Podemos juega fuerte. Los morados maniobran para forzar un adelanto electoral y, en mitad de la crisis de Sumar por la caída de Íñigo Errejón, iniciar el asalto al liderazgo de la izquierda alternativa al PSOE. Los diputados comandados por Ione Belarra consideran que el Ejecutivo de coalición será incapaz de aprobar los Presupuestos de 2025 y, ante ese escenario, vislumbran una convocatoria de elecciones para el año que viene. En parte, eso explica su posición maximalista como condición para dar el `sí' a las cuentas de Pedro Sánchez: la intervención drástica en el mercado del alquiler para bajar el precio y la ruputra de relaciones diplomáticas con Israel.
Moncloa ve inasumible ambas exigencias, que cuentan con el respaldo de las bases de Podemos. El partido inició una consulta para legitimar su fuerte postura. Fuentes gubernamentales la achacan a la previsión de gatillazo presupuestario. "Si no salen las cuentas, no se quieren poner como los culpables. Por eso han hecho esa consulta", explican en el núcleo duro del presidente del Gobierno. Lo cierto es que los Presupuestos aparecen como un rompecabezas imposible para el Gobierno, que tiene que hacer auténticos malabares para conjugar los intereses de fuerzas tan dispares como Junts o el PNV con ERC y Bildu, ya que se mueven en coordenadas ideológicas contrarias.
Muestra de ello fue el compromiso del Gobierno de dejar caer el impuesto vigente a las energéticas; un guiño acordado con los abertzales y con los de Carles Puigdemont al que el resto de socios de la coalición ya ha puesto mala cara. A cambio, el Ejecutivo ha provocado un hachazo fiscal en el diésel para intentar contentar a las fuerzas de izquierda. Pero parece que no será en absoluto suficiente. Moncloa sigue albergando esperanza de anunciar más pronto que tarde, ya pasado el congreso de Junts que ha revalidado el liderazgo de Puigdemont, un acuerdo para sacar adelante el techo de gasto que los independentistas catalanes tumbaron el verano pasado y obligaron a retirar en otoño.
El escenario, en efecto, es un infierno. Y Podemos busca sacar provecho. La caída de Errejón les ha abierto una oportunidad. La crisis que ha absorvido a Sumar les está permitiendo encender los altavoces que les sitúen como la referencia de la izquierda. El liderazgo de Yolanda Díaz está tocado. La vicepresidenta segunda no cuenta ya con el fervor de hace apenas dos años. Y todos los partidos que conforman la coalición de Sumar demandan sus parcelas de poder. Del todos a una se ha pasado casi al cada uno por su cuenta. Y en ese interín, los morados advierten de que ellos son la auténtica garantía de que el Ejecutivo adopte medidas de izquierda.
La hiperactividad de Podemos se entiende en un sentido electoralista. Por eso atacan a Yolanda Díaz y exigen al Gobierno dos imposibles para lograr sus cuatro votos en el Congreso y sacar adelante los Presupuestos. Fuentes moradas, no obstante, explican que la interlocución entre Ione Belarra y el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, -el cauce habitual- todavía no se ha centrado en los Presupuestos. Las últimas llamadas se hicieron para cerrar el acuerdo para la reforma del Consejo de Administración de RTVE, que se aprobó este miércoles en el Congreso en plena tragedia de la DANA que ha devastado el litoral mediterráneo y provocado más de 200 muertos.
Hace tiempo que en la cabeza del núcleo dirigente de Podemos está el plan de asalto al liderazgo de la izquierda tras los fracasos electorales de Yolanda Díaz al frente de Sumar. Nadie en Podemos cree en Sumar. Y ahora mucho menos. La organización que lidera Ione Belarra condicionó siempre su acercamiento al frente de partidos que integran Movimiento Sumar a que cayeran Díaz y Errejón. "Hay muchos agravios, porque se ha maltratado a Podemos. Sumar ha sometido a Podemos a una constante humillación y así es muy difícil hacer política. La militancia está muy dolida con el maltrato. Pero Podemos ha empezado a levantarse y eso es bueno. Aunque se necesita tender muchas manos, por mucho que el partido las tenga llenas de rasguños", explican en el partido morado.
Yolanda Díaz es plenamente consciente del órdago que le han lanzado. Por eso, envió una advertencia cuando le tocó comparecer para explicar el 'caso Errejón': "Habrá partidos que aprovechen este drama para sacar rédito políico. Yo no lo voy a hacer. Responderemos a cada mentira con la verdad y a cada ataque con nuestras acciones". El problema auténtico de Sumar es interno, ya que se ha convertido en un reino de taifas que apenas resiste en ministerios. Poco más. El control del Errejón sobre las acciones de Sumar era hasta hace poco incontestable. Y su caída traerá tensiones y nuevas peleas de poder que amenazan con dinamitar la izquierda a la izquierda del PSOE. Podemos contribuirá en la medida de sus posibilidades, como pueda para acelarar la caída del proyecto de Yolanda Díaz. El botín, si hay elecciones, es claro: un puñado de diputados.