La recreación del Edificio de Canalejas que distribuyó el Ayuntamiento de Madrid recientemente no incluye los dos pisos más de altura que la nueva propiedad construirá sobre la fachada existente. Sin embargo, OHL (Grupo Villar Mir), que promueve la operación, ha regalado estas Navidades un lujoso libro en el que ya se incluyen las dos plantas que se levantarán en una obra que ya va muy avanzada y que ha derribado toda la parte interior.
El Grupo Villar Mir compró al Banco de Santander los edificios que componen la manzana por un total de 225 millones de euros. Ha puesto en marcha una inversión de 500 millones de euros para la construcción de un hotel de lujo, así como espacios comerciales. Se le ha autorizado un volumen de mil metros cuadrados más.
Recientemente, el Ayuntamiento de Madrid aprobó el Plan Especial de ordenación para la zona que incluye el intercambiador subterráneo y el aparcamiento. Ese mismo día se repartió una recreación de la zona. La foto incluye la terraza como estaba en la actualidad y no como la dejará OHL tras haber ganado volumen, dos plantas más.
Las rampas
Tampoco se incluyen las dos rampas que se construirán en medio de la calle de Alcalá para que entren los autobuses en el nuevo intercambiador.
Fuentes de la asociación Madrid Ciudadanía y Patrimonio indicaron que hay un recurso judicial de una empresa contra la rehabilitación de la manzana de Canalejas. El recurso se basa en que cuando esta sociedad quiso comprar el conjunto de edificios, el Ayuntamiento negó los cambios de protección y en la actualidad se ha hecho incluso una ley para facilitar que OHL haga la obra.
En la justificación para aprobar el Plan Especial se habla de que se pretende mejorar la calidad del aire y reducir la contaminación acústica. Sin embargo, el nuevo Canalejas incluye más de cuatrocientas plazas de aparcamiento cuando el Ayuntamiento está estableciendo criterios restrictivos para acceder al centro de la ciudad a los vehículos privados.
El Ayuntamiento aprobó la pasada semana el expediente de contratación de la obra pública y gestión de la infraestructura subterránea de la calle Sevilla-Canalejas. Incluye un intercambiador, dársenas para carga y descarga y 434 plazas de aparcamiento. La alcaldesa de Madrid, Ana Botella, dijo tras la aprobación que la nueva infraestructura “servirá para revitalizar el centro de la ciudad mejorando la movilidad”.
La inversión
El presupuesto de inversión es de 38,7 millones de euros. La empresa adjudicataria podrá explotarlo por un periodo de 40 años. La obra durará dos años. Los grupos que se han venido oponiendo a la llamada ‘Operación Canalejas’ no se han manifestado en contra de la inversión, construcción del hotel o espacios comerciales. Lo han hecho en contra de la destrucción del patrimonio arquitectónico que consideran tenía el interior de la manzana.
El Gobierno de la Comunidad de Madrid, el Ayuntamiento y la empresa OHL han ido siempre de la mano y se llegó a reformar la Ley de Patrimonio para poder rebajar la protección del interior del histórico edificio. Las modificaciones llegaron a ser declaradas anticonstitucionales, pero las edificaciones, excepto la fachada, ya están derribadas.
Los seis edificios afectados por este proyecto, dos de ellos –el antiguo Banco Español de Crédito (anteriormente “La Equitativa”) de la calle Alcalá, 14, y el Banco Central Hispano, de la plaza de Canalejas, 1- tenían la consideración de Bien de Interés Cultural. El edificio que fue del Crédit Lyonnais, en Alcalá, 8, que estaba protegido con Nivel 1 – Integral, y el edificio de la Banca Sainz, en Alcalá, 12, que estaba protegido con Nivel 2 – Estructural, pasaron a tener una protección baja de Nivel 3 – Parcial.
La Asociación Madrid Ciudadanía y Patrimonio fue una de las más combativas en esta batalla por Canalejas. Esta asociación consideró “una pérdida de los valores históricos y artísticos de seis piezas muy significativas de la arquitectura bancaria de los siglos XIX y XX, y una grave alteración de un paisaje urbano muy reconocible y consolidado en la memoria de la ciudad”.
“Nos oponemos –dice la asociación- a que ese cambio de uso y esa rentabilidad se hagan a costa de destruir la configuración arquitectónica de edificios protegidos y de alterar y destruir gravemente el sistema que los protegía, cambiando y retorciendo leyes, planes y normativas, para sentar un gravísimo precedente que puede abrir la puerta a desprotecciones masivas de los bienes históricos de Madrid”.
Madrid Ciudadanía y Patrimonio cree que “el fachadismo banal e inconsistente con que se va a actuar, destruirá irremediablemente lo que era la ‘city’ madrileña, que dio a Madrid un carácter metropolitano del que antes carecía y un ámbito urbano de gran calidad en el que miles de trabajadores dieron vida al corazón del sistema financiero que movía el país”.