El primer contacto PP y PSOE se ha saldado con un fracaso. Lo previsto. Sánchez hizo valer su voluntad de aspirar a la presidencia y se negó a abordar otras cuestiones. "Se mostró intolerable, intratable", comentaban voces en Moncloa. "No se han abordado asuntos de interés para los españoles", decían al concluir el breve encuentro con Sánchez. Sobre el diálogo precisamente versaba un tuit publicado por Rajoy en el que insistía en que buscará una fórmula para gobernar. Nadie esperaba gran cosa de estre primer lance, hecho público ante las filtraciones del PSOE, pero al menos se ha conseguido la imagen de un saludo entre ambos dirigentes, que no se veían desde el funeral por los policías asesinados en Afganistán, con una mandíbula casi petrificada en el rostro del dirigente del PSOE. Ni una broma, ni un comentario amigable. La reunión entre Rajoy y Sánchez se desarrolló en un plano estrictamente frío, sin concesiones. Las heridas de la campaña electoral y aquel 'indecente' todavía perviven. Pero el diálogo se impone. Rajoy telefoneó a Rivera este mismo miércoles para convocar a Moncloa al líder de Ciudadanos, quien ha propuesto un acuerdo a tres entre PP, PSOE y su formación para sacar la situación de su impasse. También recibirá en Moncloa ese lunes a Pablo Iglesias, dirigente de Podemos.
"Sánchez vino con el no por delante", resumía Fernando Maíllo, vicesecretario general, en la sede del PP. "No estamos al final, sino al comienzo de un proceso", insistía, y calificaba la actitud del líder del PSOE como muy poco positiva. Pero el diálogo continuará, porque es el tiempo del diálogo y la responsabilidad, aseguraba. Tan sólo se abordó la cuestión de investidura, cuestión en la que Sánchez mostró su 'no' rotundo a apoyar al PP o al PSOE. La puerta de la abstención no se ha cerrado, según algunas versiones, y hay todavía mucho camino que recorrer, se menciona en esas fuentes. Maíllo ponía el foco en la necesidad de coincidencia entre los partidos que tienen un mismo eje común, como es la soberanía nacional, Europa y la lucha contra el terrorismo yihadista.
Se subraya como positiva la actitud de Sánchez en insistir varias veces en la necesidad de que ha de ser el partido más votado quien tiene la responsabilidad de formar Gobierno
En Moncloa valoraban este encuentro con el líder socialista como tan sólo un primer paso, 'vendrán más,", con otros dirigentes, Rivera, Iglesias, y quizás con el propio Sánchez, se mencionaba en fuentes próximas al Ejecutivo. Se subraya como positiva la actitud de Sánchez en insistir varias veces en la necesidad de que ha de ser el partido más votado quien tiene la responsabilidad de formar Gobierno, así como su empeño en solicitar al resto de la formaciones que no busquen atajos y que no interfieran en el proceso. Juego limpio, ante todo. También se desliza como interesante el empeño demostrado por Sánchez en que no se llegue a un bloqueo institucional que obligue a la celebración de nuevas elecciones, al tiempo que ponía distancia con Podemos al hacer referencia a la necesidad de olvidarse de las 'líneas rojas' y cambiarlas por una actitud de tender puentes.
Todo está abierto
Todo está más abierto que el lunes, la pelota ha empezado a girar, el primer contacto ha sido escueto, apenas 40 minutos, y seco, pero nadie ha roto la baraja. Al menos desde las filas del Gobierno se insiste en que acabamos de empezar un periodo largo, en el que pueden cambiar mucho las cosas, y que este primer paso ha resultado acorde con lo que se esperaba.
La reunión había sido anunciada en la noche del martes después de que El País filtrara una serie de ofertas que efectuaría Rajoy al líder de los socailistas como puntos fuertes del diálogo. Entre ellas estarían la cesión de la presidencia del Congreso de los Diputados y la reforma de la Constitución con vistas a suprimir el polémico artículo 135 referido a la estabilidad presupuestaria. Tal información fue desmentida por Moncloa.
No parece haber muchas posibilidades para que el entendimiento entre Rajoy y Sánchez vaya a evolucionar hacia senderos positivos, al menos tras lo escuchado al líder socialista en su rueda de prensa. En el PSOE se impone la actitud de no facilitar la investidura de Rajoy, aunque conviven diferentes posturas, muy encontradas, sobre la posibilidad de que Sánchez intente algún tipo de acuerdo para conseguir su propia designación como presidente. Rajoy, por contra, ha tansmitido con insistencia su voluntad de buscar un acuerdo para lograr un Gobierno estable, asunto que resulta ahora mismo una misión casi imposible. Todo depende de la colaboración del PSOE que debería abstenerse en la segunda vuelta de la investidura para permitir que el actual presidente siguiera al frente del Gobierno. Se esperan largas semanas de encuentros y negociaciones, comentan en Moncloa, donde se subraya la actitud prudente y de enorme paciencia que ha reclamado Rajoy a sus equipos. En el caso de que no se alcance ningún acuerdo para superar el actual bloqueo institucional, habría que convocar nuevas elecciones que, según algunos trascendidos tendrían lugar dentro de cuatro o seis meses.
