El pasado jueves 9 de noviembre, mientras los madrileños disfrutaban de una soleado día festivo por la Almudena, Alejo Vidal-Quadras recibió un tiro en la cara en pleno centro de la capital española. Saltó la alarma en Madrid: un ataque contra un político a plena luz de día y a punta de pistola.
El fundador de Vox llegó cosciente al Hospital Gregorio Marañón, donde tuvo que ser atendido de urgencia. Durante el trayecto en ambulancia, Vidal-Quadras alertó a los sanitarios de que el Gobierno de Irán estaría detrás del ataque. Por el momento, la policía mantiene todas las hipótesis abiertas, aunque la pista iraní cobra fuerza.
No es la primera vez que la sombra de la sospecha sobrevuela Teherán. La República Islámica ha sido acusada de dirigir complots con sicarios en varios países. Además, ciudadanos iraníes que viven en el exilio denuncian desde hace años las amenazas que sufren por parte del régimen de los ayatolás, según cuentan a Vozpópuli, algunas de las voces femeninas más representativas de la comunidad iraní en España.
La muerte de Masha Amini conmocionó al pueblo y desató una oleada de protestas sin precedentes que se extendieron por todo el país bajo el lema "Mujer, Vida, Libertad". La imagen de mujeres desafiando a la República Islámica con los pañuelos al viento se convirtió en un símbolo revolucionario y consiguió crear un movimiento sin igual en las últimas cuatro décadas.
La lucha de las mujeres iraníes por todo el mundo
El Gobierno iraní ha sofocado las protestas con látigo de hierro: detenciones arbitrarias, desapariciones, siete ejecuciones públicas y más de medio millar de muertos. En el exilio, la forma de controlar a sus ciudadanos ha sido difundir el miedo. La amenaza llega por las redes sociales, por WhatsApp o cuando te conectan contigo a través de tu Telegram.
"Están en todos los grupos, se encuentran a todo el mundo. Te llegan mensajes el tipo: 'Si sigues hablando, ten cuidado porque te conozco o sé dónde vives o conozco a tu familia", detalla Sara Amiri, representante de la comunidad de iraníes en España.
Amiri cuenta que cuando llevas muchos años haciendo apariciones públicas, la amenaza constante, te llegue de manera explícita o no, "es algo con lo que aprendes a vivir". Por ello, la noticia del ataque a Alejo Vidal-Quadras, aunque ha sorprendido la forma y el lugar de lo acontecido, no ha supuesto una preocupación añadida a sus vidas.
“No, no creas que coges miedo. Intentas tener cuidado porque sabes que tienen tus datos, pero es con algo con lo que vivimos desde hace mucho tiempo. Los que damos la cara estamos en peligro de que quieran darte una lección"
La historia de Ryma Sheermohammadi, activista iraní conocida por su trabajo como colaboradora de personajes como la Nobel de la Paz, Shirin Ebadi, también se cruza con los designios del régimen de los ayatolás. La activista es bastante conocida por su actividad en redes y sus apariciones en medios. Su trabajo para dar luz a la causa iraní le ha colocado, también, en el punto de mira.
Ryma narra que ha recibido amenazas en varias ocasiones, eso sí, nunca de manera directa, sino a través de algún intermediario que le alerta del peligro de algunas de sus intervenciones públicas. "Cada vez que yo saco algo publicado o tengo una entrevista, el comentario es que deje de hacerlo porque me va a salir caro", añade.
Los repuntes más llamativos de estas amenazadas se produjeron justo después de que la traductora apareciese en un cara a cara con el embajador iraní en el programa de Risto Mejide. "En ese momento las amenazas llegaron más seguidas. Me decían que tuviese cuidad por si andando por la calle me iba a caer algo encima o que podría ser que me sentara mal una comida en un restaurante", sentencia.
Ryma es la ganadora del Premio Valor 2022 de la Comunidad de Madrid, algo que le costó de nuevo varias amenazas. La activista matiza que a la República Islámica no le importa amenazar a un ciudadano español, ella tiene la nacionalidad, y que "cuando recibes un reconocimiento de este tipo" lo consideran un desafío al régimen.
"Cuando el régimen de la República Islámica detecta cualquier cosa que pueda hacer peligrar sus intereses fuera del país, ya sea un activista, un periodista e, incluso, un político... La amenaza está ahí y el peligro es real”
La noticia del ataque a Vidal-Quadras entre la comunidad iraní
Tras el ataque a Alejo Vidal-Quadras nada ha cambiado para ella. El estilo de vida que ha elegido tiene un precio: "Quien entra en este campo, sabe lo que hay. No estás hablando de un país ni un gobierno que haya sido democrático en ningún momento de sus cuarenta y tantos años. Hay que intentar que el miedo no te impida seguir trabajando", sentencia.
Mujeres como Sara y Ryma animan a sus compatriotas a seguir con la lucha. Entienden que si hay personas que son encarcelas, asesinadas o condenadas a muerte por la causa, su situación en el exilio no es especial. Además, detallan que al formar parte de un grupo se sienten más protegidas.
"Yo tengo muy en cuenta, sobre todo, el hecho de que muchas personas han dado su vida en Irán. Muchos amigos míos están ahora mismo en la cárcel", explica Ryma. El mayor miedo ya no es por su propia integridad, sino por el destino de sus seres queridos en su país de origen.
Las mujeres iraníes que viven el exilio intentan ponerse en contacto con sus familiares y amigos con ciertas dificultades. Aquellos que hablan con sus familiares residentes en Irán deben hacerlo con prudencia: "Está todo controlando, o no pueden hablar o tienen miedo de hablar. A veces no puedo preguntar, porque me cambian de tema", detallada Sara Amiri. Ryma confía que denunciar este tipo de situaciones en los medios ayude para que haya una mayor sensibilidad en cuanto a la protección de los ciudadanos. Y no solo de los iraníes, sino también de activistas y personajes públicos de otros países, para que las actuaciones del Gobierno Iraní no queden impunes.