La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, fracasó en su primera gran crisis de la ciudad al contradecir sus mensajes con la realidad y no tener comunicación directa y constante con la responsable de Medio Ambiente, Inés Sabanés, que sí sabía lo que ocurría. El asunto revela que la comunicación no es muy fluida entre la primera autoridad municipal y sus concejales. El resultado es que los ciudadanos madrileños no sabían si se podía aparcar o no el pasado viernes. Tampoco quedó claro si se podían superar los 70 km/h. en la M-30.
Los que escucharan la cadena SER antes de las 11 de la noche pensaron que no habría problema. Los que oyeron en Onda Cero a Inés Sabanés se enteraron de que no podían aparcar si no eran residentes. Los que entraron en la página web del Ayuntamiento creyeron que no había prohibición y los que llamaron al 010 sí que recibieron una información exacta de que no debían sacar el coche.
El equipo de prensa de la alcaldesa ofreció una rueda de prensa con solo dos preguntas alegando que tenían mucho trabajo
Los que aparcan con la aplicación del móvil también recibieron información en sus teléfonos. Los policías municipales cumplieron con su trabajo, al igual que los controladores de la SER y los agentes de Movilidad. Los técnicos cumplieron, los políticos fracasaron. Al día siguiente, Manuela Carmena compareció en una rueda de prensa que su equipo de comunicación calificó como “una especie de canutazo” con “sólo dos preguntas”. Alegaron que tenían mucho trabajo para resolver la situación de crisis.
La realidad es que no querían que los periodistas preguntaran sobre el caos de informaciones contradictorias entre la alcaldesa y su concejala de Medio Ambiente. Dos personas del equipo de Prensa advirtieron que ambas tenían mucha prisa y que sólo contestarían a dos cuestiones dejando para una directora general con los periodistas. La primera pregunta fue sobre la descoordinación. Todo ello con televisiones en directo y siendo el cierre del aparcamiento en el centro de Madrid primera página de periódicos, televisiones y emisoras de radio nacionales.
El perdón
La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, explicó en la SER que cuando por la noche anticipó el posible levantamiento de las restricciones por la reducción de la contaminación intentó transmitir lo que entonces le decían los técnicos y pidió disculpas por la "confusión" que pudo crear entre los ciudadanos.
Carmena precisó que durante su entrevista, sobre las 22.10, la "proyección" apuntaba a que el viernes no habría limitación de velocidad en la M-30 ni en las vías de acceso a la capital (escenario 1) y tampoco se prohibiría el estacionamiento en la zona SER. Treinta y cinco minutos después, sin embargo, "saltó la alarma" y el Ayuntamiento elevó las limitaciones al tráfico al entrar en el llamado "escenario 2".
Carmena aseguró que mantenía contacto con el grupo operativo que sigue el episodio de contaminación y que seguía posibles incidencias a través de WhatsApp. "Puede ser" que fuera imprudente, dijo, tras asumir que "a lo mejor" pudo "haber confundido" a ciudadanos: "Lo siento mucho", añadió.
La alcaldesa de Madrid reconoció que el Ayuntamiento y los ciudadanos están "viviendo una experiencia nueva" y añadió que "cada día aprendamos un poco más para hacerlo mejor". En la rueda de prensa (“especie de canutazo”) la alcaldesa no pidió disculpas como sí hizo en la emisora de radio, aunque sí agradeció el trabajo de los medios informativos.
Pedir perdón ante su concejala habría sido reconocer una falta de coordinación porque durante todo el día en la página web del Ayuntamiento se advertía de la gravedad de la situación. Incluso cuando la alcaldesa estaba hablando en la radio.
Información difícil
La situación no es más que un episodio más del caos informativo y de comunicación del Ayuntamiento de Madrid. Preguntar a las 11 horas cuánto se recauda por el SER en un día normal no puede ser contestado en todo el día “porque es muy difícil tener ese dato”. En tiempos de Alberto Ruiz-Gallardón esa información era contestada en 10 minutos. Todos los años por estas fechas se producen estas situaciones de crisis, pero este era el primer año en el que se tienen que aplicar una prohibición aprobada por el equipo de Ana Botella para evitar situaciones límites.
Pero el ridículo no sólo lo hizo el gobierno local. Algún concejal del PP se quejó de este protocoló cuando esa norma se aprobó en tiempos de Ana Botella. La situación se producirá más días este invierno pues además en la ciudad aún hay cerca de dos mil calefacciones de carbón que contaminan y ayudan a hacer más irrespirable el aire de Madrid con los primeros fríos.