Con un escenario más que probable de nuevas elecciones autonómicas en Cataluña y también generales en primavera, la hoja de ruta que maneja Podemos para abordar la cuestión catalana pivota sobre dos ejes fundamentales e interconectados: la bautizada como Operación Colau y la celebración de una “consulta pactada” previa reforma de la Constitución. De explorar este horizonte trataron la dirección de Pablo Iglesias y los diputados de En Comú Podem en una reunión mantenida en la tarde del lunes en Madrid, según las fuentes internas consultadas.
Desde Barcelona en Comú, que comparte coalición con Podemos, ICV-EUiA y Equo, creen que hasta la convocatoria formal de nuevas elecciones en Cataluña no puede abrirse una reflexión sobre quién sería su mejor candidato a la Generalitat. Sin embargo, ya hay un nombre que va cobrando fuerza entre bambalinas, el de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. El propio portavoz de En Comú Podem en el Congreso, Xavier Domènech, ha señalado que ve a Colau “protagonizando cambios a todos los niveles posibles”. “La proyección de Ada va mucho allá de Barcelona y de Cataluña. Se proyecta también hacia Europa y puede hacer fantásticamente bien todo lo que se proponga”, ha afirmado Domènech.
Es la “gran coalición” de la que se ya se habla en movimientos sociales e iniciativas municipalistas de Cataluña
En Comú Podem fue la candidatura más votada en Cataluña el 20-D, logrando 12 de los 47 escaños en liza, en lo que ha sido interpretado como la asunción de un mandato ciudadano para que solucione el problema soberanista frente al previsible fracaso de Junts Pel Sí (CDC y ERC) en su plan secesionista, totalmente al margen del Estado. En cambio, En Comú Podem promueve un referéndum “vinculante en Cataluña” pero dentro de los cauces que abriría una reforma de la Constitución. Si la plataforma de Colau sigue con su tendencia al alza en las encuestas y se consolida como primera fuerza en esta comunidad, podría arrastrar a un acuerdo, antes o después de los nuevos comicios catalanes, a ERC y la CUP, que verían aquí, más allá de la desobediencia, el único clavo ardiendo al que agarrarse para que el proceso soberanista no terminara descarrilando. Es la “gran coalición” de la que se ya se habla en movimientos sociales e iniciativas municipalistas de Cataluña.
Se da la circunstancia, además, de que la segunda pata del itinerario trazado por Podemos, la reforma del artículo 92 de la Constitución, necesitaría inexorablemente una fuerte alianza en el Parlament, es decir, que En Comú Podem, ERC y la CUP sumaran, al menos, dos tercios de la Cámara catalana. Es lo que haría falta para elevar al Congreso de los Diputados desde el Parlament una propuesta de celebración de referéndum legal en Cataluña, según el llamado plan Caamaño que maneja el partido de Iglesias.
El secretario general de Podemos hizo alusión el domingo a la idea defendida por el exministro de Justicia Francisco Caamaño y que consiste en promover un referéndum previa reforma del artículo 92 de la Carta Magna. Iglesias ha asumido este planteamiento del que fuera negociador del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en el Estatuto catalán y lo ha esgrimido para incidir en la existencia, a su juicio, de “dos almas” en el PSOE. En realidad, Ferraz nunca abrazó este esbozo de Caamaño y sólo el PSC, partido hermano del anterior, intentó avanzar por este camino (“reforma de la Constitución para alcanzar un Estado federal”) en su programa electoral (“un referéndum para que los catalanes y las catalanas dedican”) de las autonómicas de 2012.
En la etapa de Alfredo Pérez Rubalcaba como secretario general del PSOE, el entonces jefe de la oposición no fue más allá de proponer una ponencia constitucional en el Congreso, “con todos los grupos parlamentarios y las comunidades autónomas”, para reformar la Carta Magna en un sentido federal y resolver sí al problema soberanista. Esa reforma incluía el reconocimiento de la “realidad nacional” catalana, blindaje de lengua y cultura y solución al pacto fiscal. Además, dejaba la puerta abierta a consensuar otras cuestiones. Rubalcaba planteó que, una vez concluidas las negociaciones, se aprovechara la convocatoria de las siguientes elecciones generales para someter esa reforma constitucional a referéndum, lógicamente de todos los españoles. Sin embargo, esta iniciativa ha sido aparcada por Pedro Sánchez.
Por el procedimiento ordinario
En cambio, el plan Caamaño, el que ahora quiere seguir Podemos, apuesta por la vía simple o ordinaria, es decir, no requiere el procedimiento agravado. Según declaró el exministro en una entrevista en Infolibre y como también recoge en su libro Democracia federal (Turpial), “sería bueno pactar con Cataluña una reforma del artículo 92 para abrir la posibilidad de que se pueda celebrar un referéndum” y mientras tanto regular también una Ley de Referéndum que recogería esa nueva modalidad de consulta. Esa revisión del artículo 92 necesitaría como mínimo dos tercios del Congreso y mayoría absoluta del Senado, algo inviable a día de hoy por la representación conseguida por el PP en ambas cámaras el pasado 20 de diciembre. De ahí que Podemos sea partidario de unas nuevas elecciones generales en primavera, que podrían traer otra distribución de fuerzas más acorde a sus intereses.
Asimismo, Caamaño sostiene que sólo se podría llevar a cabo esa consulta “cuando por dos veces seguidas el Parlament con una mayoría de dos tercios así lo pida”. Aquí, como se ha dicho arriba, sería fundamental para Podemos el liderazgo de Ada Colau para tejer alianzas. Si el texto prospera con ese apoyo en la Cámara catalana, habría entonces “un debate de política general en el Congreso, y si existe una mayoría absoluta favorable (del Pleno) a esa consulta entonces el presidente del Gobierno estará obligado a convocar” el referéndum.
No obstante, Caamaño siempre matiza que sería una consulta para “valorar el nivel de satisfacción dentro de España”, pero nunca permitiría a sus impulsores, aunque saliese el 'sí' a la independencia, irse unilateralmente, sino “abrir un proceso de negociación con las autoridades del Estado”. Podemos también mantiene que no está a favor de la independencia y que haría campaña a favor del 'no' en una hipotética consulta pactada.
La propia alcaldesa ha querido esta mañana afrontar el asunto y ha lanzado tres tuits en su perfil de Twitter, en los que, tras recordar que ella es alcaldesa de Barcelona y que no ve la alcaldía como un paso instrumental, afirma que si hubiera nuevas elecciones, Barcelona en Comú debería debatir el nuevo escenario que se les presenta.
Davant rumors i titulars confusos, voldria aclarir que soc alcaldessa de Barcelona amb molt orgull, compromís i responsabilitat (1/3)
— Ada Colau ??? (@AdaColau) January 5, 2016
(2/3) Mai he pensat en alcaldia com un pas instrumental: crec q el municipalisme és més q mai l'espai clau per millorar la nostra democràcia
— Ada Colau ??? (@AdaColau) January 5, 2016
(3/3) .@bcnencomu encara no ha debatut nou escenari. Si hi haguessin eleccions, s'haurà de valorar col.lectivament la nostra implicació
— Ada Colau ??? (@AdaColau) January 5, 2016