Si Luis Bárcenas seguía aspirando a que se aliviara su situación procesal con un oportuno cambio de ministro, fiscal anticorrupción y fiscales que llevan su caso, ha perdido toda posibilidad. Porque lo que hizo este lunes el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, durante su declaración leída en una comparecencia ante la prensa fue blindarlos a todos. El jefe del Ejecutivo indicó que la mejor prueba de que el Estado de derecho no se había sometido a ningún chantaje es que "los fiscales, el juez, los policías o el personal de la Administración tributaria son las mismas que antes e que el PP ganara las elecciones", y que todas ellas "han actuado, actúan y actuarán con independencia y sujeción exclusiva a la Constitución y a las leyes".
Bien es cierto que en su declaración no hizo referencia directa al ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, al que muchos ven como la "mano que mece la cuna" de una operación de desestabilización del Gobierno, pero el hecho de que este lunes su nombre copara el titular de El Mundo en el sentido de que Rajoy estaba dispuesto a ofrecer su cabeza para impedir que Bárcenas tirara de la manta, contribuye a asegurarle en el puesto más que a cualquier otro miembro del Ejecutivo para que no se interprete que hay ningún gesto hacia el extesorero del PP.
Las palabras de Rajoy, sin embargo, no suponen solo una contrariedad para Luis Bárcenas sino también para otros en su partido que, como informó este lunes Vozpópuli, creen que el actual Gobierno debiera haber desarrollado nada más llegar al poder una estrategia que pasara por la sustitución de las dos fiscales que llevan en este caso cuatro años. El argumento de este sector del partido es que "el PSOE hubiera hecho lo propio nada más llegar si se hubiese encontrado con una situación similar" porque entienden que las dos fiscales "juegan a la contra del PP" por considerárselas próximas al PSOE en general y al que fuera ministro de Justicia Mariano Fernández Bermejo, en particular.
Por su parte, la sala de gobierno de la audiencia Nacional reclamó este lunes al CGPJ la continuidad del juez Ruz en el juzgado central de instrucción número 5, en donde está de forma interina en sustitución de Garzón hasta que se incorpore su titular. La Audiencia quiere que se le renueve a Ruz la comisión de servicio por otro seis meses "para que refuerce al titular del Juzgado", Miguel Carmona. Se pretende que Ruz continúe con los casos "que ya está conociendo", mientras que Carmona asumiría los de nuevo reparto "a fin de evitar la paralización de los procedimientos (...) alguno de los cuales tiene gran trascendencia social", en alusión al 'caso Bárcenas'.
Gobierno y PP se aferraron este lunes a una idea central: "No se ha cedido al chantaje" y eso fue lo primero que dijo Rajoy cuando fue interrogado al respecto durante una comparecencia pública junto al primer ministro polaco, Donald Tusk. "Quiero que quede muy claro que el Estado de Derecho no se somete a chantaje". Agregó que "ni se ha producido ni se produce ni se producirá, ningún tipo de presión que tenga que ver con este proceso".
El PP da por segura la petición de comparecencia de Cospedal por parte del juez Ruz, reclamada por una de las partes y apoyada por la Fiscalía
En todo caso, no debieron quedar los populares muy satisfechos de la réplica a Bárcenas que dieron este lunes, y por este orden, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría; el vicesecretario de Organización del PP, Carlos Floriano, y, en tercer lugar el propio Rajoy. Porque por la tarde se convocó de manera inesperada una comparecencia de la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, que intentó ir desmontando punto por punto las acusaciones que se conocieron de la declaración de Bárcenas ante el juez Ruz.
"No voy a permitir calumnias de un presunto delincuente", "no voy a aceptar que un presunto delincuente difame o injurie con tal de salir ileso o indemne de sus presuntas responsabilidades", "no admito ni admitiré un chantaje de nadie, de ninguna persona por muy desesperada que esté por su incapacidad para explicar el origen de sus millones en Suiza", fueron algunas de las perlas que dedicó a Bárcenas la "número dos" del PP para agregar de forma tajante que "nunca, es completamente falso", que hayan recibido ningún tipo de sobresueldo en dinero B tanto ella como Rajoy. Sin ocultar el enfrentamiento personal que mantiene con el ahora ex tesorero, también rechazó que el PP haya intentado presionar de ninguna manera a Bárcenas. "Ni coacciones, ni sobornos, ni nada de nada", sentenció.
Todo apunta a que el juez Ruz dará el visto bueno a la petición de la Fiscalía para que comparezca Cospedal después de haber desestimado otras declaraciones solicitadas por las partes como las de José María Aznar, Francisco Álvarez Cascos y Javier Arenas. Las directísimas alusiones de Bárcenas contra la secretaria general del PP, responden, según el partido a la "clara animadversión" que esgrime Cospedal en su demanda contra Bárcenas y que ha ampliado.