La reunión del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Popular, a las 48 horas del mal resultado en Cataluña, se presumía complicada ante la petición de varios presidentes autonómicos de introducir cambios en la cúpula y los duros ataques de Cayetana Álvarez de Toledo en El Mundo con los que se levantó Pablo Casado. Pero el as que se guardaba este último sobre el cambio de sede trastocó los planes de varios de los presentes.
El anuncio de Casado de que el PP se muda de Génova dejó en un segundo plano el fracaso del 14-F, donde los 'populares' estuvieron cerca de salir del Parlament, y dejó en el olvido las críticas de la exportavoz en el Congreso. En la reunión no se habló de ella en ningún momento, según explicaron fuentes de la dirección nacional a Vozpópuli.
El equipo que rodea a Casado cree que Álvarez de Toledo va buscando el choque, la confrontación, con este tipo de declaraciones, así que la consigna este martes era no responder en caliente a las invectivas. Las citadas fuentes dejaron claro que no se le abrirá un expediente disciplinario y recordaron que la diputada por Barcelona "no consentía este tipo de comentarios" dentro del grupo parlamentario cuando ella era la 'mano derecha' de Casado en el Congreso de los Diputados.
Sobre la salida de Génova, los únicos barones territoriales en hablar en la reunión del Comité Ejecutivo fueron la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, y el líder del PP en Extremadura, José Antonio Monago. La mandataria regional celebró "enormemente" que el PP deje la controvertida sede nacional.
Sorprendió que el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, no abriese la boca durante el debate, aunque ya en la víspera había emplazado al PP a "hacer una reflexión" sobre la situación en la que queda el partido en Cataluña y había instado a transmitir a la sociedad catalana que su presencia en el Parlament con tres escaños "será útil".
Casado ha encargado al secretario general, Teodoro García Egea, que analice las mejores opciones para alquilar o vender el inmueble próximo a la plaza de Colón. Fuentes del PP insistieron en que el traslado "se hará lo antes posible", aunque evitaron poner una fecha concreta y la zona en la que se instalarán las oficinas centrales.
El plan de Sáenz de Santamaría
En todo caso, la idea de deshacerse del edificio de Génova no es nueva. La exvicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría dejó la puerta abierta en julio de 2018, en pleno proceso de primarias del PP, a vender la sede nacional del partido de la calle Génova, mientras que su adversario político en ese momento, Pablo Casado, sostenía que lo que podía hacer reconectar con la sociedad no era "cambiar al edificio de enfrente", según recordó Europa Press.
Según dijo Santamaría, era una propuesta que la habían hecho "muchos afiliados" y no descartó la posibilidad de venderla. "Como me lo han planteado muchos afiliados de base, yo creo que hay que darle una vuelta porque esa gente tiene mucha visión de futuro y de cómo puede ser nuestro partido en el futuro con generosidad, humildad y volviéndonos a construir de abajo a arriba", afirmó el 10 de julio de hace dos años y medio.
Ese mismo día se le preguntó por esas declaraciones a Casado, quien aseguró que él era un candidato que no renegaba del pasado y añadió: "Creo que el problema del PP no es ni qué sede tiene, ni un logotipo ni un himno ni un nombre. El problema que tenemos es de fondo".
Según subrayó entonces, lo que podía hacer reconectar con la sociedad y el electorado no era "pintar el logotipo de otro color" o "cambiar al edificio de enfrente" sino mantener una "posición firme" en Cataluña, en política antiterrorista, bajada de impuestos, la unidad de España o defensa de la familia.
La opción de vender o alquilar
El inmueble situado en Génova 13, desde cuyo balcón ha celebrado el PP sus victorias electorales, cuenta con 10.243 metros distribuidos en nueve plantas de oficinas y cuatro de aparcamiento. Si el PP elige la opción de vender, podría conseguir hasta 36 millones de euros, según estimaciones de Idealista. Mientras, si opta por arrendar podría obtener entre 140.000 y 160.000 euros al mes.
De conseguir esta cantidad, el PP recuperaría casi la totalidad de la inversión realizada en 2007 cuando compró el inmueble a Mapfre por 37 millones de euros, según añade el portal inmobiliario, que señala que esta decisión se produce "en plena pandemia y en un escenario donde el teletrabajo ha cobrado protagonismo".