La ministra de Sanidad, Mónica García, aparca el desmantelamiento de Muface, tal como plantea su partido Sumar en el programa de las pasadas elecciones. En declaraciones a la Cadena Ser, García ha subrayado que "no es una prioridad" en estos momentos el cambio en la Mutualidad General de Funcionarios por el que aboga su formación. Sumar -y antes Más País- se presentó a las elecciones del 23 de julio con la promesa de incorporar a los cerca de dos millones de funcionarios y beneficiarios de la mutualidad a la Seguridad Social, impidiendo que puedan escoger a un proveedor sanitario privado a través de Muface.
García ha afirmado que no se encuentra ni entre los detractores ni entre los partidarios del actual modelo de Muface, situándose en una posición intermedia que no ha clarificado. En su discurso ha subrayado que su objetivo primordial es mejorar la sanidad pública hasta el punto de hacerla tan atractiva que nadie se vea en la necesidad de acudir a la sanidad privada.
Las declaraciones de Mónica García dan un respiro a cuantos temían un ataque a la mutualidad (dependiente del Ministerio de Función Pública) desde el Ministerio de Sanidad. "No vamos a permitir la desaparición de Muface. Sobre este tema, por parte de CCOO, lo tenemos claro: defensa del concierto sanitario como defendemos la sanidad pública", esgrimía el sindicato Comisiones Obreras hace pocos días.
Crisis financiera del modelo
Más allá del alivio temporal que supone la posición de Mónica García, el verdadero reto de Muface es la viabilidad económica del modelo. Necesita una inyección contundente de capital para que las aseguradoras (Adeslas, Asisa y DKV) no abandonen el modelo, poniendo fin a un sistema que ahorra 800 millones de euros al año al Estado, según los cálculos del Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (IDIS). En el último Consejo General de Muface, celebrado en octubre, la Dirección General de la mutualidad no incluyó la financiación en el orden del día, algo que disgustó a los sindicatos.
Fuentes de CSIF explicaron a este periódico que pese a ello se trató el asunto, dada la gravedad de la situación. Desde las aseguradoras confirman que "en los dos últimos años, entre las 3 aseguradoras, las pérdidas han sido de 340 millones de euros". Una cifra que podría crecer a los más de 500 millones el año que viene.
Adeslas, que atiende al 34% de los mutualistas (más que la seguridad social), considera que el modelo está en claro "peligro". "En 2022 tuvimos 20 millones de euros de pérdidas en Muface", aseveran desde DKV, que cree que la subida del nuevo concierto debe ser de un 40% como mínimo. La inflación provocada por la guerra de Ucrania y el efecto postcovid en cuanto a aumento de siniestralidad y patologías no tratadas han sido un disparo directo a la línea de flotación de las mutuas privadas de Muface. El concierto pactado con el Estado en 2021 ha quedado claramente desfasado. El próximo año se negociará un nuevo concierto, pero no se descarta que haya una renegociación previa dada la gravedad de la situación.