Todo comenzó el 7 de junio de 2005 en la tertulia del Taxidermista, un restaurante que ya no existe, en la Plaza Real de Barcelona. El manifiesto 'Por un nuevo partido político en Cataluña' puso el embrión de lo que casi 15 años después es Ciudadanos, la tercera formación en España en número de votos y escaños.
De la quincena de firmantes de aquel manifiesto, el más conocido era Albert Boadella (Barcelona, 1943). Le animaron para presidir el embrionario Ciudadanos que unos meses después caería en manos de otro Albert de apellido Rivera, quien fue el primer presidente naranja por una carambola del abecedario. Pasada década y media de aquella aventura contra el nacionalismo catalán, Boadella es el único de los intelecturales de Cs que sigue siendo fiel a Rivera.
Nunca ha estado afiliado a un partido ni ha ocupado un puesto en una lista electoral. Eso sí, en los últimos días se ha mostrado muy activo en las redes en defensa del líder de la formación naranja, ante una "auténtica campaña de agresión directa" contra la figura de Rivera, según relata el dramaturgo y presidente de la imaginaria Tabarnia en una entrevista con Vozpópuli.
Durante unos meses Rivera ha sufrido una insólita ofensiva por parte de todos los medios. Desconozco que intereses ocultos han jugado. Este ataque refuerza mi adhesión.
Albert Rivera se echa a la espalda toda la campaña para rescatar a Ciudadanos https://t.co/nA9EsKl0Qw
— Albert Boadella (@BoadellaAlbert) October 26, 2019
"Me ha parecido excesiva esa campaña. Soy muy desconfiado y he pensado que obedecía a razones que no son muy objetivas en este caso", subraya Boadella, quien destaca la "necesidad absoluta" de que haya un partido como Ciudadanos.
"Tiene una posición extremadamente difícil porque no es un partido de ortodoxia. La gente le llama un partido veleta y digamos que lo que trata es de situarse siempre en razón de conseguir los pactos con fuerzas distintas. Eso es de una enorme dificultad, pero creo en cambio que es enormemente positivo que en España exista un partido que tenga esta posición", hace hincapié.
Rivera es un poco ave fenix, ahora pasará una travesía del desierto dura, difícil, pero espero que personas alrededor del partido no intenten cambiar al líder"
Al hilo de ello, considera que la estrategia de Rivera ha podido ser "más o menos acertada" en los últimos meses, pero destaca de él que no ha engañado a nadie. Tiene una posición muy clara a Sánchez y la fija a partir del momento que comprueba las maneras de este político. Hace todo lo posible para no tener un pacto con él y el curioso que ahora le quieran cargar con el muerto a Rivera", de quien ve la "víctima propiciatoria" ante la situación de bloqueo político que vive España.
"Tampoco defiendo todos los gestos de Rivera, pero es un hombre en el que confío como político. De la nada, consiguió llegar a niveles formidables. Es un poco ave fenix, ahora pasará una travesía del desierto dura, difícil, pero espero que personas alrededor del partido no intenten cambiar al líder. Hay un movimiento por debajo que están merodeando y esperar que caiga el líder para colocar a otro", constata Boadella.
El director teatral critica la aparición del manifiesto de Manuel Valls y otros antiguos intelectuales de Cs, caso de Francesc de Carreras. "No me gusta la forma en la que se mueve" esta plataforma, "prefiero que se hagan las cosas claras", advierte de inicio.
Cs fue generoso con Valls
"No sé las intenciones de Valls pero creo que Cs fue enormemente generoso con Valls, le ofreció el partido, puso a la gente que quiso y en un momento dado atacó al partido que había ayudado. No fue muy honrada su posición", recuerda sobre la experiencia de Cs y Valls de cara a las elecciones a la alcaldía de Barcelona
De Rivera, reconoce que a veces se instala en un "radicalismo" a la hora de expresar sus opiniones que, a la postre, perjudica a Ciudadanos. "El PP le propone hacer la España Suma con una serie de alianzas y él corta de tajo con esas cosas. Quizás, a veces, en su radicalidad, cosas así se podrían suavizar", recomienda al líder de Cs.
"Ciudadanos tiene que tener una actitud muy moldeable. Eso que critica tanto la gente, lo de la veleta, es precisamente su fuerte, en el que ayude a la gobernabilidad de España en función del momento. Es tan necesario porque no se sitúa en una posición de intransigencia", insiste Boadella, quien vaticina un "pequeño tsunami" para Cs en las elecciones del 10-N.
"Pero no es malo para el partido", dice a renglón seguido el presidente de Tabarnia. "Rivera es un activo muy importante en este partido. Si baja el número de electores, será una pequeña moción de censura, pero eso no significa que haya que prescindir de un hombre como él", subraya.
La vía violenta en Cataluña
Boadella aborda, por último, la violencia desatada en su tierra natal de Cataluña tras la sentencia del procés. "No debemos extrañarnos que la vía final de un separatismo acabe siendo una vía violenta si no hay otras posibilidades", constata.
En su opinión, saltarse la Constitución española tiene solamente ese camino. "El otro es seducir al resto de los españoles para quedarse con el territorio catalán, pero es una opción muy a la larga y no quieren trabajar a 30 años vista, sino que quieren la independencia con urgencia", relata Boadella, quien insiste en que los secesionistas seguirán con su espiral de violencia. "No hay otra posibilidad para ellos".
Ante esa situación, Boadella reclama que se aplique la ley de forma "muy rigurosa". "No puede ser que un presidente, que es un funcionario del Estado, actúe contra el Estado aunque sea desde un punto de vista literario. Es intolerable", se lamenta.
El problema, a su juicio, es que hay un "vacío legal" en el que no se contemplan "cosas intermedias" entre el 155 y la inacción como es "destituir a un presidente autonómico por unas declaraciones anti-estatales" como las que viene realizando. "Aquí, o aplicas el máximo rigor que se tiene, el 155, o tienes que tragarte el resto, que significa el adoctrinamiento de los medios, de las escuelas. El agravamiento del problema es que no hay una fórmula intermedia de actuar", concluye antes de retomar los ensayos de su nueva obra '¿Y si nos enamoramos de Scarpia?'.