La Filomena marcó la historia de la Comunidad de Madrid. Un hecho atípico que tiñó las calles de la capital de blanco, dejando una de las estampas más icónicas de la ciudad. Aunque no fue todo de color de rosas. Un centenar de casas sufrieron los estragos de las nieves y varios distritos tuvieron serias dificultades para mantener la electricidad y la calefacción durante esos días de enero. Es por ello que se implementaron una serie de recursos para evitar que una nueva catástrofe natural paralizase la Comunidad de Madrid.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha presentado este lunes el Plan de Vialidad y Protección Civil ante Inclemencias Invernales 2023/24, que implica a casi 6.000 efectivos y moviliza 767 vehículos, de los que 61 son máquinas quitanieves. La campaña, que se activó el pasado 1 de noviembre, se extenderá hasta el próximo 30 de abril. Este año se incorporan, además, tres cámaras de vigilancia y cuatro nuevas estaciones meteorológicas de apoyo a la gestión de mantenimiento de carreteras para la vialidad invernal.
"Un año más se ha hecho un esfuerzo ingente en la dotación de medios y recursos tanto materiales como humanos", ha puesto en valor la dirigente madrileña durante su visita al Puerto de Cotos, en Rascafría.
Así, este Plan cuenta con recursos humanos y técnicos, tanto en el área de la Dirección General de Carreteras, dependiente de la Consejería de Vivienda, Transportes e Infraestructuras, como en el ámbito de Emergencias, que pertenece a la Consejería de Medio Ambiente, Agricultura e Interior.
El objetivo de esta estrategia es garantizar la seguridad en los 2.572 kilómetros de viales de titularidad autonómica, incluidos los 370 situados en cotas superiores a los 1.000 metros de altitud, y las comunicaciones entre los 85 municipios madrileños por encima de los 800 metros, incorporando, de nuevo, la coordinación con la Estación de Esquí de Fondo del Puerto de Navafría, al haber reabierto su actividad.
La finalidad, en este sentido, es dar "una respuesta rápida y eficaz ante las situaciones de dificultad para los ciudadanos y las afecciones a la circulación que se pueden producir como consecuencia de las nevadas y las bajas temperaturas en la región".
Ayuso ha defendido que es "un plan completo que no deja nada a la improvisación". "El plan de la Comunidad de Madrid no evitará ni el frío ni la nieve ni el hielo, pero el trabajo duro, la profesionalidad y el rigor sabrán afrontar los peores escenarios y mitigar sus posibles consecuencias", ha subrayado.
Cámaras de vigilancia y estaciones meteorológicas en la Comunidad de Madrid
Como novedades, el dispositivo cuenta con una treintena de cámaras de vigilancia, tras haber añadido tres más, en los puertos de La Hiruela, La Puebla y El Cardoso, para una mejor gestión de la vialidad invernal de esta zona norte; y se incrementa también en cuatro el número de estaciones meteorológicas, que pasan de 23 a 27, en la Cruz Verde, La Hiruela, Navacerrada y El Cardoso, lo que permitirá recabar una información de la climatología más precisa y detallada en tiempo real de la Comunidad de Madrid.
En lo que respecta a la red de carreteras, la región cuenta con 271 efectivos, 59 máquinas quitanieves, de las que 57 son de empuje y dos son dinámicas, 16 retroexcavadoras, 91 vehículos de vigilancia y 43 puntos de almacenamiento de sal con capacidad para más de 5.000 toneladas, junto a ocho plantas de fabricación de salmuera.
Asimismo, tanto los vehículos encargados de despejar las calzadas de la Comunidad de Madrid como los 13 Centros de Conservación de Carreteras y el Centro de Coordinación e Información, conectados a su vez con el 112, están equipados con dispositivos de radio digital para mantener una conexión segura y facilitar la coordinación en situaciones de emergencia. En esta línea, el Centro de Coordinación e Información de Carreteras (CEOIN), está operativo las 24 horas del día durante toda la campaña, para informar de forma puntual a los ciudadanos sobre cualquier incidencia.
Por otra parte, el Gobierno regional de la Comunidad de Madrid dispone de un protocolo de coordinación con los ayuntamientos que establece las prioridades que se deben atender ante posibles eventualidades, como la actuación en las vías con gran densidad de tráfico, accesos a hospitales, centros de salud o núcleos de población urbana, así como puntos estratégicos o de especial importancia.