Los explosivos comentarios de Francisco Martínez, el exsecretario de Estado de Seguridad de Jorge Fernández Díaz, que aparecen en la investigación del caso Kitchen han hecho saltar las alarmas en el PP, donde temen que el que fuera número dos de Interior y afiliado hasta hace un año quiera implicar por elevación al secretario general de los populares, Teodoro García Egea, con quien tuvo una tensa reunión hace un año y medio en la que se habló de este asunto.
En Génova se ha guardado un escrupuloso silencio sobre Kitchen hasta que Pablo Casado puso este martes un cortafuegos sobre estos hechos que ocurrieron durante la presidencia de Mariano Rajoy. "Yo era diputado por Ávila", recordó el líder del PP en un encuentro informativo organizado por El Mundo, en el que negó cualquier responsabilidad sobre esa etapa de su partido.
La defensa de Génova en este caso se resume en "presunción de inocencia y respeto a las decisiones judiciales" ante la posibilidad de que tanto Fernández Díaz -quien en junio del año pasado dijo no saber nada de Kitchen en una entrevista a Vozpópuli para sorpresa de Martínez- como la anterior secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, sean imputados en esta causa, tal y como ha pedido Anticorrupción.
Ambos exministros forman parte del pasado del PP y cada vez tienen menos defensores en la actual cúpula popular. Por ejemplo, los peones que dejó Cospedal tras el congreso de 2018 tienen una influencia cada vez menor: Dolors Montserrat está centrada en el Parlamento Europeo, al igual que Juan Antonio Zoido, mientras que Isabel García Tejerina acaba de dejar el escaño y la política activa para pasar al sector privado. De los barones territoriales, sólo Francisco Núñez en Castilla-La Mancha se puede considerar afín a ella y, aún así, cuenta con oposición interna en su región.
Ahora bien, en el escrito de la Fiscalía aparece citado en varias ocasiones el actual secretario general de los populares, Teodoro García Egea, ya que en la primavera de 2019 recibió a Martínez en su despacho al enterarse este último que no iría en las listas del PP para el 28-A.
"Un daño irreparable"
En dicha reunión, el exsecretario de Estado dijo sentirse "abandonado" por su partido. "Puedo entenderlo, pero quedarme tirado y marcado como un corrupto por los míos me hace un daño irreparable", le dijo a García Egea, según aparece en la investigación.
No se quedó ahí. El ex alto cargo de Interior citó a Rajoy para subrayar a la mano derecha de Casado que hasta ese momento había sido "comprensivo, leal y comprometido" con el partido, pese a que varios mandos de la llamada policía patriótica le empezaban a señalar en las pesquisas judiciales. "Por lealtad al partido, a Jorge Fernández y a Rajoy. La misma que os tendría al presidente (Casado) y a ti", le prometió a García Egea.
La pleitesía no surtió efecto. Tras constatar que no repetiría como diputado nacional en las generales de abril, Martínez planteó al número dos del PP la posibilidad de ser incluido el 26-M en la lista de las autonómicas madrileñas, donde también podría seguir aforado. Sin embargo, García Egea le dejó claro que ninguno de los responsables de Interior que aparecían ya bajo la sombra de Kitchen repetiría en la Cámara baja o en la Asamblea de Madrid.
El primero en perder el aforamiento había sido el exdirector de la Policía Nacional, Ignacio Cosidó, quien fue sustituido al frente de la portavocía de los populares en el Senado en julio de 2019. Con Fernández Díaz y Martínez sólo hubo una concesión: el PP les incluyó en la Diputación Permanente del Congreso tras la convocatoria de las elecciones generales del 28-A, así que estuvieron aforados hasta el 20 de mayo del año pasado, el máximo posible.
En ese momento quedaron sin la protección parlamentaria a ojos del juez de la Audiencia Nacional, Manuel García Castellón, quien investigaba las múltiples ramificaciones del caso Villarejo. Y, precisamente, ese mismo 20 de mayo Martínez envió una carta a García Egea comunicándole su decisión de abandonar las filas del PP, según desveló Vozpópuli un mes después.
Para Martínez era su último día antes de reincorporarse al Cuerpo de Letrados en las Cortes, al que pertenecía antes de su paso por la política. "Habida cuenta del estricto deber de imparcialidad que debe presidir el desempeño de las funciones propias del Cuerpo de Letrados, considero que lo más coherente con mi nueva situación es solicitar la baja como afiliado del Partido Popular”, esgrimió el ex número dos de Interior en la misiva a la que tuvo acceso este periódico.
Una carta sin reproches
Martínez pidió a García Egea que cursase las instrucciones oportunas para hacer efectiva dicha baja “en el plazo más breve posible” y se despidió con buenas palabras de la mano derecha de Casado: “Te agradezco de antemano la gestión y aprovecho para enviarte un afectuoso saludo”, le dijo. La carta, de apenas tres párrafos, no contenía ningún reproche a la actual dirección del PP. Un hecho que García Egea podrá esgrimir en su defensa.
El exsecretario de Estado de Seguridad podría haber seguido afiliado al PP ya que su condición de miembro en activo del Cuerpo de Letrados no es incompatible con la militancia a un partido, sino únicamente hacer declaraciones públicas u ostentar un cargo de representación en dicha formación. Pero Martínez alegó que era poco ético cuando se iba a incorporar a una de las comisiones parlamentarias del Congreso en las que habría antiguos compañeros suyos y prefirió soltar amarras con Génova.
Visto lo visto tras levantarse el secreto de sumario de Kitchen, la ruptura del carné del PP por parte de Martínez fue más conflictiva de lo que se aparentó en aquella protocolaria carta. Y en la sede nacional se preguntan ahora si su antiguo diputado disparará contra las plantas nobles de Génova en una eventual declaración ante el juez García Castellón o si se centrará únicamente en esa etapa del marianismo a la que se refirió Casado.