Matt Haig (1975, Sheffield, Reino Unido), aclamado autor de 'La biblioteca de la medianoche', ha regresado a la ficción con 'La vida imposible', una novela que nos invita a redescubrirnos a nosotros mismos. En esta obra, Haig nos presenta a Grace Winters, una profesora de Matemáticas jubilada de 72 años que, tras la pérdida de su familia y con una vida marcada por la soledad, hereda una casa en Ibiza. Sin planes ni expectativas, Grace decide embarcarse en un viaje sin retorno a la paradisíaca isla mediterránea en busca de respuestas. Pero en esta travesía, Grace encontrará mucho más que el pasado de una amiga desaparecida: descubrirá los misterios de la vida misma.
Con 'La vida imposible', Haig se une a la tendencia literaria de explorar la vida de protagonistas de mediana edad que, lejos de haber pasado su momento, se enfrentan a nuevos desafíos con valentía. Grace Winters encarna a esta heroína improbable: viuda, madre que llora la pérdida de su hijo, y con una existencia que se reduce a unas pocas interacciones sociales. Grace es el prototipo de personaje que, a primera vista, parece derrotado por la vida. Sin embargo, su espíritu se transforma al asumir una misión inesperada: desentrañar los últimos días de su amiga desaparecida.
La novela comienza con un correo electrónico de Maurice Augustine, uno de los antiguos alumnos de Grace, que está abrumado por la sensación de que "todo parece imposible". La historia que Grace comparte como respuesta es un relato de redescubrimiento, y lo que comienza como un acto de consuelo hacia un antiguo pupilo se convierte en una odisea de transformación personal. Haig aprovecha esta correspondencia para explorar el tema de la imposibilidad y la magia en el sentido más amplio, recordándonos que “lo que parece magia no es más que una parte de la vida que aún no comprendemos del todo”.
Ibiza como escenario: entre lo mágico y lo real
Ibiza, con sus paisajes contrastantes de colinas rocosas y playas doradas, juega un papel fundamental en la historia. Este es un lugar de encuentros, un refugio donde Grace debe abrir su mente lógica y científica a lo desconocido. A través de este entorno, el autor explora una cuestión importante: ¿y si las respuestas que buscamos no fueran tan lógicas como siempre hemos pensado?
La Ibiza de 'La vida imposible' no es solo la isla de las fiestas y el turismo, sino también un lugar donde los límites entre lo real y lo fantástico se diluyen, invitando a Grace y al lector a creer en lo imposible. Los encuentros con personajes como el enigmático marinero Alberto Ribas, con una estética entre “pirata y hombre de las cavernas no rehabilitado”, agregan a la trama un toque de aventura y humor, sin olvidar las escenas nocturnas que impulsan a la protagonista a desafiar sus propios prejuicios y explorar un lado más audaz de sí misma.
Una carta de amor a la vida y al lector
Haig logra conectar emocionalmente con su audiencia mediante su tono empático y cercano. Como en 'La biblioteca de la medianoche', la nueva novela se presenta como una especie de carta de amor a la vida, a las segundas oportunidades y a la capacidad humana de encontrar sentido en lo inesperado. Es en esta cercanía donde Haig, tal como Neil Gaiman menciona en su reseña, "despliega toda su empatía hacia la condición humana, permitiendo que los lectores vean un reflejo de sí mismos en los dilemas de Grace".
El autor utiliza a su protagonista para cuestionar las fronteras entre ciencia y magia. "Lo único en lo que tienes que creer es en la posibilidad de que no lo sepamos absolutamente todo sobre la vida en el universo", escribe Grace. Esta declaración no solo desafía la percepción de su alumno Maurice, sino que también le habla al lector, invitándolo a abrirse a la posibilidad de que los nuevos comienzos y la esperanza pueden emerger cuando menos lo esperamos.
'La vida imposible' está llena de reflexiones sobre la vida y la muerte, el amor y la pérdida, el sentido de pertenencia y la necesidad de conexión humana. La narrativa de Haig es ligera, pero no superficial, y aborda temas profundos con un lenguaje sencillo y accesible. A través de Grace, el autor explora las contradicciones humanas y encuentra una forma de celebrar la vida incluso en sus aspectos más oscuros y difíciles. “Estar vivo es ser vida. Ser vida. Somos vida”, reflexiona la protagonista en uno de sus momentos más vulnerables, un pensamiento que encapsula el tono optimista y reflexivo de la obra. La historia de Grace Winters nos hace pensar en los años que dejamos pasar, en las oportunidades que evitamos y en las segundas oportunidades que aún pueden estar esperándonos. A través de esta profesora jubilada que desafía su destino, Haig nos deja una invitación clara y potente: la vida sigue siendo posible y vale la pena vivirla.