La polémica está servida de nuevo. Los recortes en los Presupuestos Generales del Estado se han centrado especialmente en el Ministerio de Fomento, con una serie de consecuencias entre las que se encuentra el hecho de que habrá menos dinero en 2013 para el mantenimiento de las carreteras.
En realidad, la cifra global destinada a la conservación de la red viaria es superior a la registrada en los Presupuestos de 2012, concretamente refleja un incremento del 7,9%, hasta 942 millones de euros. Sin embargo, en este capítulo se incluye una partida destinada al acondicionamiento de las autovías de primera generación, un aspecto que no se contemplaba en los cálculos para el presente año.
Para la red secundaria quedarán aproximadamente 750 millones de euros, una cifra que se antoja netamente insuficiente para paliar un deterioro que se ha ido incrementando por momentos. Desde 2010, el descenso acumulado en la partida destinada al mantenimiento de las carreteras se encamina hacia el 45%.
El sector de las infraestructuras ha mostrado repetidamente su preocupación por el estado de las carreteras y la disminución del presupuesto para su conservación. Poco antes del verano, el Ministerio del Interior adelantó una más que probable rebaja del límite de velocidad en la red secundaria, una medida que estaría relacionada con el deterioro que han sufrido las vías de este tipo en los últimos años y la imposibilidad de mitigarlo a corto plazo.
Los peajes, a debate
Los expertos consideran que durante los primeros años de España en la Unión Europea se desarrolló de forma notable la red de carreteras gracias a los fondos comunitarios pero que se hizo de forma excesiva, sin tener en cuenta que con una red mayor también se precisarían más recursos para mantenerla.
En general, el Plan de Transporte, Vivienda e Infraestructuras (Pitvi) presentado la semana pasada por el Ministerio de Fomento incluye significativos recortes en la inversión en obra pública. En lo referido específicamente a las infraestructuras, el Gobierno prevé que la inversión se quede cada año por debajo del 1% del Producto Interior Bruto (PIB) como sucede en la mayoría de los países del entorno de España.
Estos recortes y la necesidad de generar ingresos extra para tratar de cumplir con el objetivo de déficit impuesto por Bruselas reavivan el debate sobre la posibilidad de implantar peajes en la red de carreteras del Estado con el fin de contribuir al mantenimiento de la misma.