El arzobispo de Granada, Javier Martínez, ha remitido al Juzgado de Instrucción número 4, que instruye la investigación del 'clan de los Romanes', la documentación sobre los supuestos abusos sexuales de sacerdotes a menores. La familia de Daniel, víctima de abusos, ha hecho pública una carta denunciando la actuación de la diócesis, en la que cuentan que, al contar el chico los abusos, el arzobispado respondió:"El asunto ya no está ni en tus manos ni en las mías, sino en las de la Virgen. Ella es madre y sabe de dolores y de lo que significa ser víctima, hasta la muerte”.
El pasado miércoles, el juez que instruye el caso dio un ultimátum al arzobispo, ya que la documentación tenía que haber sido entregada a mediados de mayo. El líder del clan de Los Romanones alegó entonces "secreto pontificio" para no entregar su declaración. El juez recordó al prelado que desde el Vaticano y el propio Papa, le pidieron que colaborara con la justicia.
La diócesis sostiene que la entrega muestra su colaboración con las instituciones
En su auto de requerimiento, el juez señalaba que en caso de incumplimiento, el arzobispo podría incurrir en delito de desobediencia a la autoridad judicial o de denegación de auxilio a la justicia, respecto a lo que se librarían los oportunos testimonios para depuración de sus presuntas responsabilidades. Pero la versión oficial de la Curia es que con la entrega de la documentación demuestran su "colaboración con las instituciones".
Los familiares de Daniel, presunta víctima, califican de "bochornosa y humillante" la actuación de Javier Martínez
Tras conocer las declaraciones del arzobispado, los familiares de Daniel, la presunta víctima de abusos sexuales, han estallado y han manifestado su indignación a través de una carta de la que se han eco varios diarios como Eldiario.es o Periodista Digital.
En la carta contestan con dureza a las afirmaciones de monseñor Martínez: "Es radicalmente falso que el señor arzobispo de Granada animara al denunciante a interponer denuncia alguna ante los tribunales civiles", sostiene. Sus palabras, dicen "resultan bochornosas y humillante para las víctimas de los delitos de abuso y agresión sexual cometidos por sacerdotes incardinados en la diócesis de la cual el señor Javier Martínez, como arzobispo es responsable".
Además, lamenta que, a día de hoy, diez meses después de trasladar la denuncia al arzobispado de Granada, siete de los diez sacerdotes que fueron imputados, continúen ejerciendo el ministerio sacerdotal en sus parroquias "y por tanto, manteniendo trato con menores, sin haber adoptado el arzobispado, ninguna medida de cautela o prudencia y obviando el hecho de la imputación por abuso sexual que se hizo sobre estos sacerdotes".
