Enrique de Castro, el conocido como "cura rojo" de Vallecas, ha fallecido este miércoles a los 80 años en el Hospital Virgen de la Torre de la capital como consecuencia de un cáncer, informa EFE. De Castro se ganó su sobrenombre por sus posturas respecto a la Iglesia y sus años de ayuda a los colectivos desfavorecidos de Madrid.
Ordenado sacerdote en 1972 tras estudiar en el seminario de Comillas y procedente de una familia conservadora, De Castro inició su camino como cura en la parroquia de San Cosme y San Damián, en el barrio madrileño de Vallecas, que ya nunca abandonó.
El recorrido del sacerdote por los barrios obreros de la capital le llevó en la turbulenta década de los 80 a la parroquia de San Carlos Borromeo de Entrevías. Fuentes de su entorno han relatado a EFE cómo se convirtió en una "persona fundamental" del barrio, que ayudó a sus habitantes en peligro de exclusión social. Se centró en los más jóvenes y las personas con problemas con las drogas y de acceso al mercado laboral.
A partir de 1990, De Castro continuó adaptándose a las necesidades de la sociedad de la época, y se convirtió además en un referente para los inmigrantes irregulares que empiezan a llegar a España.
El "cura rojo de Vallecas", una etiqueta por la que se dio a conocer pero nunca le gustó, se convirtió en una cara muy reconocida del activismo social por su apoyo a causas como la lucha contra la corrupción, la brutalidad policial o por la mejora de la vida dentro de las prisiones, así como a diferentes movimientos, como el de la asociación vallecana Madres unidas contra la droga.
Enfrentamiento con el arzobispado
En 2007, las prácticas poco ortodoxas de De Castro en la Iglesia le hicieron entrar en pie de guerra con el arzobispo de Madrid, Rouco Varela, que exigió el cierre de la parroquia de San Carlos Borromeo por no ajustar sus prácticas a la liturgia de la Iglesia. Los curas de la parroquia vallecana no solo acogían en su casa -y entre los bancos de la iglesia si era necesario- a expresidiarios, drogodependientes, inmigrantes o chavales de la calle, sino que también daban misa vestidos con ropa de diario y en formato asambleario, aceptaban a fieles de cualquier religión y repartían rosquillas en vez de obleas en el momento de la comunión.
La sociedad se volcó para evitar el cierre de la parroquia, un apoyo que culminó en una misa multitudinaria a la que acudieron numerosos medios de comunicación y personajes públicos como el periodista Gran Wayoming o el actor Willy Toledo.
Este episodio confirmó la dura postura que De Castro siempre había tenido contra el dogma de la Iglesia y que se tradujo en obras como su libro "Dios es ateo" y en su postura respecto a algunos temas controvertidos como el aborto, el uso de preservativos o el matrimonio homosexual, los cuales defendió ante unas jerarquías eclesiásticas que se mostraban en contra de todo ello.
La despedida del párroco se celebrará mañana jueves, 16 de febrero, en el crematorio de la Almudena, a las 13 horas, según han informado desde la parroquia de San Borromeo.