El incendio que el pasado sábado se declaró entre los municipios abulenses de Navalacruz y Cepeda de la Mora está ya estabilizado y no tiene llama en ninguna parte de sus 130 kilómetros de perímetro, aunque existen pequeñas reproducciones en su interior, según ha informado este miércoles el consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, quien además ha pedido prudencia sobre el número de hectáreas quemadas que, por el momento son al menos 12.000, según ha explicado.
El incendio, que se originó al prenderse un vehículo junto a la N-502, sigue con un nivel 2 de peligrosidad en una escala de 0 a 3, pero sin peligro para la población, según recoge EFE.
El Servicio de Gestión de Emergencias de Copernicus, que proporciona información geoespacial puntual y precisa y que pertenece al programa de observación de la tierra de la Unión Europea, calcula una superficie de 21.993 hectáreas quemadas hasta hoy, que ascienden a 22.723 sumando las 730 hectáreas de otro incendio declarado muy cerca en El Tiemblo.
Esta diferencia se debe a que se desconoce por el momento si Copernicus ha tenido en cuenta las islas que podrían haber quedado sin quemar dentro de la zona afectada por el fuego y que habría que descontar de la superficie total.
En cualquier caso, este incendio ya es el más extenso en los últimos 40 años en Castilla y León y uno de los más importantes ocurridos en España.
Prudencia
Además, el consejero ha pedido prudencia ya que en cualquier momento el incendio podría reavivarse. "Desde la Junta solo hemos afirmado que el incendio ha afectado a no menos de 12.000 hectáreas pero la determinación de la superficie es todavía pronto para ser calculada ya que aunque el incendio está totalmente estabilizado al no tener llama en todo su perímetro todavía tiene alguna reproducción interior", ha explicado.
Suárez-Quiñones ha informado en una rueda de prensa en León que el cálculo de la superficie calcinada se tiene que realizar una vez se dé por extinguido el incendio ya que "hay zonas interiores dentro de todo el área afectada que no están quemadas". "Una cosa es la superficie comprendida dentro del perímetro y otra la superficie quemada dentro de ese perímetro que tendrá que ser determinada por los sistemas aéreos y de medición de superficie de los que disponemos y la misma se publicitará una vez de obtenga", ha aclarado.
En cualquier caso, el titular de Medio Ambiente de la Junta ha adelantado que sin duda alguna es uno de los incendios más grandes que se han producido, al menos en Castilla y León. El más grande hasta la fecha fue el registrado en 2012 en la localidad leonesa de Castrocontrigo que arrasó 12.000 hectáreas.
Asimismo, la Junta está valorando los daños para determinar el plan de restauración forestal que tiene que comprender, primero el restablecimiento de pastos para la ganadería, y, segundo, la protección de los acuíferos y la captación de agua de las poblaciones. "El incendio ha podido generar depósitos que pueden ser arrastrados por las primeras lluvias que se registren y contaminar los acuíferos por lo que la labor más prioritaria es salvaguardarlos", ha explicado Suárez-Quiñones. También se ha marcado como prioritario extraer de la zona toda la madera calcinada para evitar enfermedades vegetales dentro de un plan de recuperación que comprenderá la reforestación forestal de la zona. Un plan que cuenta con el apoyo del Gobierno de España, con el que ya han mantenido contactos.
Sobre la declaración de zona catastrófica, Suárez-Quiñones ha asegurado que es una competencia del Ejecutivo central al igual que lo son las compensaciones en el ámbito de Protección Civil.