficios penitenciarios a los etarras que rompían públicamente con la banda. Al plan, que buscaba acabar con la unidad en el frente de presos etarras, apenas se sumó algo más de una veintena de internos. La mayoría ya está en libertad]
Para gozar de permisos la ley exige la colaboración, pero para acercamientos, no. Deduzco por lo que dice que si no se les incentiva no van a colaborar. ¿Cree que se cerraría la puerta a confesiones interesantes si se les acercase sin exigir esa colaboración?
Lo que hay que ver primero es si se puede denegar un acercamiento legalmente aunque no haya colaboración.
El Gobierno puede hacer lo que quiera, tiene competencia exclusiva.
Claro, la política de dispersión se adopta por motivos de seguridad para evitar la prolongación de ETA dentro de las cárceles. Si no hay organización terrorista ese fundamento pierde, no todo su peso, pero gran parte, pero eso es una cuestión de política penitenciaria, ni yo ni un juez puede acordar un acercamiento.
Le preguntaba no tanto por su competencia, sino por su opinión.
Yo en ETA no veo ninguna voluntad de arrepentimiento y colaboración.
¿Se les acerque o no?
Se les acerque o no
¿Por qué la documentación que ha enviado Francia a las autoridades españolas es sólo a partir de 1998?
Porque es la que tenía.
Entiendo que la anterior entonces la destruyó.
Claro, o la destruyó o no la tenía, no lo sé, pero es desde esa fecha.
Usted en una entrevista reciente trató de rebajar las expectativas advirtiendo que ese material tampoco iba a ser “la panacea”. Según las víctimas, desde 1998 apenas constan 11 asesinatos sin resolver, ¿se refería a eso?
Me refiero a eso y a que la mayor parte de esa documentación ya ha sido analizada por las autoridades españolas. Cada vez que había detenciones en Francia, lo comunicaban a las autoridades españoles, se abría un procedimiento espejo paralelo al que se seguía en Francia para analizar la documentación.
¿En ese lote están las armas que ETA entregó en abril de 2017 en Biarritz?
No.
¿Se van a pedir?
Lo que se ha pedido es acceder a su análisis y que se dé traslado de todos los análisis periciales que se practiquen sobre las mismas.
La víctima tiene el derecho a la verdad, que no prescribe
¿Ya hay algún resultado?
Está en trámite.
Si se lograse condenar a los cuatro dirigentes procesados por lesa humanidad afectaría, ¿se eliminaría la prescripción de los delitos?
Lo de la lesa humanidad yo creo que ya está resuelto, ya se ha denegado por la Sala que exista un delito de lesa humanidad. Yo soy muy escéptico, es un proceso que está en el Juzgado de Instrucción número Tres. Se intentó en otro procedimiento lo mismo por genocidio y se denegó. El delito de lesa humanidad está concebido como la eliminación de una etnia pero como un delito de Estado, ejercido desde el aparato del Estado.
Usted defiende que, independiente de que haya una prescripción, hay que seguir investigando por las víctimas. ¿Hasta qué punto puede haber consuelo sin la garantía de la verdad jurídica de una sentencia condenatoria?
Yo puedo llegar hasta donde puedo llegar. La filosofía es que la prescripción del delito no puede ser un obstáculo para seguir investigando. Igual que el delincuente tiene un derecho a la seguridad jurídica con la prescripción, la víctima también tiene una serie de derechos y el derecho fundamental es el derecho a la tutela judicial efectiva que es el derecho a la verdad, que no prescribe con independencia de que haya o no una sentencia condenatoria. Tiene derecho a que, con las pruebas practicadas se le diga: ‘mire, a su marido, a su hijo, a su mujer, a su hija le ha matado el comando integrado por estas personas, pero los hechos están prescritos’. A todo lo que podamos llegar, llegaremos.
'Kale borroka' no es solo quemar un contenedor, sino la presión asfixiante de la sociedad
De cara a las fiestas de verano donde es habitual que proliferen los actos de enaltecimiento de ETA en las calles del País Vasco, ¿han trabajado alguna estrategia diferente a las aplicadas hasta ahora, que no suelen acabar con condenas?
Es un delito que bordea los límites de la libertad de expresión, además hay un nuevo elemento: que ese enaltecimiento no solo se haga para adular al terrorista, sino que genere una situación de riesgo para la seguridad colectiva, por ejemplo, con un efecto llamada. Cualquier banda quiere dar bombo a sus acciones y reconfortar a sus militantes. Eso forma parte de la estrategia de la banda para mantener prietas las filas. Cuando esa estrategia se desarrolla mediante actos de enaltecimiento, no hay duda de que son la prolongación de ETA en la sociedad civil. Pero cuando ETA se está replegando es más difícil acreditar que forma parte de la estrategia. Eso exige un esfuerzo más, comprobar que hay un efecto llamada, comprobar si después de ese acto de enaltecimiento hay actos actos de 'kale borroka', porque ahora parece que la 'kale borroka' no existe…
Se puede afirmar que ya no existe, viniendo de dónde venimos…
Ya, pero no comparemos. Yo vengo del tráfico de drogas y el tráfico de una papelina era igual de ilegal que la incautación de un barco.
¿Pero a que se refiere ahora con actos de 'kale de borroka'?
Pues a que después de un acto de este tipo se quemen contenedores, se hagan pintadas… es que vivir allí, la presión es asfixiante. ¿Has leído ‘Patria’? Todo eso, por mucho que se contase no se ha trasladado la verdadera situación. Era una sociedad atada, explotó cuando mataron a Miguel Ángel Blanco, fue una cosa que saltó, salió la espuma y se quedó todo como estaba. Salió Ardanza diciendo que esto se había acabado y el que se acabó fue él. Se acabó él. Recuerdo una señora diciéndole a un ertzaina que se quitase el buzo que llevaba puesto ¿Cómo va a salir una ciudadana a protestar cuando la policía que te tiene que proteger tiene más miedo que nadie y no quieren ser identificados?. Era una situación sometida al miedo. El libro de ‘Patria’ recoge muy bien esa situación. Claro que hay 'kale borroka', no es solo quemar un contenedor, sino la presión asfixiante de la sociedad que no se puede pronunciar libremente. La gente ahí no puede hablar.
¿Todavía hoy?
La gente dice: 'es que no hablamos de política'. La batalla de los términos también la han ganado ellos. Allí esto es hablar de política. ¿Pero la política es pegar tiros? Claro que existe 'kale borroka', es señalar a una persona, mirarla, atosigarla, hacer un escrache…